MOMENTOS. Siempre tuya (139)

Una estrella fugaz que acaricia con su estela,

un nuevo amanecer donde el sol desarrolle su papel de encantador bailarín,

la brisa  con un nuevo aroma ,

las juguetonas nubes que se persiguen por carreteras invisibles ,

piedras en el camino que van desapareciendo,

obstáculos que se empequeñecen a mi paso,

añoranza que da paso a la realidad , a un presente distinto,

horas que no se cuentan , sólo se sabe que pasan y a las que no se hace demasiado caso,

palabras que vienen para aferrarse a un corazón partido y sin alas,

una montaña que habrá que comenzar a escalar sin cuerdas ni sujeción,

una bajada en picado hasta la profundidad del infierno sin la que no puedo vivir,

sonidos irreconocibles como prueba de muestras de amor esporádico,

el primer rostro que veo cuando abro mis ojos

y el último que no quiero que me abandone.

El sentido de mi sinsentido en el vivir ,

mi ansiedad ,

mi todo sin su nada,

el agua que me baña  y recala en cada hueco, curva o descenso de mi cuerpo,

la causa de mis enfados y desvelos ,

de mis agobios por exceso y de mi ahogo  por tus ausencias,

el apoyo sincero bajo pena de desconocimiento,

el  sueño más anhelado,

unos labios deseados y que permanecen tan cercanos pese a estar distantes,

una voz que encierra mensaje oculto y caricias manifiestas,

una sinfonía de colores vivos con cada movimiento,

el instrumento solista y  toda la orquesta,

quién dirige sabiendo lo que quiere y la inseguridad de la nueva aventura,

un sentimiento de vida por los cuatro costados

que transmites a cada segundo que sobre la tierra permaneces.

¿Cuestión de sentimientos

sentirte reventado como un cristal cuando sabes ,

en el fondo,

que jamás podrás ser mío,

contradiciéndome a mí misma siendo feliz cuando logres serlo?

¿Sentimientos?

¿Qué es eso cuando no me puedo permitir sentir aquello que realmente sé que necesito,  

aquello  a lo que sé que tengo más derecho que nadie ,

mientras la piel se hace jirones con cada pensamiento  anterior en el que sé que ,

formando parte de él,

no estás.

Sintiéndome traicionada por mí misma,

hago nebulosas de algodón azucarado

para que el trago pase menos amargo,

creyéndome aquella princesa de los malditos cuentos infantiles

a las que siempre rescataba su príncipe,

o la inocente niña ,

convertida en la estratega que prefirió entregarse a las fauces del inteligente lobo.

Bruja en mi cielo y reina en mi propio infierno,

añoro los días felices en que no existías,

en que sólo eras una bucólica imagen entre la multitud

tratando de que le dejasen un hueco para destacar,

culminado de paciencia infinita

ante los ojos de todos,

ante mis ojos.

Con la juguetona ingenuidad por bandera

y el espíritu infantil por arma ,

me destroza pensar que eres

aquella  estrella fugaz ,

mi nuevo amanecer,  

la brisa  ,

las juguetonas nubes ,

quién hace desaparecer  las piedras en el camino,

quién minimizó los obstáculos ,

mi realidad  a cuyos píes  la añoranza se ha rendido,  

aquel presente distinto,

quién no deja que las horas pasen cada vez que estamos juntos en mi mente,

quien vierte las palabras que sanaron mi corazón aferrándose,

la mano que me ayuda a escalar esa montaña para superarme sin necesitar nada más,

quién convierte el éxtasis más hermoso en los sonidos que nunca quiero olvidar,

el infierno al que sólo deseo continuar bajando sin mirar atrás,

el primer rostro que no tengo que añorar jamás en mis mañanas

y el último que jamás dejará de velar mi sueño .

El sentido de una vida , la mía

la paz que calme mi ansiedad,

mi todo cubriendo la nada,  

las gotas de rocío que hacen de mí  lo que le place a su majestad.

Aquel que cree en la reconciliación distinta y me provoca a llegar hasta ahí,

Quién me da el aire cuando me falta porque te echa de menos,

quién siento conmigo aún sin saberlo,  

el único sueño por el que merece la pena  seguir adelante ,

quién se aprovecha de mi debilidad por unos labios que callan más de lo que dicen

y te tientan más de lo que deberían,

la partitura y el director  de esta melodía de mi vida

sin la que no quiero prescindir,

el futuro convertido en presente

y el pasado que no pude cambiar por estar escrito.

Retazos de una vida que no se ha vivido

traspasada en letras que jamás verán la luz,

guardadas en la mayor caja fuerte de todas

cuyo vigilante,  hace tiempo que perdió la llave que colgaba de su cuello.

Silencios extremos y lágrimas sordas y secas

para contentar el alma herida de quién se consuela pensando que te verá siendo feliz,

mientras el tiempo va dejando la huella de sus pasos , pesados e incontestables ,

por un cuerpo cada vez más ennegrecido de la pena y el desconsuelo.

Cruel aquel que se atrevió a escribir

que debía amar algo tan hermoso como prohibido,

tan real como irrealizable,

tan cercano como imposible.

Cruel aquel que, no siendo consciente de la tinta que utilizaba en ello,

Utilizó mi propia pena para realizar la más bella de sus obras de arte.

Ana Patricia Cruz López

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