domingo, 16 de abril de 2017

LA MUJER DEL RETRATO .LA VERDAD INCÓMODA ( Registrado en SAFE CREATIVE OCTUBRE 2016)

LA MUJER DEL RETRATO
LA VERDAD INCÓMODA
Créditos foto EFE


A estas alturas  nada debería sorprenderla. Una mujer como ella , con su experiencia vital , no debería dejarse atrapar tan rápido por estas especies de juegos sin ton ni son que otros programan . ¿Verdades? ¿Qué verdades? ¿Cuáles? ¿Las contadas por aquellos que las transgredieron , las malinterpretaron ?

“… la verdad que tanto le ocultan aquellos  en los que más confía .” ¿Cómo debía interpretar esa pregunta? ¿Qué sabía él o creía saber de ella , de su familia , de aquellos en los que se supone que más confía ?
Se habían quedado prácticamente solos . El bullicio a base de murmuraciones y susurros del público en general que deambulada por el pasillo se había silenciado. Aquella falta de sonoridad , aquellas vitrinas , aquellos restos de algo que , sin vivirlo de forma directa , nunca podría olvidar, y menos aún desde que lograse adentrarse en el campo.
Aquel hombre parecía abarcarlo todo , consumir hasta el aire que trataba de respirar . Imponía más de lo que hubiera sido deseable para cualquiera en su situación, pero de la misma forma que huir y dejarle allí hubiera sido lo más fácil , olvidando aquello que tan misteriosamente guardaba , algo en su interior la obligaba a permanecer , a vigilarle de cerca , a averiguar , por encima de todo , qué era lo que deseaba .

La sala no tenía asientos , lo que en parte agradeció , pero aquella situación casi se había convertido en un duelo de miradas y en una tensa espera por ver quién tomaba la iniciativa y arreciaba  el siguiente golpe , y en eso, el alemán hacía gala de una profesionalidad innata .

·        ESTHER : Se divierte ¿verdad? Sí, realmente debe estar pasándolo e grande , haciéndose el importante , el sabedor de todo .

Aquellos ojos azules ,  penetrantes , no la dejaban en paz . Cada gesto era seguido minuciosamente con devoción absoluta llegando a infundir cierto temor  por la  confianza en sí mismo que demostraba , en él y en su verdad más que absoluta.


Extendiéndole el brazo , con la palma de la mano en claro gesto de ofrecimiento, bajó ligera y ladeadamente su cabeza hacia un lado, emulando un claro signo de respeto a la antigua usanza , y aún así , ante la extrañeza de ella , de su juego y de sus intenciones , prefirió esperar lo que habría de seguir en esta interpretación perfecta.


·        JOSEPH: No me respondido  y preferiría entender que es debido a una desconfianza natural frente a u desconocido , lo cual sería muy entendible , antes que por miedo, aunque mejor entonces que me limite  a no leer lo que sus ojos me transmiten.


Un papel tendente de forma exclusiva a incrementar el halo de misterio del que se vanagloriaba cada vez que abría la boca .
Sin respuesta efectiva ante el ofrecimiento , sin haber conseguido lo que a priori pretendía, el germano decidió cambiar de táctica  , aunque manteniendo su línea  de irónica realidad .


·        JOSEPH: Vamos Sra. Neuman, ¿va a decirme en serio que jamás , en todos estos años , se ha preguntado por qué sus padres se niegan a responderle sus preguntas ? ¿Jamás se ha cuestionado por qué sus abuelos  lograron salir del campo  justo poco antes de la liberación  , ni por qué recibieron un trato privilegiado en él ? – Dándole la espalda ,con las manos cruzadas detrás suyo , deambulaba en dirección a la puerta haciendo como que observaba las vitrinas horizontales ubicadas cerca de las paredes – No les debió resultar nada fácil ¿ o sí? Extraño es , desde luego, que no quedase rastro de ellos en ninguno de los registros , ni siquiera en la documentación médica , a tenor de lo que se decía que hacían con estos especialistas en los campos .


Cuánta verdad había de lo que escuchaban sus oídos en boca de aquel hombre .  Preguntas sin respuesta concreta hallada jamás  y cuya necesidad se incrementaba por momentos ante la imposibilidad de preguntarle al protagonista  en cuestión.

·        JOSEPH: Usted desea algo que sólo yo puedo proporcionarle – ante su atenta mirada , él se dio la vuelta – lo que yo deseo de usted  es tiempo .

·        ESTHER : ¿Tiempo ?

·        JOSEPH: Sí, tiempo. Quiero que me conceda unas horas de su tiempo.

·        ESTHER : Suponiendo que pudiera interesarme su proposición ¿Para qué habría de aceptar?

·        JOSEPH: Olvidé un pequeño detalle a añadir , a parte de tiempo requiero una pequeña dosis de confianza . – La sonrisa  de incredulidad de ella  no le dejó demasiado margen  salvo para reconocer la verdad -  Lo sé, soy un desconocido y no le gusta lo que ve. Sus presentimientos en torno a mí no son nada halagüeños y no la culpo, pero como ya le he dicho , si realmente desea aquello que busca , no le quedará más remedio que confiar en mí, al menos un poco , lo justo como para poder acompañarme a un lugar .

No podía evitar reírse . Los nervios la consumían ante aquella propuesta por tratarse de algo realmente tentador .  cada vez que resonaba aquel “ por aquello que usted desea “ , la imagen del doceavo cuadro venía a su mente , la argumentación que Adam le reafirmó sobre él se hacía cada vez más nítida y fuerte , y sin embargo no, no podía fiarse ni quería , pero ¿le quedaba más remedio ? ¿Tenía alguna otra alternativa?

  • ·        JOSEPH: ¿Qué tiene que perder en realidad? – Dubitativa como la veía , sólo le bastaba dar una vuelta más a las agujas de su reloj – Algo de tiempo y un poco de confianza . Le aseguro que después de esta tarde , nada volverá a ser igual.


No sabía qué hacer ni qué pensar . Vendedor nato de sueños rotos , especialista en reconstruirlos , la obsesión de Esther   por la colección y la resolución del misterio con el cuadro que la cerraba , sólo era comparable a la necesidad de conocer más sobre su abuelo , de encontrar las respuestas que nunca halló en su familia , a los cuales , les cambiaba el rostro cada vez que el tema salía en alguna conversación amenazadora de almuerzos o celebraciones familiares .

La figura de su abuelo siempre presente , como una sombra alargada con un rostro que se distorsionaba y acababa borrando por momentos .  Una figura a la que ella , en sueños , siempre preguntaba  pero que  unos oídos ,absolutamente sordos,  parecían no querer escuchar por más que ella elevase la voz .  Una figura a la que siempre que alargaba sus brazos para abrazarlo  encontraba , pero que en su largo divagar , durante sus presencias etéreas , se perdía , coloquialmente , en monólogos con otro al que no veía en realidad .
Esas mismas preguntas que como cartas descubiertas Joseph pusiese encima de la invisible mesa , bocarriba ,  son las mismas que la rondaron durante años , y sólo por eso , sin pensar en nada más , son las que le llevaron a aceptar tal  loca propuesta.

Al salir del museo , la dirección adoptada fue un parking cercano  en el cual acabaron recalando en el vehículo que él conducía. En silencio , alternado miradas entre la carretera y su acompañante femenina , ella prefirió, aprovechando su memoria fotográfica , visualizar el recorrido , al menos con los sitios más identificativos con los que iban encontrándose .

Salir de la ciudad no era lo que Esther creía que sucedería  y sin embargo , continuaba sin cruzar palabra alguna con él, dejándose llevar  a un ambiente desconocido que no era capaz de controlar y con un individuo con el que no se sentía muy cómoda .
Un camino que sólo llevaba a un destino fijo , ideado y  harto conocido por una de las partes : una casita de campo a las afueras .  
El coche se detuvo justo donde la verja impedía acceder.  Dejando el motor encendido,  Joseph salió del vehículo para empujar las viejas puertas de hierro facilitándose el acceso a la propiedad .

Una casita rústica  en la que parecía no vivir gente  durante todo el año  o por lo menos , de no ser así, no parecían preocuparse en demasía por su aspecto .  Con un jardín delantero bastante descuidado en el que  las maderas del exterior necesitaban  arreglo y cubrimiento , aquella construcción otorgaba un aspecto más misterioso si cabe a toda aquella situación. En su  mente , toda suerte de imágenes más propias de una película de terror que de una posible realidad , fueron cruzándose de forma continua  y ,por un momento, innegablemente , sintió la necesidad de huir preguntándose , al mismo tiempo, cómo había llegado hasta allí, ella , una persona serena y madura , presuntamente responsable . Tardío planteamiento para una situación en la que la vuelta atrás  simplemente no existía, ahora no.

Cogiendo al llave del contacto , el anfitrión salió del coche esperando que ella hiciese lo propio  para poder cerrar , lo que se produjo pasados unos breves instantes , durante los cuales , ella aún se estaba planteando  lo ideal de aquella situación en la que ella misma se había visto envuelta .
Un cierre automático detrás de ella  fue el sonido determinante de que no había marcha atrás , de que era demasiado tarde para arrepentirse  y que ahora  sólo quedaba seguirle .

Subió los apenas dos escalones que daban acceso a la puerta principal y , dejándola abierta , la esperó en el interior .  Al acceder , sorprendida , mientras él  colgaba el abrigo en un armarito interior al lado de una consola , a su izquierda, cerró la puerta . Él la observó y  gesticulando con su cabeza , la invitó a pasar al salón.
Una visualización rápida de aquella casa le otorgaba un aspecto algo más tranquilizador .  La presunción de que no resultaba un hogar fijo se confirmaba , pero su interior se mantenía limpio y más cuidado que el exterior .  
Conforme le seguía hacia el salón , una extraña sensación  la hizo girar su cabeza hacia  lo que tenía detrás , las escaleras que llevaban al piso superior .  Unas escaleras que daban lugar a un pequeño pasillo deambulatorio con  tres habitaciones y un cuarto de baño.

Un paseo lento ,  prolongado y habitual  que  antes  de ellos llegar ya habían circundado dos personas que , encontrándose en una de las habitaciones ,  esperaban poder ser testigos de todo cuanto aconteciera en el espacio central de la casa.

  • ADAM: Dime ¿por qué estoy haciendo esto? Recuérdamelo.         
  • CHRISTOPHER :  Tú sabes perfectamente por qué , de la misma forma que sabes que debes terminar de ganarte su confianza  o todo esto se irá al garete.


Visiblemente nervioso , lejos de poder obviar escuchar los sonidos , las palabras , se negó a acercarse a las pantallas que transmitían las imágenes de lo que acontecía desde cuatro ángulos distintos .
  • ·        ADAM: ¿Por eso ha decidido hacer esto a su manera , sin contar con nosotros ?

  • ·        CHRISTOPHER: Yo no diría que no haya contado, estamos aquí ¿no?

  • ·        ADAM: -  No pudo evitar sonreírse sonoramente – Sí claro , necesita tener testigos de lo que va a hacer .

Christopher le conocía bastante bien , ya le había visto cruzarse irónico en otras ocasiones y era consciente de lo desagradable e incontrolable que podía llegar a ser .

  • ·        CHRISTOPHER : Cree que lo que sientes por ella , aún, - logró la atención que esperaba por su parte  - está interfiriendo en tu parte del plan , que no podrás continuarlo .

Y al igual que el primero , éste  también conocía bastante a su acompañante, tanto , como para saber que sobre él también pivotaba una duda más que razonable sobre su capacidad .

  • ·        ADAM : Y tú también lo crees , por lo que veo.

  • ·        CHRISTOPHER: Yo sólo creo lo que veo y lo que sé y a quién conozco. Intercedí por ti ante él porque jamás me has fallado y te he tenido a mi lado siempre que lo he necesitado , pero él no es así y ambos lo sabemos . Él se lo juega todo en esto . Si sale mal , no tendrá lugar donde ocultarse .

Con su nerviosismo creciente , se acercó a él a toda prisa  apoyándose bruscamente encima de la mesa donde se encontraban las pantallas.

  • ·        ADAM: ¿Y nosotros ? ¿Tendremos dónde ocultarnos si todo sale mal?

Sin respuesta posible pero evidente , bastó que ambos hombres se mirasen para reafirmar lo que ambos sabían , que no habría salida posible para ninguno si todo lo que tanto había costado planificar salía mal.

Aguardando las primeras reacciones en el salón, Joseph se dispuso a servir una copa a su acompañante cuando se detuvo pensando en que no le había preguntado previamente si le apetecía tomar algo. Girarse y dejarle ver el contenido del mueble bar  fue suficiente para que ella le negase con la cabeza mientras no perdía detalle de todo cuanto la rodeaba , de aquel ambiente presuntamente familiar y acogedor montado en un lugar destinado , claramente , a visitas ocasionales .

Tras servirse algo , dejó la copa en la bandeja dónde se encontraba abriendo un pequeño cajón que tenía delante suya , extrayendo algo de su interior . Con ambas cosas en sus manos  y aprovechando que ella parecía decantarse por los libros que copaban las escasas  librerías , se sentó en uno de los dos sillones centrales  colocando el objeto en el suelo , donde ella no pudiera verlo . 
Con cada sorbo , en medio de aquel silencio , sólo sus pasos , suaves y lentos , resultaban un acompañamiento perfecto a la imagen de su figura pasearse , segura y confiada , por aquella estancia , incrementando el placer por el sabor de aquel licor aún más si cabe .

Sintiéndose observada , detenida frente a una de esas librerías , tocando el canto de cada libro conforme leía los títulos  , decidió romper la quietud que casi la ahogaba .

  • ·        ESTHER : Bien Sr. Weigel, ya ha conseguido tenerme donde quería , goza de mi tiempo y ha tenido la dosis justa de confianza , ¿ahora qué?

Al girar su cabeza , su rostro guardaba aquella picardía y sorna elegante y distinguida con la que ya le había visto en otras ocasiones , aquel rostro con el que le vio en Polonia  . Era su territorio y lo sabía .

Con la sensación de sentirse apropiada indebidamente , sólo para sentirse segura , optó por quedarse allí, de pie , pero él le insistió que se acercase y se sentase en el otro sillón pidiéndoselo por favor hasta en dos ocasiones al comprobar que la primera vez no había surtido efecto.
Tratando de mostrarse segura de sí misma y decidida optó por sentarse . Tras beber un nuevo sorbo de la bebida que sostenía con la mano izquierda , alargó su brazo derecho hasta el suelo cogiendo el pequeño objeto que había depositado allí instantes antes y lo colocó encima de la mesita que tenían delante .

El rostro de Esther cambió bruscamente  mientras él se  ponía cómodo , con la espalda apoyada y los brazos en los reposabrazos del asiento , asumiendo una clara posición señorial.
Sin poder reaccionar , sintiéndose bloqueada y sin entender nada de lo que estaba pasando , sólo sabía que no podía dejar de mirar aquel pequeño objeto , la caja de música que su abuelo le hubo regalado y que misteriosamente  hubo desaparecido .

Desde la habitación superior , ambos hombres se miraban sin entender qué estaba pasando .

  • ·        ADAM: Pero …¿De qué va esto?

  • ·        CHRISTOPHER : No lo sé.

Y mientras  trataban de encontrar un sentido a las imágenes , al nuevo giro de esta historia , Adam sólo podía observarla a ella , la cual, de pronto , había perdido toda la coraza que la protegía .
Con un nudo inabarcable que no deseaba soltar su garganta  y reteniendo con todas sus fuerzas su mezcla de impotencia y dolor , apenas pudo conseguir que una voz , quebrada , preguntase.

  • ·        ESTHER : ¿Cómo ha acabado en sus manos ?

  • ·        JOSEPH:  ¿Cómo la consiguió su abuelo ? – Sin que ella alejase sus ojos de la pequeña caja de música , en su posición de predominio absoluto de la situación y continuando con aquella voz modulada , parsimoniosa y  excesivamente tranquila , continuó - ¿Cuántos años tenía? ¿Seis ? ¿Siete tal vez ?

Esforzándose por contestar  una vez más , la parquedad de sus palabras contrastaba con el sentimiento con el que eran pronunciadas , el propio del que era , sin duda , uno de los más hermoso recuerdos de su infancia  .

  • ·        ESTHER : Lo compró en una pequeña tienda familiar , en Montmartre . ¿Cómo ha llegado a sus manos ?

No hubo respuesta . Un silencio casi agobiante previo a una situación angustiosa , la clama propiciatoria de la peor de las tormentas , así se sentía sin que en su cabeza pudiera entender nada de lo que estaba sucediendo , sin que realmente llegase a  escuchar las palabras , los datos , que ese hombre , con talante airoso y casi menospreciativo de lo que toda esa realidad significaba para ella ,  vertía  por su boca.

  • ·        JOSEPH: Auschwitz-Birkenau.  Módulo- Barracón número  diez. Tendría esa edad  cuando lo oyó por primera vez , aunque claro , como algo aislado , nebuloso , sin sentido . Podría haber sido en su casa familiar , al bajar de su cuarto porque escucharía una voz familiar en el salón . Sus padres , sus abuelos … y en mitad de la historia , con su carilla inocente y su delgado cuerpecito  , reconoce a su abuelo y corre hacia él , pero antes , al ser descubierta , los adultos deciden interrumpir aquello de lo que estaban hablando. Un abrazo , una caricia y un regalo incapaz de olvidarse , un detalle lo suficientemente  hermoso como para que la niña , la cual podía haber escuchado algo que no debía , olvide todo eso en algún lugar de su memoria a cambio de la deliciosa melodía que la terminó acompañando cada noche , en su mesilla , y que usted observaba la primera cada vez que se levantaba para ir al colegio, hasta que un buen día , la pequeña niña se despierta y la cajita ya no se encuentra en su mesita de noche , - para Esther ,  la poca fuerza que aún retenía en su interior  iba consumiéndose a cada palabra que resonaba en sus oídos , a cada imagen que se reproducía en su interior. Deseando que guardase silencio de una vez , que se callase , el relato sólo proseguía sin que ella pudiese evitarlo -   baja corriendo las escaleras y  desesperada y llorosa busca el abrigo de su madre para que le ayude a buscarla , pero ella , una mujer demasiado ocupada , no tiene tiempo para perderlo en esas cosas y la pequeña niña tendrá que conformarse con un “ya aparecerá cuando menos te lo esperes “ .

Delante de las pantallas , un  Adam , desesperado y ebrio de rabia casi incontenible trataba de encontrarle una explicación a todo esto exigiéndole respuestas a su acompañante .

  • ·        ADAM: ¡Dios ! Pero ¿Qué pu…?  ¿Qué cree que está haciendo?  ¿De qué va todo esto Christopher ?

Sin terminar ni de creerse lo que estaba viendo y escuchando ni saber las respuestas que él mismo necesitaba encontrar , sólo podía ver venir la que se avecinaría en cuanto Adam saliese por la puerta , si es que no decidía hacerlo antes fruto de un arrebato.
Nervioso por una situación incomprensible también para él , no pudo por menos que darle la única respuesta posible en ese instante .

  • ·        CHISTOPHER : No lo sé , te juro que no tengo ni idea de lo que está pasando.


Cogido por  las solapas de la camisa , zarandeado por  su compañero , Christopher sólo pudo intentar , agarrándole las manos , que lo soltase en un claro tono de advertencia .

  • ·        CHRISTOPHER : ¡Suéltame Adam!

  • ·        ADAM :  ¡ No me digas que no sabes nada de esto ! ¿Es qué no le ves la cara ? ¿De qué va todo esto Christopher ?


Preocupado por su nivel de alteración y que  conforme elevase más la voz pudiesen ser descubiertos , mientras  le cogía por sus solapas , tiró de ellas hacia sí acercándole mucho .

  • ·        CHRISTOPHER : Te lo diré una sola vez más Adam – le advirtió casi susurrantemente  - no tengo ni zorra idea de lo que va esto , no sé nada ,- le retiró los ojos para centrarse en sus manos y su camisa bien agarrada por un segundo-  y ahora … suéltame .

Respirando agitadamente , aunque tratando de tranquilizarse , acabó por soltarlo mientras la atención volvía sobre lo que sucedía en el salón.

  • ·        JOSEPH: Sin embargo , a aquella pequeña niña , la preciosa caja de música no logró borrar su memoria del todo ,  y aunque no supiera nada , aquel pabellón , el módulo diez , la enfermería , tenía que significar algo. – Bloqueada , escuchando cada palabra hiriente , tajante y verdadera , apenas podía aguantar las ganas de llorar pero se negaba a hacerlo delante suya – Todavía trato de explicarme por qué teniendo los accesos completos a todas y cada una de las instalaciones del campo , habiendo entrado en todo aquello a lo que el tiempo le dio de sí ,  fue capaz de llegar hasta allí, detenerse delante de su puerta pero ser incapaz de entrar .

Como si hubiera estado allí, a su lado. Como si la hubiera visto dudar entre entrar o no en el módulo , como si supiera lo que fue capaz de sentir estando frente a aquella puerta cerrada y como el sudor frío recorría su cuerpo.

No. No sabía la verdad porque nadie había  querido contársela y sí,  recordaba a la perfección haber escuchado a sus padres y a su abuelo hablar del módulo- barracón número diez de Auschwitz-Birkenau, algo que quedó grabado en su memoria más que por su verdadero significado , dato que conocería muchos años después , por la forma en que aquel salón se silenció al aparecer ella que había escuchado  la voz de su abuelo desde su habitación, donde jugaba .

No. No sabía por qué se había detenido pudiendo entrar , por qué  algo se lo impedía de forma inexorable mientras  todas aquellas preguntas que se hizo a sí misma  y que de las que nunca obtuvo respuesta , se repetían de la misma forma que lo hicieran antaño con un por qué detrás , siempre martilleante y continuo . ¿Por qué tantas preguntas sin respuestas ? ¿Por qué tratar de ocultar una verdad hiriente y lastimosa  que seguramente se terminaría sabiendo tarde o temprano  y que ahora , delante suya , se mostraba más sangrante y dolorosa que nunca , en manos y en la voz de un completo desconocido.

Un desconocido que , lejos de silenciarse  al ver su estado , su mirar fijo y lastimoso hacia la pequeña caja de música , optó por continuar engrandeciendo una historia que parecían conocer muchos menos ella , la que más lo necesitaba .


  • ·        JOSEPH: Debe ser muy difícil explicar cómo apenas un día después de llegar al campo , fueron trasladados hacia el otro extremo del mismo , donde eran llevados los técnicos , ingenieros y especialistas médicos . Un prestigioso cirujano , casado con una judía de familia con posibles  que logra hacerse un nombre  gracias a la consulta puesta con el dinero de su mujer. Un cirujano destacado destinado a un barracón privilegiado , con buena comida , mantas suficientes y hasta calefacción en invierno , y por encima de todo , la seguridad de que jamás  acabarían, ni él ni su esposa , en una de las cámaras de gas . Y finalmente , a la hora de la verdad , como pago por los inconmensurables servicios prestados a la causa , se les compensase ,  apenas un día antes de la liberación de los campos , con su salida  ocultos en un   camión , con dinero , una nueva identidad  y una vida por comenzar facilitada por un contacto en un punto concreto, amén del aseguramiento de que cualquier posible rastro de su estancia en el mismo , quedaría definitivamente borrada antes de que los aliados entrasen arrasándolo todo . Ni registros, ni archivos , ni nombres en los informes de las actuaciones  que allí se llevaban a cabo.  Debe ser duro descubrir cómo alguien a quién se admira pero del que se niega sospechar pese a los rumores y los descubrimientos , acaba escapando siendo el jefe médico de Josef Mengele.


Un muro derribado , hecho arena entre unas manso que se negaban siquiera a apoderarse de parte de aquellos minúsculos granos de historia , tan fina como la cal que recubría los cuerpos en las fosas comunes tras los disparos  en los nada improvisados pelotones de fusilamiento .

Registros , datos … ¿Qué buscaba ella en realidad con aquella ansiosa necesidad por encontrar algo ? ¿A caso la colección sólo fue su excusa , el escudo que creía necesitar como salvaguarda ante esta verdad evidente  que de largo suponía  y nadie quería confirmarle ?

Pero el espectáculo aún debía continuar  y su clausura debía ser brillante . Una punta de lanza con la que concluir una verdad aplastante que no la llevaba a ningún lado salvo a  su propio vacío , en el que las lágrimas  brotaron solas y siguieron su propio  curso sin que surgiera el ánimo para detenerlas . Aún así , si alzar la vista ni una sola vez hacia él , y apenas con fuerzas suficientes para hablar , trató de encadenar toda aquella historia que había empezado con una pequeña caja de música regalada por su abuelo, y acercándose para cogerla , sosteniéndola con ambas manos y cuidado exquisito , le preguntó a su hiriente y sincero narrador .

  • ·        ESTHER :  No la compró ¿Verdad?


Bebiendo un nuevo sorbo,  determinó dejar el vaso a continuación encima de la mesa y adelantando su cuerpo  , apoyado con sus codos en las rodillas , le contestó.

  • ·        JOSEPH: Un día llegaron una madre y su hija de apenas seis años , una niña muy especial  a la cual se le veía diferente nada más fijarse un poco . Ambas fueron separadas apenas bajaron del vagón del tren que las traía de Varsovia. La madre fue llevada al barracón correspondiente , con el resto de las mujeres de la remesa que llegaba ese día , pero a la niña , la llevaron directamente al barracón  infantil, dónde permanecían los pequeños seleccionados  . Poco antes de que pasase al módulo diez , la niña se aferraba a un pequeño objeto que no quería soltar , pero un hombre de bata blanca , con voz dulce , la convenció para que se lo enseñase . Viendo lo que era, dio vuelta y media a la cuerda  comenzando a sonar aquella melodía . Estando ésta a punto de finalizar , su sonido se entremezcló con los gritos de la pequeña  a la cual separaban del único recuerdo  vivo que le quedaba de su madre .

Alargó una de sus manos para coger la pequeña caja de música mientras con la otra comenzaba a dar vueltas a la llave  y una vez se detuvo, la música comenzó a sonar, dejándola de nuevo encima de la mesa .

Sobrecogida , angustiada y sin poder pensar , sólo pudo mirar aquella caja de nuevo , aquel pequeño detalle , el único recuerdo feliz de su niñez , de su abuelo , intentó respirar hondo y reponerse , aunque sólo fuera por un segundo para irse incorporando lentamente . La única vez en que sus ojos se desviaron de su objetivo , de su más tierno recuerdo , se centraron en él  con la rabia contenida manifiesta en su cara.

  • ·        ESTHER : Gracias , por nada y por todo .


Dándose la vuelta ,  se marchó.


Ana Patricia Cruz López
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