LA MUJER DEL RETRATO
ALGO MÁS QUE UN SIMPLE TRABAJO (SEGUNDA PARTE )
Confusión. Quizás esa es la palabra que mejor podía definir
lo que sentía en ese preciso instante . Una sensación que no logró desaparecer
pese a las horas y una misión necesaria que llevar a cabo. Su amigo, su mentor
, Lambert , le había pedido que tratase de extraer muestras del resto de obras de la colección , la única forma
de poder tener algo que las relacionase
, y sin embargo , aquella tarea , casi imposible dada la vigilancia de las
mismas , se convertiría en el único elemento capaz de arrojar algo de luz.
Cómo conseguir abrir la cámara sin que ni Eugénie ni
Kauffman estuvieran presentes era el
jeroglífico a desvelar. La distancia entre ambas cerraduras resultaba, en
principio , imposible para una persona ,
pero tampoco podía estar segura a ciencia cierta .
Sólo algo la mantenía angustiada en el fondo , ¿ genética
humana en sus pigmentos ¿ ¿Excesiva elaboriosidad y perfección en la
consecución de un único objetivo , aunque indescifrable por el momento ,
hacerlos parecer antiguos?
Tras volver al museo y examinar en su despacho los
resultados del scanner , estos tampoco podían mostrar conclusión alguna , salvo
las distintas capas que confirmaba , como si se hubiera , efectivamente ,
repintado sin retirar lo deteriorado de la anterior . Una labor de restauración en principio chapucera y de
baja calidad , pero no que tampoco podía ubicarse en el tiempo .
Los rumores , las historias , las leyendas en torno a la
distintas formas en las que esta colección fue elaborada , así como cada uno de
los cuadros , pervivieron durante mucho tiempo , no logrando disiparse ni cuando fueron hallados y llevados ante el
Gobierno Austriaco.
El que con más pesó aún se guardaba en la memoria colectiva de
los curiosos e interesados en la misma , hablaba de que no había sido una sola
mujer la seleccionada para ser modelo ,
que ni siquiera su imagen , la del primer cuadro , se habría utilizado para
copiarla . Se aseveraba que habían sido tantas mujeres como cuadros y que de ellas , una vez realizados éstos ,
nunca más se había vuelto a saber .
Cuando Hittler lo hubo requisado para su exclusivo disfrute en su dormitorio
, ordenó incluso que sólo una persona de
servicio, designada por él, fuese el
seleccionado para servirle en exclusiva con pase a dicha estancia , quedando
relegado de él , el resto del servicio asignado al Führer . Una persona , que se convertiría, con él
presente , incluso cuando lo ayudaba a vestirse , en el único testigo de su obsesión para con una obra situada alrededor de su
cama , imitando el paso de las agujas del reloj , para que desde cualquier
punto , al despertar, bien antes de
amanecida , cosa que acostumbraba frecuentemente , o tras alguno de sus terrores nocturnos que tanto le
soliviantaban y perjudicaban su habitual estado de ánimo , pudiese encontrar
aquella especie de paz extraña que sólo él hallaba al observarlos , a
cualquiera de ellos o a todos en general
.
Durante los tiempos de elaboración de su tesis , contactando
con familiares de algunos de los supervivientes del campo de exterminio o de los trabajadores del despacho de Berlín
, aunque nadie pudiera aportar más que los testimonios de las narraciones
vertidas por sus antecesores , se decía , a ciencia cierta , que aquella mujer
o mujeres , se habían convertido en la mayor exaltación de la belleza para
él pese , por sus características
físicas , gozar de rasgos hebreos . Algo en su piel , en la ductilidad de su
cuerpo , sereno y dispuesto , parecían provocarle algo que hasta le suavizaba
el mal humor con el que solía hacer acto de presencia y por el que era archiconocido.
Las historias sobre el peso esotérico que la misma obra
arrastraba , sólo incrementaban la curiosidad incluso de los no estudiosos .
Personajes que se autocalificaban de científicos cuando no resultaban ser más
que estudiosos de lo paranormal venidos desde los mismos Estados Unidos con maletines llenos de informes que avalaban
sus pseudo investigaciones, peleando , en aquel entonces, no sólo con las
autoridades austriacas , para acceder a
la obra en sí y casi desmembrarla en su
totalidad , sino que incluso intentaron
acceder al Búnker de Hittler por el mero placer de confirmar , que podrían captar desde imágenes a través de
los sensores de calor o psicofonías varias sobre sus últimas palabras dichas .
Sucesos como éstos , en su momento , hicieron pensar a
Esther que aún los había menos cuerdos que ella , o por lo menos que lo
parecieran de cara al exterior . Al menos , parte de su obsesión por la obra , llevaba consigo el
trasfondo de una labor científica acorde con la profesión que deseaba ejercer y con los estudios que
trataba de finalizar , pero aquellos otros sujetos que invadían los juzgados austriacos
tratando de conseguir permisos imposibles fundamentados en una locura, para la que los anfitriones guardantes de los
cuadros no comportaba más que una tomadura de pelo, sólo lograban enardecer los ánimos
proteccionistas de quiénes se creían conmás derecho que sus legítimos y aún
desconocidos propietarios.
La tarde se convirtió en noche . El silencio ocupaba el
largo y oscuro pasillo al que apenas un par de luces de indicación , tenues,
parecían indicar el posible camino de salida . Un golpe seco proveniente de él , la distrajo
de su lectura. No se trataba de algo reconocible a priori y la idea que se
conformó en su mente , la más recurrente , es que se trataría , posiblemente ,
de alguna ventana abierta en alguno de los despachos .
Sin recalar más en ello , decidió proseguir con la lectura que tan imbuida la mantenía . Sus notas en un
lado , los informes que logró fotocopiar
y traerse de Polonia en el otro , algunos libros de técnicas pictóricas al óleo
abiertos por página concretas amontonados delante suya y ocupando buena parte
del pie del monitor , y muchas pestañas abiertas en aquella pantalla de ordenador que la trasportaban a otros museos en los
cuales habían recalado obras de la misma época.
Llevaba horas en suma concentración tratando de elaborar
nuevas notas que le permitieran tener alguna idea clara . Que le permitieran
asociar , incluso, las técnicas que algunos indígenas que convivían actualmente
en tribus del Amazonas o pobladores de algunos núcleos tribales africanos o
polinesios utilizaban a la hora de
conformar los pigmentos con los que se tatuaban la piel a efectos de simbolizar
su unión a un clan , a una familia o a un determinado status.
Otro golpe seco . Idéntico al anterior . Proveniente del
mismo lugar . Sobresaltada dado el nivel
de concentración en el que se encontraba
, alzó el rostro y lo dirigió hacia el
exterior de la puerta abierta de su despacho esperando apareciera alguien que
otorgara una explicación razonable y objetiva a aquello que se había repetido
con tan sólo unos minutos de diferencia , pero ello no se produjo, nadie
apareció.
Sin esperar a que hubiese una tercera vez y
envuelta en una reconocible curiosidad , Esther dejó en la mesa lo que tenía
entre las manos y apartó la silla con la
intención de dirigirse hacia el otro lado de la puerta , hacia aquel
pasillo del que parecía provenir el reiterado sonido .
El mismo silencio
parecía emanar un ruido inmenso , ahogado . Ni el sonido del aire
pareciera cruzarse . Sin corrientes. Un largo e inmenso pasillo en
semioscuridad sólo flanqueado por altas paredes blancas y puertas cerradas .
De píe , allí sola , se giró a ambos lados del mismo para
obtener la visual completa poniendo especial énfasis en su oído. No. No parecía
que hubiera nadie y sin embargo, no se sentía sola.
Tras unos segundos de
tensión absoluta , decidió ir a echar una ojeada , sólo para asegurarse .
Caminó en primer término hacia el despacho de Kauffman cuya puerta parecía aparentemente cerrada
. Con la mano en el pomo de la
misma, se aseguró de que nadie hubiese
detrás suya y , seguidamente , tocó tres
veces con los nudillos . Nadie le
contestó desde el interior y, tras volver a mirar hacia su espalda , como si
sintiera el temor propio de quién va a realizar algo que no se debe , comenzó a
girar el pomo pensando que éste se detendría en algún momento pero no fue así.
Al sonido de apertura le prosiguió tratar de asegurarse de que no la seguía nadie y de
que continuaba en absoluta soledad para , a continuación, abrir con mucho
cuidado y adentrarse en la estancia .
No encendió la luz , no se atrevía a que pese a la altura en
la que estaba situado el despacho respecto a la calle , alguien pudiera verla ,
aunque tampoco le hizo demasiada falta . La luz de una inmensa y cercana luna llena en
mitad de un aún más impresionante y extraño cielo despejado le sirvió como “faro” adecuado a sus
propósitos allí dentro.
Deambulando con mucho cuidado por su interior , aquella
visión se le hacía distinta a la que transmitía a plena luz del día . Un cierto tinte azulón lo cubría todo , y
hasta los cuadros de las paredes , escasos
y minimalistas , parecían cobrar vida en forma de sombras capaces de
engañar al ojo del observante.
Las estanterías llenas de libros , captadas de pasada la
primera vez que estuvo en él , le
llamaron la atención . Algunos libros de literatura clásica europea , biografías de personajes
históricos de los que cabría
destacar a Napoleón o Carlo Magno , catálogos de museos varios y la que podría
ser casi la joya de la corona a su juicio a tenor de la presunta ocultación que
se hacía de él con una figura
escultórica de reducido tamaño justo delante de su lomo.
Desplazó la escultura hacia un lado pudiendo ver por fín de
qué se trataba aunque no así su título , para lo cual , tuvo que extraerlo de
su lugar y llevarlo hasta su mesa para retirar con
cuidado la especie de caja portadora que
lo cubría.
Encuadernado en cuero negro
y con letras en plata incrustadas , sólo una palabra podía , a priori ,
definir su contenido : MEMORANDUM.
Abierto con exquisita delicadeza , sus hojas eran de
papel crema pastel muy claro , más gruesas que una hoja
cualquiera de papel normal mientras que su tacto, extraño, otorgaba diversas sensaciones
a través de las yemas de los dedos que lo rozaban.
Sin rotular , sin inscribir . Así eran sus primeras dos
hojas . Grandes espacios inutilizados sin mácula alguna con la , tal vez,
misión única de servir de salvaguarda al resto del contenido .
Tras pasar la
segunda , en la tercera página aparecía
la primera de las inscripciones . Por su estilo caligráfico la letra resultaba
antigua , de estilo medieval, posiblemente alto alemán antiguo (c. 500 - c. 1050) y por la curvatura
adoptada en las letras y el grueso en algunos de los trazos al conformarlas, se
podría añadir que incluso escrito con pluma , y no moderna precisamente a
juzgar por las pequeñas manchas de tinta dejadas como ínfimos puntos que se
perdieran absorbidos por el papel.
Inscripciones en un alemán casi ilegible y harto difícil de
entender que , sin embargo , no parecía proceder de aquella época pero que ,
quien lo escribiera y anotara , parecía conocer a la perfección. Un libro que conforme avanzaba , se preveía
perfecto , sin tachas ni borrones ni elementos de corrección algunos y en el que sólo algo le llamó profusamente la atención hasta el punto
de detenerla .
Pese a las dificultades habidas por la ausencia de luz
bastante como para intentar leer nada , acercó su cara lo suficiente a la hoja
ante la aparición de una fecha que se no
se le antojaba tan lejana como podía creerse dados los datos percibidos. Deduciendo de la
derivación que el alemán actual y el británico más exquisito tenían en común
, logró deducir , con poco margen para
el error , que se citaba una fecha cierta de un mes de Abril, concretamente ,
el 11 de Abril de 1940, pero la anotación llevaba como encabezado otra fecha,
esta vez sí más actual, de tan sólo hacía un año.
Con el móvil en uno de los bolsillos de su pantalón, no dudó
en hacerse con él y preparar la cámara .
Necesitaba pruebas gráficas de lo que estaba leyendo y alguien que le
ayudase en lingüística antigua , pero para eso sabía perfectamente a quién
acudir.
No conforme con sólo
capturar aquella página, continuó
a la siguiente dónde se citaban
nombres y se referenciaban otras fechas
, días , de aquel mismo mes , de aquel
mismo año. Tras proseguir fotografiando las páginas subsiguientes , en la que
parecía la última antes de un nuevo
impás en blanco , apareció una fecha final
y un nombre , esta vez de un lugar , una localización : Auschwitz II-Birkenau, Mayo 20, 1940.
Un frío doliente
acució su cuerpo de pronto y sólo un
nuevo sonido seco , proveniente del mismo lugar que los anteriores , le hizo
cerrar el libro a toda prisa , volverlo a
introducir en su caja y colocarlo en el lugar del cual lo había cogido.
En una de las esquinas de la parte alta del armario , un
pequeño objeto circular , discretamente colocado , la seguía en cada movimiento
hasta su salida del despacho. Un recorrido neto , casi insano de los cables a
los cuales permanecía unida , llevaban hasta la sala de seguridad .
- CHRISTOPHER: Indudablemente la habíamos subestimado. Lo ha encontrado antes de lo que esperábamos.
- JOSEPH: Si en algo acertó quien mejor la conoce , me temo que efectivamente el tiempo no corre a nuestro favor.
Con el primero sentado frente a las cámaras , su acompañante
prefería hacer su observación de toda la escena de píe , junto a él .
- JOSEPH: Enfoca al pasillo de salida .
Cambiadas las cámaras de vigilancia hacia esa parte , todo
su recorrido de salida hacia el exterior
casi podía cronometrarse .
El Director del Museo observó su reloj por unos instantes .
- CHRISTOPHER : Menos de un minuto para que llegue a seguridad .
Al pasar Esther por el puesto de seguridad , el vigilante
que se encontraba apostado en él la llamó.
- VIGILANTE : ¡Sra. Neumann!
Sin darse si quiera cuenta de su presencia , obcecada en
salir a toda prisa de aquel lugar, no pudo evitar detenerse .
- VIGILANTE : No la hacía aún aquí . – Le afirmó el guarda de seguridad mientras se acercaba a ella con un sobre en la mano -.
Bastante nerviosa , trató de encontrar la mejor excusa
posible como respuesta .
- ESTHER : Ah, sí lo lamento, sé que debí comunicar que me quedaba pero , lo cierto, es que estaba tan absorta en una lectura que ni me di cuenta del pasar de las horas .
- VIGILANTE : No se preocupe aunque convendría que no se despistase para la próxima vez. – le dijo mostrándose comprensivo – Por cierto , llegó esto poco antes de que cerráramos - le acercó el sobre que tenía en una de sus manos - pero como creíamos que no se encontraba en el edificio , lo tenía a buen recaudo para hacérselo llegar mañana por la mañana nada más entrase .
- ESTHER : Gracias , y de verdad , discúlpeme.
Lo cogió y mantuvo en
la mano sin guardarlo.
- VIGILANTE : No se preocupe . Que pase buena noche .
- ESTHER : Lo mismo digo.
Mientras , en la sala de vigilancia , alguien profería otra
nueva indicación de seguimiento.
- JOSEPH: Síguela hasta el exterior , el sobre no durará cerrado demasiado tiempo.
Y la cámara de vigilancia exterior mostró su imagen,
detenida en la acera , junto a la puerta aunque de espaldas hacia el objeto
vigilante .
Con el sobre en la mano y tratando de saber de qué se
trataba , lo abrió . En la sala de cámaras , ambos hombres se miraban aunque el germano pareciera disfrutar mucho
más de un instante de absoluto acierto previsor .
Esther abrió el
sobre justo por la pestaña de la
lengüeta viendo que portaba una tarjeta
manuscrita en una letra oscilante , ladeada , casi musicalmente perfecta .
Palabras cuadradas al milímetro en un elemento portador rugoso y de excelente calidad , como el sobre
portante , y que la conminaba a acudir a un lugar y hora concretos .
“ Hospital – Museo de
Los Inválidos . Segunda planta . Orden de la Liberación. Mañana . Diez
horas . Fdo: Joseph H. Weigel.”
Pensativa y extrañada , cerró el sobre en dirección hacia su casa.
La sonrisa satisfactoria por parte de uno de los dos hombres
que se encontraban en la sala de vigilancia no fue suficiente para mostrar la
satisfacción más absoluta ante lo que parecía un acto debidamente programado
.
Weigel se rió ampliamente mientras Christopher recolocaba
todos los elementos de vigilancia como debían de encontrarse cuando el
vigilante hiciese su ronda . Adentrándose en el ordenador central , en el programa específico que las controlaba
, introdujo una fecha , la actual , y
unos números , los indicativos de las cámaras utilizadas , y unas horas concretas. Tras mostrarse en pantalla los datos que deseaba ,
observando el botón de deletear , lo apretó , y los datos desaparecieron de la misma quedando la
pantalla en negro con un mensaje claro : datos eliminados .
- JOSEPH: Es lista y hábil, pero sus ansias por averiguar la están haciendo caer en el círculo de forma irremediable , para gozo nuestro claro.
- CHISTOPHER: Deberíamos hablar con Adam, debe convencerla para que dé el siguiente paso.
Joseph no parecía mostrarse muy conforme con aquella
afirmación . Su compañero no podía salir
de su asombro.
- CHRISTOPHER : ¡Oh, venga ya! ¿Cuándo vas a dejar de desconfiar de él ? Hasta ahora ha dado unas incuestionables muestras de lealtad.
- JOSEPH: Tú lo has dicho , hasta ahora, hasta que ella ha entrado en el juego , y eso que fue él quien nos la sirvió en bandeja como la mejor y más adecuada dados sus antecedentes .
- CHRISTOPHER: No puedes seguir así, desconfiando. Hasta ahora ha hecho todo lo que se le ha mandatado . No hay nada que reprocharle.
Con los brazos cruzados en su pecho y apoyado en el filo de
la mesa situada justo en frente de su amigo , bajó la cabeza .
- JOSEPH: Ha ido a ver a Lambert esta mañana . Ya sabes lo que supone.
Sorprendido por como avanzaban los pasos adoptados por ella
, trató de pensar con rapidez una solución .
- CHRISTOPHER: Debemos hablar con Adam y que lleve a cabo la siguiente jugada.
- JOSEPH: ¿Y crees que lo hará? ¿Tan seguro estás de que te la brindará con tanta facilidad sin que le remuerda la conciencia ?
Planteado así hasta a él le surgió una duda más que
razonable , a lo que respondió con
determinación.
- CHRISTOPHER : Tendrá que hacerlo si quiere conseguir lo que se le prometió en su día, pero déjamelo a mí, parezco tener mejor entrada con él de la que tú jamás tendrás.
- JOSEPH: Todo tuyo pues . Yo de momento , me conformaré con la cita de mañana . Veremos hasta dónde es capaz de llegar la profesional y si será capaz de retener a la mujer .
Aquel gesto en su rostro , aquel tono irónico en su voz ,
resultaba casi molesto hasta para
Chistopher , el cual aún no se
acostumbraba ni a la forma de pensar ni a las retorcidas maniobras de su colega
.
A sabida cuenta de que Joseph no gozaba de escrúpulos ni tan
siquiera que supiera cómo se escribía la palabra o que ésta existiera , sui
papel de intermediación con un Adam que
se mostraba problemático ante él , comenzaba a
preocuparle, especialmente porque se volvía imprevisible y ni él , con
su talante , podría controlarle llegado el caso.
Sin convencerle mucho el resultado de la cita en el museo ,
esperaba que nada se extralimitase más de lo acordado y , mientras pensaba cómo afrontar
la conversación que habría de mantener con el tercero en discordia,
trataría de limitarse a descansar , aunque su cabeza no parase de pensar a dónde llevaría todo
esto con una contrincante que estaba resultando llevarles ventaja.
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MUSEO ORDEN DE LA LIBERACIÓN . HOSPITAL INVALIDOS PAIRS . CRED FOTO APCL73 |
No podía negar aquella sensación que la perturbaba cada vez que volvía a esta parte del Hospital
de Veteranos de Los Inválidos. Los millares de turistas ansiaban llegar allí por
el simple hecho de visitar , por encima
de todo lo demás , el Dome , lugar dónde se encontraba el sarcófago marrón que
recubría los once restantes en los que se hallaban los restos de Napoleón,
debajo de la gran cúpula hermosamente
ribeteada por dorados , tal y como se visualizaba desde el exterior , desde
toda París, no pasando desapercibida.
Esos turistas que formaban aquellas largas colas para
acceder , muchos de los cuales parecían olvidar la historia que depositaba el
lugar o como el resto de la construcción
ostentaba su propia historia, jamás se percatarían de lo que encerraban parte
de sus muros .
Las escaleras en cuyo
inicio se encontraba un tanque de la Segunda Guerra Mundial , en perfecto
estado , llevaban a esa parte del edificio . En el pasillo que ascendía hasta
la gran placa central , con los nombres de los más relevantes caídos durante la guerra , la foto de una dulce niña
de ojos tristes que se aferraba a un
casi desecho osito del que no quería desprenderse , como si fuese su
salvaguarda , como si nada hubiera de pasarle allí dónde se encontrase con él en sus brazos.
El largo pasillo , con vitrinas a ambos
lados portadoras de recuerdos
varios hallados durante la liberación de los campos , acongojaba nada más verlo
, así como las fotos conseguidas de quienes los mandataban dónde se mostraban
los horrores como un triunfo de guerra sobre los vencidos , destapando
orgullosos los horrores de lo realizado .
Las habitaciones , debidamente acondicionadas y que antaño
sirvieran de centros de recuperación en tiempos de guerra , aguardaban los
recuerdos de los militares que gestaron la hazaña , incluyendo uniformes ,
medallas y demás valijas recordatorias incluyendo las del General De Gaulle.
No era la primera vez que se encontraba haciendo ese mismo
recorrido , pese a que ésta sólo era una parte del recordatorio de la guerra en
Francia. La otra parte , su Museo por excelencia , en frente del de Orsay,
también se había convertido para ella , en otros tiempos , casi un lugar de
peregrinación , pero la misiva la citaba en este ala , en esta planta
precisamente , y aunque no especificaba la sala exacta , su detención frente a
la puerta que la llevaba a la gran vitrina en donde una bandera nazi en
perfecto estado se mostraba en su amplitud , con la consabida fotografía del lugar donde ésta ondeaba presta , un edificio
oficial por aquel entonces para ser más
exactos , la hizo adentrarse una vez
más y detenerse justo en frente de ella
, observándola impávida.
No habían demasiados visitantes aquella mañana . Quizás la
prematura hora , casi cercana a la de apertura , no lo hiciese tan
atractivo para estómagos sensibles ,
pero apenas se escuchaban voces o pasos en el exterior , y concentrada en
aquello a lo que ya estaba acostumbrada a ver , pensando de nuevo en aquellas
ideas recurrentes que rondaban su mente cada vez que se encontraba frente a un
símbolo tan evidente y claro de algo no deseable para recordar pero que tampoco
debía olvidarse , parte de su historia pasada , notó como una presencia se le aparecía por detrás hasta colocarse a su lado.
Había llegado. Su presencia imponía sin hacer falta mirarlo y su voz , con aquel acento alemán tan marcado
, aún más.
Del tono de su voz pareció desprenderse cierto orgullo
patrio, lo que hizo que el vello de ella se erizara por completo .
- ESTHER: Tanto como los horrores que ello comportó.
La sequedad en la respuesta, lejos de molestarle le hizo sonreírse
a sabiendas de que ella no le miraba .
- JOSEPH: ¿Cree saber toda la verdad sobre lo que en realidad pasó ?
Aún continuaba sin mirarlo, sin dejar de observar fijamente a
aquella enorme bandera que la continuaba sobrecogiendo.
- ESTHER : ¿ Alguien lo cree? Sólo aquellos que no están , los que no pudieron salir , son los únicos que podrían contárnoslo.
- JOSEPH: El día que alguien pueda contar cada historia desde los dos lados , sólo entonces, podremos hablar de la historia completa con cierto margen de objetividad .
- ESTHER : Por desgracia , una de las partes ya se encargó de borrar la mayor parte de las huellas de la otra , así que ¿ quién se atrevería ?
Alejándose de ella en dirección a la pared contraria , se
apoyó en el marco de la puerta esperando se diese la vuelta sin conseguirlo a
priori. Cada vez que el sonido de su
voz retumbaba en sus oídos , se
exasperaba más y más . Había algo en él
que lo hacía tan intrigante como desagradable , algo que la incomodaba
profundamente .
- JOSEPH: No empezamos con buen píe la primera vez que nos encontramos ¿cabría la posibilidad de que ésta prosiguiera de otra forma?
Por una vez pudo escucharle . Su ironía había desaparecido y
si no fuera porque no se fiaba de él, casi se podría decir que hasta resultaba cercano y agradable
. Una veracidad fingida y
maravillosamente interpretada que solicitaba atención, la suya , y que ella ,
complaciente por mera curiosidad , correspondió dándose la vuelta .
No le había visto hasta entonces y , sin embargo, su imagen
le recordó al hombre que viera salir del despacho de la gerente del Museo de Auschwitz
. Abrigo largo , abierto en esta ocasión, pelo rubio hacia detrás y completamente engominado y una forma de mirarla intrigante , algo de lo
que no pudo percatarse en aquella ocasión por las gafas de sol que portaba.
Decidida a averiguar hasta dónde estaría dispuesto a
llegar con semejante invitación cursada
y lo que pretendía , fue directa , sólo como ella sabía serlo.
- ESTHER: Salía del despacho de la Gerente del Birkenau el mismo día que yo entraba .
Aquella sonrisa maliciosa volvía al rostro del hombre que ,
sin inmutarse , reconocía de esa forma tal hecho.
- JOSEPH: Suelo colaborar con muchas entidades . Ésa es una de ellas , pero ¿en serio es eso lo que quiere saber ?
- ESTHER : No. En realidad quiero saber por qué a cada paso que voy es a usted a quién encuentro. Por qué con cada persona que parezco relacionarme o con la que entablo algún tipo de contacto , usted parece encontrarse a mitad de camino.
La sonrisa desapareció tan sigilosa y lentamente mientras sus
ojos no parecían pestañear , que un frío recorrió por completo la espalda de
ella.
- JOSEPH: Usted y yo tenemos mucho más en común que el resto de las personas con las que podamos relacionarnos o entablar algún tipo de conversación banal. – Desde su posición, sin moverse siquiera , sólo por la forma de mirarla , Esther se sentía ahogada , encerrada , sin saber por qué.- La historia que nadie cuenta y de la que guardan silencios , aquella que supone el gran secreto que todos guardamos en cierta forma y que nadie , a veces , ni nosotros mismos , llegamos a conocer . Quizás , ni en nuestro caso , aquellos que puedan contarla, la verdad , hayan sobrevivido ¿ o sí?
Enigmas . Ya había
calado , desde la primera vez que se encontraron, que era su forma preferida de
acercarse , de adentrarse en ella al menos .
Enigmas durante los cuales modulaba la voz tan perfectamente
que incluso su marcado y , para ella , desagradable acento, se tornaba apenas
dulce y sigiloso . Su forma de mirar , sin embargo, trasgresora e incomodante , descarnaba cada
parte de su cuerpo , pensando en cómo
moverse para no resultarle en nada atrayente .
- ESTHER : Parece muy seguro de sí mismo con tales afirmaciones .
- JOSEPH: Lo estoy, otra cosa distinta es la pregunta que lleva rondando en su cabeza todo el tiempo ¿Por qué aquí ?
No podía resultar tan
transparente y sin embargo lo era . Su rostro continuaba reflejando lo mejor y
a la vez , lo peor de ella , su vulnerabilidad .
- JOSEPH: Cuando oso afirmar algo es porque sé que es cierto , y sólo puedo gozar de esa veracidad porque o lo he vivido o conozco o he conocido a la persona que directamente me ha desvelado dicha información. – Abandonó su lugar para irse acercando a ella lentamente , sin pestañear, sin dejar de mirarla fijamente con aquellos ojos inquisitivos - Usted quiere algo de mí , pero debe saber que sólo estoy dispuesto a dárselo por ese nexo de unión que existe entre ,los dos . – Rodeándola mientras con los ojos volvía a degustarse del festín que ante él se mostraba quieta , aparentemente impasible – Dígame Sra. Neuman ¿ Estaría dispuesta a arriesgar todo lo que sabe y quiere por la verdad ? – Situado de nuevo frente a ella , a pocos centímetros de su rostro, aquellos ojos , tan tenebrosos como quién los portaba , una última pregunta la hizo palidecer – Sólo de su respuesta dependerá que obtenga aquello que tanto desea ¿Cuánto estaría dispuesta a dar por saber la verdad que tanto le ocultan aquellos en los que más confía?
Ana Patricia Cruz López
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