MOMENTOS . Siempre tuya (137)

Delicioso y tenebre negro que lo ocupas todo.

Olor especial con el que cubres el natural de mi piel.

Segundo cuerpo como primero ,

disfrutado igual.

Frío y cortante ,

duro y extremo,

cuero virgen recalado en tus manos

y sometido a tu voluntad .

Incapaz de levantarme del suelo,

incapacitada para mirarte,

el valor me ha jugado una mala pasada de nuevo

huyendo de mí cuando más lo necesitaba.

Ni una sola palabra traspasada entre tus labios ,

una sola mirada sirvió como referencia ,

mientras tus manos se convertían

en el pincel  improvisado y estudiado a la vez

de esta obra.

Oscuridad y luz ,

mi alma y la tuya ejerciendo de pareja perfecta,

de danzantes de muerte y vida

dónde nadie daba nada por esto.

Nubes negras que amenazan de tormenta,

viento frío que recubres de hielo y fuego mi interior.

Altivez convertida en sutil tentación y deseo ,

el no por respuesta  que no admites

y el sí implícito que yo te ofrezco.

No es amor ,

porque algo como esto ,

carece de convencional sentido y sentimiento.

Capaz de sentir el ahogo continuo de tus brazos ,

la falta de calidez en tus gestos por tu ansiedad de tenerme ,

lejos de ahuyentarme , sólo me acerca más a ti.

Inexplicable adicción la que me generas ,

Inexplicable mi reacción ante tu persona

en la que soy incapaz de reconocerme.

Cadenas esclavas a tu cuerpo,

tu voz, tatuada a fuego,

tu orden , mi forma de vivir.

Espejo que reflejas mi otra realidad ,

aquella en la que él está conmigo

y que te resquebrajas cuando me encuentro sola,

hasta ti ha llegado su maldito hechizo,

el del animal al que no se le niega,

al reconocido desde su nacimiento y que siento hervir dentro de mí.

Brujo indómito que destrozas todo aquello que osas tocar

y conviertes cada encuentro,

en un ritual en el que con puñal en mano,

abres en canal mi pecho para extraer el corazón.

Puñal ,

cuya afilada hoja deja las señas de tus instintos,

las marcas de tus aflicciones ,

de tus deseos .

Puñal ,

que marca los territorios inexplorados por otros,

sintiéndote libre conmigo

incapaz , mi persona, de ponerte límite.

Ni quiero , ni puedo

recriminarte esa forma de sentirme ,

de tomarme,

de encumbrar mis sentidos,

de hacerme olvidar hasta que vivo.

Ni quiero  , ni puedo

respirar sin sentir tus manos en mi cuello

como juego  peligrosamente mental.

Cuanto más das , más quiero,

y la rueda sigue rodando y dando vueltas

sin querer detenerse.

Dejamos  de ser personas para no reconocernos ,

navegando en un mundo nada bucólico al que otros temen.

Arrastrada a él por necesidad ,

arrastrada a ti por ansiedad de perderte,

 yo misma encadeno mis manos

hacia algo que no vislumbra final.

Arrastrada hacia una muerte segura ,

elegí morir así en vida ,

a la soledad impuesta por las correcciones de los demás.

Arrastrada a un pozo sin fondo ni paredes ,

a un infinito  hueco sin forma definida

ni seguridad de escape,

sólo me queda esperar que tú te encuentres siempre al otro lado

como mi luz guía en su interior,

porque mi vida ,

dejó de ser mía el día que te dejé adentrarte ,

se hundió para desaparecer ahogada en tus besos inesperados,

y desfalleció de placer infinito en el interior de tu cuerpo.

Arrastrada sin que la compasión exista ni se solicite,

acepté las condiciones que ambos impusimos sin hacerlo,

hacia una vida sin vida

donde los extremos son la  única forma posible de sobrevivir.

Ana Patricia Cruz López

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