jueves, 26 de mayo de 2016

MOMENTOS . Siempre tuya (138)


Un viaje con comienzo difuso en mi mente
que terminó recalando en tus ojos.
Inmersa en ellos ,
creí introducir mi alma en un túnel
donde la oscuridad era densa y se podía tocar,
donde me abrigaba sin casi dejarme  respirar.

Buscando una salida ,
sólo encontré una mano , la tuya,
cuyo rescate era mi muerte por entrega .


Dejando de ser yo misma,
me acogí a ella en mi propio hundimiento,
mientras  mis labios reclamaban tu nombre en sueños.
Sueños aletargados y engañosos,
pesadillas sin origen conocido,
sin trauma precedente ,
surgidas de un frío corazón , el mío,
incapaz de amar.

Incrédula sobre el remedio que creías ofrecer,
tu mundo fui desmoronando a cada caricia,
y en vez de rendirte y dejarme de lado
decidiste continuar.

Como el veneno que se extiende
y cuya rapidez es mortal,
sin antídoto posible,
caíste en mi red,
construida cuidadosamente con fino hilo de seda negra
y cadenas de oro blanco
 fundidas en la hiel de mis entrañas rotas.

Siendo yo la que andaba perdida en mi propio camino,
mi alivio fue tu sacrificio.
Sin salida,
arrastrar tu pesado cuerpo a través del mío
no causa tanto placer,
como el dolor de ver  sufrir a tu espíritu generoso.

Sufrimiento ,
en esto nos hemos convertido.
Sin forma definida ,
Disfrutando del dolor  que te propicio y recibes ,
no desistes pese a alejarte de mí.

Designios del destino que tú me rescatases.
Dos seres emergidos de la más sincera oscuridad,
cuyas almas andaban sin rumbo,
y un abrazo
sólo suponía una alambrada de espinas que se introducían en la piel ,
dejando sus huellas como permanente recuerdo.

Amor 
que sólo supuso un dolor hastiado y cansino,
autodestructivo ,
que te empeñaste en rescatar .
Y yo aún,
sigo esperando ver la luz en ese túnel de tus ojos
en el que me sumergí una vez ,
en dónde sé que el aire volverá a inundar mi pecho,
en donde volveré a sentirme viva de nuevo,
a estarlo ,
contigo ,
sin ti.

Maldito dolor el que me recubre con cada recuerdo tuyo,
por lo que pudo haber sido y yo convertí
en nuestra propia sentencia de muerte,
maldito corazón desagarrado de amor
que perdura  en mi cuerpo
mientras mi alma me suplica que lo arranque,
y que tras tenerlo en mis manos,
te lo entregue como única compensación posible.

Esperanza perdida a la que te aferraste sin medida,
convertida en tu propia muerte con cuerpo de mujer.
Cruce de destinos maldito 
que nunca debió ser.
Necesidad de simple amor .
Más la compañía  era equivocada
y la elección fallida.
Esperando está “la parca “
a recoger lo que quede de ti,
solicitando que sólo yo te entregue.

Jirones de piel en el suelo,
Guiñapos de lo que fue una historia
convertida en batalla cansante y agotadora,
en donde el perdedor siempre fueron los mismos,
tú, porque yo no encontré otra forma de amarte que con dolor,
y yo, porque no fui capaz de vencer todo aquello que me impedía entregarme.

Amor entregado en cuerpo , sangre y alma
a un destino pronosticado y fatal ,
un lujo nunca dado a mi alcance ,
y al que no tenía derecho,
donde aquellas dos almas perdidas,
la tuya y la mía,
murieron al mismo tiempo ,
con mi arrepentimiento como carga eterna ,
y tu mirada de angustia,
como recuerdo eterno.

Ana Patricia Cruz López
Todos los derechos




1 comentario:

  1. Solo los que hemos experimentado esa clase de entrega, esa clase de ansiedad, esa entrega con los ojos cerrados, solo para darnos cuenta que lo que dejamos entrar es nuestra perdicion, nuestro alivio a la soledad, para caer en picada desde lo alto y al caer observar como nuestra alma nos abandona quedandose junto a nuestro verdugo.
    Dios mio Patricia que hermoso escribes, a tus pies Canaria mia💋 Mi ❤️ Te pertenece por entero.

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