CAPÍTULO DÉCIMO OCTAVO (Segunda parte)
ÉL
Apenas media hora bastó para
regresar al punto de comienzo donde la coincidencia provocada por él les hacía estar distanciados sólo unos metros.
Deteniendo el coche en la
puerta y entregando la llave al aparcacoches de turno, imponiéndose agarrándola
por la cintura, a paso presto, se acercaron hasta el ascensor.
Solos y en aparente
normalidad, ella pudo sentirse desnuda aún con su ropa por unos ojos que ya se
apoderaban de su cuerpo sin que las manos le siguieran.
Y la voz indicadora del piso
dónde se detenían , fue la antesala de la apertura de puertas más esperada.
En el pasillo, él apenas dio
dos pasos hacia la derecha , lado del pasillo donde se encontraba su suite ,
cuando se percató de que ella no le seguía. Sin tan siquiera mirarla , alargó
su mano hacia detrás esperando una respuesta que no tardaría en llegar.
Dando una orden precisa a los
hombres apostados en su exterior , nada más abrir la puerta se encontraron con
un Andy dispuesto a marcharse, no sin antes
bajar su cabeza tras observarla resignado. Ella no pudo responderle de
otra forma. Ambos sabían perfectamente lo que allí sucedería , el cómo daba
igual.
Tras el cierre de la puerta y
antes de que la intensidad de la luz se suavizase a golpe de mando , Heyden
pudo comprobar que su suite era exactamente idéntica a la suya, lo que le
otorgaba al menos la seguridad de conocer el espacio.
Un acercamiento al bar , una
botella de vino blanco que es cuidadosamente abierta y servida en dos
copas dejándolo respirar unos instantes.
Tras acercarse a ella y
entregársela , colocó la suya en una mesa auxiliar situada a un lado del gran
sofá que centraba prácticamente el
saloncito de la habitación. Se quitó
la chaqueta para dejarla sobre el espaldar del mismo , y el sorbo del venerado
licor del que ella disfrutaba, se detuvo
en cuanto le vio la pistola en la espalda , sostenida por el pantalón.
Tras volver a cogerla , se
apoyó en el espaldar disfrutando de la visión que se le mostraba desde
allí mientras sus labios jugueteaban con
el borde de la copa.
El silencio , lejos de
resultar incómodo, acompasaba cada nueva decisión, cada nuevo paso. Exigencias silenciosas en espera de
respuesta por un hombre acostumbrado a
esperar y extrañamente tranquilo , y daciones
a ofrecer determinaron que en cuanto él
bajara su cabeza , ella se le acercase y detuviese entre sus piernas.
En cuanto su rostro ascendió
lentamente , descubriéndose interesado en lo tenía delante, su papel debía dar
comienzo .
·
HEYDEN: ¿Y ahora?
·
BOURKE: Dímelo tú.
Asegurándose de que
continuaría con su atención centrada en su cuerpo, al dejar la copa encima de
aquella misma mesa, calculó el ángulo preciso en que tanto su pecho rozase con
el de él como su cuello a libre disponibilidad.
Por si la tentación no fuese
suficiente , jugando con su supuesta y controlada paciencia, se retiró la
chaquetilla de nuevo dejándola caer en el suelo, y dándose la vuelta sin
distanciarse, se apoyó sobre su
entrepierna .
Una visión con la que
deleitarse de nuevo y que ahora, mucho
más cerca si cabe, podría ser por entera suya.
Sentir sus manos , seguras de
sí mismas , deslizarse hasta sus hombros y tratar de retirarle el único anclaje
del vestido a su cuerpo, hizo que le detuviera con las suyas.
·
HEYDEN: No con eso que llevas a la espalda.
Sonriéndose sin que ella le
viera, con su mano derecha extrajo la pistola , pero lejos de guardarla o
depositarla en lugar seguro , la mantuvo en la mano .
·
BOURKE: ¿Hasta dónde estabas dispuesta a llegar
?
Y el juego daba comienzo
enteramente a su antojo.
·
HEYDEN: ¿Con quién?
·
BOURKE : ¿Con tus clientes más especiales?
Mientras su mente sabía y se
repetía la respuesta a gritos, ante él ,
ésta debía ser otra.
·
HEYDEN: Ya lo sabes. Victoria te debió informar
muy bien de ello.
·
BOURKE: No me interesa lo que Victoria me dijese
entonces, quiero saberlo de ti.
Y con el cañón frío, comenzó a jugar en su espalda dejándolo
circular al antojo de la mano que lo portaba.
·
HEYDEN: En función de lo que estuvieran
dispuestos a pagar.
·
BOURKE: ¿Sólo..?
Aquel tono de su voz …
·
HEYDEN: Y lo que les apeteciera en ese instante.
·
BOURKE:
¿Y resultaban muy… exquisitos?
·
HEYDEN: ¿A dónde quieres llegar?
Denotándose violentada , él
continúo adelante .
·
BOURKE: Simple curiosidad.
·
HEYDEN:
¿Y por qué no sacias la mía y me dices qué es lo que quieres de mí?
·
BOURKE : Porque eso sería muy fácil – en un
gesto tan rápido como brusco , le colocó la pistola en el cuello ,
acariciándole la piel con el largo del cañón- y no me gusta ponerlo fácil.
Aquel frío hierro continuaba
bajando por su clavícula sin que ella
quisiese mover la cabeza ni un ápice.
·
BOURKE: ¿Y Robert? ¿Qué le dabas a él que no
encontrase en nadie más?
Sin pensar en las
consecuencias , dio media vuelta a su cuerpo dándole la cara. Su sonrisa
maliciosa , propia de quién había estado disfrutando de su juego favorito,
había desaparecido , dejando paso al Bourke más determinante.
·
BOURKE:
¿Me preguntabas que quería yo de ti? Lo mismo que le dabas a él.
Sin poder evitar que su
garganta se cerrase y el aire apenas traspasase , este era un golpe bajo
difícil de asimilar. Jamás podría darle lo mismo , y él lo sabía.
·
BOURKE:
Ya veo. No puedes porque no hablamos de lo mismo. Con él, el nivel de
complacencia era distinto y hasta apuesto que su nivel de juego mucho más …¿sutil?
.
Una pistola que volvía a tocar
su cuerpo ante su atenta observación.
·
BOURKE : ¿O acaso hablamos de otra cosa ? Sería
curioso que por una vez , después de
muchos años, no sólo haya conseguido
arrebatarle de nuevo a quién se supone
que es su mano derecha , si no que la historia haya vuelto a repetirse, y el
premio haya resultado ser a quién más ama.- la pistola se detuvo a la altura de
su cara después de circundar sus senos -
¿Por qué le dejaste?
Sosteniendo la mano que portaba el arma, se la acercó a la
cara , con el orificio de salida pegado a su boca.
·
HEYDEN: Creía que habíamos venido a otra cosa.
Y abriendo sus labios ,
lentamente , fue acariciando el frío cañón desde su punta hasta la empuñadura,
rozándolo con su húmeda lengua , asegurándose de que él no perdiese detalle
alguno. Sin dejar de mirarle a los ojos mientras ejecutaba tal maniobra, la complacencia se mostró de inmediato cuando
sus labios humedeció mordisqueándolos posteriormente.
Dejándola a su lado , cogió su
cara por ambos lados y sosteniéndola con
fuerza , trató de besarla , pero lejos de encontrar disposición por su parte ,
una fuerte resistencia y un intento de
desviación de la misma , le dieron píe a que el juego prosiguiera por
otros derroteros.
En mitad de una reacción tan
inesperada como rápida, él se incorporó y la empujó tal cual estaba al espaldar
del sofá dándole la espalda. Un intento por incorporarse , culminó con uno de
sus brazos empujándola fuertemente sobre el improvisado apoyo acolchado.
A la expectativa de cualquier
cosa, sintió como una de sus rodillas trataba de abrirse paso entre sus piernas
empujándolas desde el interior de las rodillas para que las separase más aún.
Creyendo en la seguridad de
que no se movería de dónde estaba , la presión
en la espalda desapareció, y celebró no haberse equivocado, puesto que
como mismo fue colocada , permaneció a la espera del siguiente movimiento.
Como si una venda cubriera sus
ojos , aunque acostumbrada al factor
sorpresa , no le resultaba nada cómodo ,
en este caso, no ver su siguiente movimiento , y menos no poder deducirlo. Completamente
a su disposición , sintió sus manos a ambos lados del vestido en el hueco
desnudo de su espalda. Un sonido recto y
una liberación de la misma , culminado
por una tela que se sentía caer delante suya , daba el pistoletazo de salida a
su entrega incondicional.
Como los clientes a los que
les gustaba mandar , a eso le recordó John. No Sólo se excitaban mirando , iban
mucho más allá. Un ejercicio de poder absoluto
despojando de lo mínimo al contrincante .
Esta era la dación en pago por
seguir adelante , y por mucho que hubiera podido imaginar lo que acabaría
encontrándose en un hombre como él,
comenzaba a replantearse sus previsiones.
Y el silencio volvió. Una
especie de calma tensa sólo interrumpido, apenas instantes después, por su
intimidad abultada y generosa tocándola , y una espalda aún cubierta de ropa ,
que apreció cuando una de sus manos la cogía con fuerza por el cuello y la
incorporaba hacia su pecho.
Una mano determinante y
determinada a asegurarse de que el mensaje había sido comprendido y que toda
resistencia resultaría inútil. Una mezcla de adrenalina y tensión provocaban
una humedad excesiva de su boca ,
y cierto nivel de excitación inexplicable. Una respiración entrecortada que le
obligaba a mantener la boca entreabierta , y cuyos labios , finamente dibujados
por el pintalabios , comenzaban a decolorarse conforme los dientes de él se
apoderaban de ellos.
Una última mirada a sus ojos y comenzó a inclinarla ligeramente. Un roce
continuado de su intimidad desnuda sobre la ropa interior de ella mientras sus
dedos se apoderaban una y otra vez de las cicatrices de su espalda , sólo
resultaba el preámbulo al que continuaría otro desprendimiento violento , el de
la única prenda de ropa que quedaba.
Viendo venir sus intenciones ,
Heyden alzó la cabeza y le miró, y siguió haciéndolo mientras los ojos de él
disfrutaban de la observación más precisa de como la haría suya .
Unas miradas que no dejaron de
cruzarse cuando le sintió en su interior , y en cuyo primer acercamiento, de lento y suave disfrute , gozó más de lo que creyó hacerlo al detenerse por un segundo .
Con sus puños agarrando
fuertemente el acolchado a ambos lados de su cuerpo , el apoderamiento férreo y a conciencia dio
lugar. Batalla, en la que el conquistador
dominaba los tiempos en base a lo
que el rostro de ella le iba transmitiendo. Pendiente a cada pequeño gesto conforme la dación absoluta se consumaba , el
hecho de que de la inicial indiferencia pasase
a manifestar cierto goce imposible de
fingir , mientras sus manos , de dedos finos y largos ,
se aferraban a los muslos de él, clavándole sus uñas en diferentes grados de
intensidad según su incursión resultase
más placentera conforme la incorporaba sostenida por el cabello, le otorgaba la
sensación de poder que a él tanto le excitaba.
Un cuello en el que el aire
debía buscar una leve rendija por donde entrar . Una mano que apretaba cada vez
con más fuerza , tomando esa zona de su cuerpo como punto de firme
sostén mientras la intensidad de sus
adentros hacía que pareciera destrozarla
, y sin embargo , cuanto más fuerza empleaba , cuanto más asfixia le generaba,
lejos de detenerle , lejos de avisarle para que aflojase, parecía suplicarle aún mucho más con cada
golpe dado en sus piernas.
Dientes que sin marcar, se
apoderaban de sus hombros o de su nuca ,
sin que la reacción de ella fuese limitarle.
Un último tirón de cabello y
la tensión de su cuello hacia el pecho de él
pareciera estar a punto de estallar en mil pedazos . Una última
aspiración antes del apretón final en
dónde un último empujón sí fue sentido esta vez, como la culminación
definitiva de esta batalla personal en
la que ella , tratando de recuperar el aliento , sentía como su cuerpo sudoroso
continuaba fundido con el suyo, mientras trataba de asimilar esa forma de
dejarse ir en la que se vio sumida y sus
ojos se depositaban en la pistola , aún en el espaldar.
Apoyado al lado suyo tratando
de coger resuello, mientras se retiraba el pelo hacia detrás con las manos ,
observó como ella le prestaba atención al arma.
·
BOURKE: No es buena idea.
Con la respiración
entrecortada aún, se incorporó.
·
HEYDEN: ¿El qué?
·
BOURKE: Lo que sea que estés pensando.
·
HEYDEN: Me preguntaba cuan larga es la lista .
·
BOURKE: No creo que en serio quieras saberlo.
Degustándose visualmente en un
recorrido sin detención alguna , terminó de quitarse las rasgadas ropas .
·
HEYDEN: La cuestión es cuál de los dos
descansa realmente ¿tú o tu conciencia?
Voy a darme un baño.
Y pasando por delante suya ,
él, pensativo, continuó observando la pistola.
Apenas unos segundos después,
el sonido lejano del agua caer, trajo a
su mente la imagen de ese mismo agua circulando por su piel con la luz de la ventana entrando desde un
costado, unas horas antes y en otra habitación. Con una sonrisa maliciosa que
pareció extenderse de forma inmediata, buscó su teléfono móvil en el bolsillo
interior de la chaqueta , y buscando un nombre concreto en su agenda, quedó
allí de píe , pensativo , y tras recomponer su mente , deslizó su dedo por la
pantalla para marcar.
Mientras tanto, en el cuarto
de baño, apoyada en la pared , sobre las humeantes baldosas , simplemente
disfrutó en silencio del agua caliente caer por toda su espalda Con los ojos
cerrados , trató de conseguir la evasión
perfecta , hasta que se dio cuenta de que ella no existía.
No hacía ni cinco segundos que
hablaba de conciencias intranquilas con aquel hombre , cuando en realidad , la
suya no lo había estado jamás.
Mientras intentaba concentrarse en el chorro de
agua resbalándose por su cuerpo , en la
capa de cabello largo mojado que ejercía su función relajante , y en como sus
pies disfrutaban de aquel pequeño riachuelo improvisado, el haz del destino,
sin saber por qué , pareció quererla traer un recuerdo , hermoso pero fugaz ,
que removía todo su interior y le aprisionaba el pecho de nuevo.
Aquella última mirada de
Robert cuando le pidió compartir esa noche con ella antes de que desapareciese,
aquel último pensamiento suyo sintiendo que se marchaba de aquella casa con el
daño hecho cuando aún sus manos no habían tocado la otra piel, aquella
suplica silenciosa que nuca dejó de gravitar en su cabeza y de la
que dudaba que desaparecería jamás.
Un rostro que vio una y otra
vez observándola , sonriéndole e incluso
tentándola, una mirada , la del club, la de aquella noche , que volvía a repetirse como una pequeña obsesión
particular , como una especie de condena que debiera llevar de por vida reafirmando aquel pensamiento nada recurrente
que la había dominado desde niña , que jamás tendría derecho a ser feliz porque
no lo merecía. Pero por encima de todo, su deseo de no hacer daño a quienes la
rodeaban , a que resultaba veneno puro para el que no se había encontrado
antídoto , y que todo lo que tocaba ,
lejos de convertirse en oro, acababa muerto en cuerpo o en espíritu.
Una opresión en el pecho que
la agitaba de nuevo, que casi no le permitía respirar una vez más , y una sensación
de impotencia que era empujada por la realidad de un
cuerpo desnudo que la cubría por completo.
El chip de su cabeza volvió a
activar el papel , y la opresión fue disminuyendo aunque la molestia
persistiera. Con sus brazos a ambos lados de su cuerpo, Heyden se dio la
vuelta apoyándose en la pared de losetas
que pocos minutos antes habían sido testigos y apoyo de esa realidad que pocos
conocían , de la verdadera Heyden que sentía y pocas veces se permitía llorar
. Una Heyden a la que Bourke intentó
besar y sólo consiguió una de sus
mejillas por respuesta . Un nuevo
intento con resultado frustrado le hizo desistir , dejándole el camino libre
para que saliese de la ducha , pero mientras se colocaba el albornoz , una
última petición sería escuchada .
·
HEYDEN: Será mejor que vuelva a mi habitación.
·
BOURKE: ¿Puedo pedirte una última cosa?
Su tono, extrañamente
rogatorio, hizo que ella se detuviera y se girase .
·
BOURKE: Me voy
mañana . Los coches serán embarcados dentro de unas horas , y mi avión
saldrá antes de mediodía. Me preguntaba , si podrías quedarte un poco más .
Extrañada por este imprevisto
con fecha de salida , sólo un haz le vino a su mente : avisar a Frank o a
Michael, pero acercarse a su móvil en ese momento no resultaba lo más recomendable.
·
HEYDEN: ¿Mañana?¿Creí que querías cerrar parte
de tus negocios antes de desaparecer?
·
BOURKE: Y eso era lo que también quería yo, pero
no hay tiempo. Ya he cancelado lo que he
podido , el resto … ya lo he arreglado para que me lo hagan llegar, además tengo
la impresión de que no tardarán mucho en venir a por mí, así que mejor me quito
de en medio a mejor destino. Por otra parte, también podría pedirte que te
vinieses conmigo pero… dudo que dijeras que sí , así que, creo que me
conformaría con que te quedases un poco más, sobre todo porque no quiero que
cuando salgas de aquí, te lleves una impresión equivocada .
·
HEYDEN: ¿Sobre qué?
·
BOURKE: Sobre mí.
·
HEYDEN: ¿Y qué impresión crees que tengo de ti
ahora?
·
BOURKE: Eso es algo que me temo no pueda responderte , pero sí sé
la idea que debiste hacerte de mí , y mucho más por lo que oíste de mi persona
a alguien que conocemos los dos. Lo que acaba de pasar en el salón, quizás no
cubriese tus expectativas sobre lo que te acabarías encontrando.
·
HEYDEN: Yo nunca me hago expectativas con nada
ni con nadie, al igual que tampoco hago oídos a lo que los demás dicen , aunque
sea de sí mismos . Uno puede perder algo más que la objetividad.
·
BOURKE: Entonces – salió de la ducha y se acercó a ella – permíteme ser yo mismo
quién te la haga perder o te la corrobore .
Un rostro dispuesto a
complacerle más por curiosidad propia
que aliento de lo que pudiera encontrarse , fue la única respuesta encontrada por su
parte . Mientras ella volvía al saloncito , él cogía una toalla con la que
cubrirse dirigiéndose al bar donde cogió una botella de vino blanco .
Asomada a los ventanales de la
suite , se limitaba a esperarle,
mientras , con una de las copas servidas, antes de proceder a llenar la
otra , preservándose de que no le observaban, abrió uno de los cajones no
visibles desde el exterior y en su
interior se encontraba un pequeño estuche negro. Abrió cuidadosamente la
cremallera y, extrayendo una pequeña ampolla de cristal, se aseguró de nuevo
que ella continuaba pendiente del
exterior, la abrió y depositó su contenido en el interior mezclándose con el
líquido y frío elemento . Tras acercarse al ventanal, le ofreció la suya , y
lentamente , disfrutando , sus labios se
sumergieron entre sorbos pequeños ante la atenta observación de su anfitrión.
·
HEYDEN:
¿Qué crees que podrás encontrar en Brasil que no hayas encontrado aquí?
·
BOURKE:
No lo sé, pero de momento , el hecho de no tener tratados de extradición con este país ayuda .
·
HEYDEN: Siempre
has presumido de que pese a las persecuciones , a las investigaciones , a las
veces que te han detenido, nunca han conseguido cogerte ¿ por qué ahora habría
de ser diferente?
·
BOURKE : Yo no presumo. Ya te lo dije una vez ,
sólo constataba una realidad evidente y palpable, pero las cosas se han
complicado mucho y ese nivel de seguridad del que disfrutaba se ha ido
esfumando más deprisa de lo que esperaba. Aquellos en los que mi relativa
confianza se había depositado , están tratando de lavar sus traseros mientras
es mi cabeza la que está en juego en este partido, y sinceramente , no me
siento cómodo manteniéndome en este nivel de partida.
A cada nuevo sorbo dado, la
mezcla continuaba extendiéndose por su cuerpo ante la atenta observación de él
, mientras sus primeros efectos comenzaban
a hacer acto de presencia sin que la
cogieran por sorpresa.
Ese nivel de relajación en la
que se encontraba sumida y que sólo iba
a más, cierta confusión inicial y la sensación de sentirse liviana y
flotando, fueron signos evidentes de que
la mezcla funcionaba por mucho que ella tratase de disimular. Efectos
que ella reconoció en seguida , y que no terminaban de convencerla al no disponer de la información fundamental
para saber cómo actuar : la dosis.
Hacía mucho tiempo que no se
había sentido así, años , y la última vez
, le costó a alguien muy cercano llamar a una enfermera amiga y una
pérdida de consciencia que duró días.
Ante una incipiente
descoordinación y falta de capacidad
para reaccionar sumado a una progresiva pérdida de equilibrio, para ella
aquello podía ser el comienzo de cualquier cosa y sumado a su estado , el
nerviosismo por no poder saber qué depararía, por no prever y no poder tomar el
control de la situación , sólo aceleraba el proceso , mientras él, apurando su
copa viendo como terminaba apoyándose prácticamente en el cristal, con gesto
cambiado, esperó pacientemente a que la sustancia hiciese un poco más de
efecto.
·
BOURKE: ¿Sabes? Yo tampoco suelo escuchar lo que
los demás dicen , de hecho, huyo de lo
que parecen cotilleos , es algo que nunca me ha interesado , pero da la
casualidad , que a veces , esas palabras
que nos empeñamos en desoír suelen llevar más verdad implícita que otras .
Dices que no tenías una imagen prefijada de mí, y sé que no es verdad. Dices
que no escuchas a los demás por una cuestión de objetividad, y yo sé, que a una
persona en concreto sí la escuchaste , y mejor de lo que hubieses deseado.
Pese a su estado , cada vez
más deteriorado e imposibilitada para mantenerse en píe, él continuó su disertación.
·
BOURKE: Ninguna casualidad viene por sí sola , y
desgraciadamente para ti, esa ya venía debidamente acompañada. Soy un hombre de
gustos muy especiales , capaz de disfrutar de ciertas cosas que a los demás
pueden pasar inadvertidas, pero resulta difícil encontrar la persona adecuada
que las quiera compartir.
Y la copa se resbaló de su
mano cayendo al suelo , mientras con la otra mano trataba de mantenerse erguida
apoyándola en el grueso cristal. Dado su estado, él decidió que había llegado
la hora de prepararla para lo que habría de venir , y soltando su copa en el
suelo, la cogió en brazos y la llevó al dormitorio.
Muy aturdida y cansada, sin apenas poder abrir los ojos ,
todo lo que se presentaba ante ella , lejos de ser una habitación reconocible,
se movía como un barco en mitad de una tormenta, pero aún así, su voz,
perfectamente audible , se intercalaba con imágenes difícilmente distinguibles
.
Acercándose con algo en la
mano, se sentó a su lado .
·
BOURKE: ¿Tienes sed? Sí claro que sí. Bebe un
poco más , te sentará bien.
Sin saber el contenido , le
retiró la cara como pudo, pero Bourke se la cogió con fuerza , y pese a
intentar retirársela con una de sus manos , el codo de él ganó esa batalla.
Forzándola a abrir la boca con el filo de fino cristal, en cuanto le fue
posible le introdujo más vino con la
mezcla.
Apoyándosela de nuevo en la
almohada, le retiró con cuidado exquisito el cabello de la cara volviendo a incorporarse para acercarse al
armario , abrirlo, y sacar un estuche de cuero de su interior.
Un sonido de una cremallera de
tamaño medio que se abría lentamente
hizo que tratase de averiguar que era , esforzándose por girar el
cuello, pero su semidesnudo cuerpo lo acaparaba todo.
El sonido de un timbre le hizo
dejarlo para acercarse a la puerta, su cierre posterior y unas voces , una de
ella femenina pero que no lograba distinguir , y que aumentaban su volumen
conforme volvían de regreso, la
confundía aún más.
Con una confusión casi
absoluta y soportando una enorme pesadez en los ojos, sólo sintió unas manos
que acariciaban sus brazos suavemente , y sólo cuando escuchó más nítidamente
la voz , se esforzó todo lo posible por abrirlos.
·
VICTORIA: Está demasiado aturdida ¿no te
habrás pasado en la dosis?
·
BOURKE: La ampolla en esa copa que está la
mesilla.
·
VICTORIA:
Demasiado .
·
BOURKE: Da igual, ya se le pasará.
·
VICTORIA: ¿Sabes qué pasará si uno de los suyos
la encuentra así? La última vez casi me
cuesta estar desaparecida temporalmente , Fassworth vino a por mí, y tú ahora le
has dado más cantidad que entonces.
·
BOURKE:
¿En serio crees que alguno de los suyos vendrá a por ella ahora?
·
VICTORIA: ¿Ya está todo listo?
·
BOURKE: Por supuesto.
·
VICTORIA: Pues que empiece el espectáculo. Pásamelas.
Sin poder articular palabra y
sin que ni el cerebro ni sus músculos pudieran responder, sólo vio algo
negro que él le entregaba a ella , y
comenzar a sentir como alguien le alzaba uno de los brazos y después el otro ,
le juntaban las flácidas muñecas, y algo
fuerte a su alrededor que las presionaba.
Un Bourke de píe , junto a
ella , y una Victoria que parecía ser el ama preparatoria de toda aquella
parafernalia fatal de la que no podía escapar .
Algo brillante por la luz de
las lámparas que parecía escandilarla , y una punta afilada y aguda que comenzó
a recorrer su antebrazo con relativa presión . Extrayendo fuerzas de donde no
creía haberlas, intentó abrir un poco más los ojos . necesitaba saber qué le
hacían, a qué jugaban , pero la imagen de una Victoria
complaciente , disfrutando del paseo de la punta y parte del filo de lo que
parecía un instrumento metálico , una gota de sangre que circulaba por delante
suya en ese instante y la lengua humedecida de él siguiendo su rastro mientras
le sostenía el brazo, hicieron que tratase de recomponerse . Un movimiento
intencionalmente brusco , la obligó a retirarle el objeto punzante de la piel ,
y tras mirarse ambos , Victoria optó por sentarse encima de su pelvis a efectos
de inmovilizarla aún más.
El brillo volvió, pero esta
vez sí pudo distinguir el arma que ella portaba . Un resplandeciente y alargado
bisturí cuya punta se encontraba mancillada con su sangre , y cuya hoja , la
que fuera su jefa , colocó cerca de la yugular.
·
VICTORIA:
Creo que ya sabes que esto hace mucho daño al mínimo toque. Si no te comportas, me temo que mi siempre fiel
pulso, podría cometer algún percance por tu culpa. – Acercándose a su oído , le susurró – Traté de avisarte . Yo sólo
cumplo sus deseos .
Nada más terminar la frase, una lágrima se escabullía de uno de
sus ojos. Una afilada hoja que continúo su descenso por el otro brazo mientras la codiciosa
cómplice se incorporaba y, sobre
sus propias rodillas , caminaba hacia abajo.
Observándose los dos, Victoria
abrió el albornoz con sus manos lentamente , apartando la tela a ambos lados de
su cuerpo, y conforme disfrutaba tocando su vientre , él observó el bisturí
para después depositar sus ojos en su pecho.
Dispuesto para colocarse
encima de ella , sobre sus propias piernas, giró su cabeza sólo un tercio , y aquella
fue la señal para que Victoria comenzase a apoderarse de su sexo de forma salvaje y sin contemplaciones,
mientras él , curvando su cuerpo hasta el de ella con aquella fina arma en una de sus manos, acercó su boca a la suya
mientras el filo se enclavaba en su esternón.
·
BOURKE: Gustos muy especiales . Sí, de haberte
conocido , sólo por el sabor de tu sangre , sé que te hubiera escogido.
Un frío y peligroso filo , que se movía por toda la piel hasta llegar a
uno de sus pechos, haciéndolo deslizar por todo él creando dibujos de formas
caprichosas , salpicados de vez en cuando por algún error de fuerza en la presión
y su agitado respirar. Su detención en el pezón, mientras trataba de permanecer
lo más quieta posible aunque le fuera difícil por la mezcla de tensión y la
manipulación violenta de aquella mujer, hizo
que la atención de él volviese a su boca.
Al volver a acercarse ,
esperando que ella volviese a retirársela, la mantuvo, y agarrándole las manos
con fuerza , sus labios inundaron la boca de ella . De una fría respuesta
inicial , surgió un segundo intento , y conforme más inacción encontraba por su parte , con más
fuerza se apoderaba de aquellas débiles muñecas incapaces de responder.
Sólo un mordisco intencional
en el labio inferior la hizo reaccionar , y tras observar como se lo humedecía ,
volvió a intentarlo una tercera vez . Unos labios que aún conservando el sabor
de su propia sangre , parecieron mostrarse extrañamente tiernos , casi de forma
imperceptibles ., verdaderos.
Contrastes de confusión ,
aquel iniciático beso continúo , mientras
una Victoria insaciable , que
como un animal salvaje y hambriento no parecía querer despegarse de su alimento,
con una de sus manos disfrutaba de la sobreexcitación involuntaria de ella ,
mientras con la otra , apreciaba la
voluntaria de él.
Labios que parecían no querer
separarse y que él aisló del resto del mundo , e incluso del aire.
Labios, que la tercera en discordia quiso volver a
poseer y sólo por un breve instante , pudo volver a hacer suyos bajo su permiso,
mientras él disfrutaba de aquella especie de danza reconciliatoria con una
Heyden completamente ida , rendida ante la evidencia de que en su estado , nada
podía hacer.
Sólo cuando aquella dación por su parte se convirtió en
aprovechamiento de las circunstancias ante los ojos del anfitrión,
violentamente la apartó, y un sentimiento muy acusado de apropiación , se hizo
con su persona.
·
BOURKE: Vete .
·
VICTORIA: John…..
·
BOURKE: ¡Vete!
·
VICTORIA:
¡Maldito …! ¡Sabes que no sacarás nada de ella así! ¡Qué pérdida de
tiempo!
Mientras oía sus pasos marcharse , él continúo observándola
cerrando sus ojos lentamente , perdiendo casi la conciencia.
·
BOURKE: ¡Heyden! ¡Heyden!
Zarandeándola para tratar de
despertarla , un grito ahogado de
Victoria le puso en sobre aviso.
·
VICTORIA: ¡John , van a por ti!
Antes de que pudiera levantarse
de la cama , seis individuos con
cascos y
fusiles de asalto irrumpían en la habitación. Apuntándole directamente ,
le ordenaban que se incorporase y se vistiese , quedando detenido . Un séptimo
agente , vestido con traje , se acercaba a Heyden para comprobar su estado
reclamando a sus hombres que llamasen a una ambulancia.
Apenas con los pantalones puestos y una camisa a medio
abrochar, sorteado por aquellos hombres , Bourke fue acompañado hasta la planta
baja de la suite dónde le esperaba una sorpresa bastante
desagradable que dio orden de detenerse.
·
SANDERS: Me temo que esta vez tendrás que
retrasar tu viaje por bastante tiempo.
·
BOURKE: No
lo creo, es más, casi me aventuraría a adelantarte que en seis , máximo ocho
horas , estaré fuera .
·
SANDERS: Puede, pasta suficiente para pagar la
fianza tienes, pero del juicio no te será tan fácil librarte. La Comisión de
Valores y el fisco lograron por fín terminar la investigación que tantos
años llevaban haciendo, es más, no puedes ni imaginar cómo se frotaban las
manos al saber que en el paquete de tu detención, también entraba la única persona que sí podría incriminarte.
Y gesticuló con su cabeza señalando
hacia la planta superior, mientras Bourke se sonreía.
·
BOURKE: ¿Y tú estás seguro de que tenéis algo ?
Creo que a estas alturas , deberías tener más miedo a lo que ella pudiera
contar de ti que lo que pueda decir de mí. Te recuerdo , que “ésa “ es una de
las vuestras, a la que tú , por cierto, has estado tocando las narices un poco.
·
SANDERS: Salvo por ese último detalle , ¿a quién crees
que creería un gran jurado , a un inspector federal altamente condecorado, o una
inestable agente de campo con serios problemas con las drogas , que para más
inri , sobrelleva una investigación sobre los hombros por la
misteriosa muerte de su padre, un afamado capitán de policía ? ¡Lleváoslo !
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