domingo, 8 de mayo de 2016

MOMENTOS. Siempre tuya . ( 133)

Deseando amar aquello que por derecho propio creo que merezco
te escapas de entre mis dedos
con la misma facilidad que el aire que me rodea.

En aras de una libertad que crees merecer,
mientras trato de mantener tu corazón conmigo,
tus labios vierten palabras llenas de ira y alevoso daño
sólo para distanciarme,
y pese a todo , no te culpo, no puedo culparte.


Soy yo la que al parecer, no he querido entender nada.
Soy yo , la que me he seguido aferrando  a una falsa imagen
que mi mente traicionera puso en su día  sin variabilidad .
Soy yo , la que sigue creyendo en esta cruel mentira
en la que se ha convertido todo lo nuestro,
y que ha provocado que tú,
sin encontrar otra forma,
hayas optado por intentar que te odie con todos mis sentidos ,
con toda mi alma,
como única forma de poder olvidarte,
de que seas un mal recuerdo pasajero ,
del que mi corazón sólo emita insultos , reproches y malas palabras ,
del que sólo musite dolor.

Ahora que te miro a los ojos por una última vez,
ahora que sé a ciencia cierta
el significado de tus palabras de advertencia ,
nunca podré decir que no trataste de avisarme,
y en mi inútil y vaga disculpa ,
más no me queda que aducir que sorda por amor ,
ciega por celos,
hice de lo nuestro este maldito infierno
donde los ángeles caídos en los que nos convertimos ,
nos hemos destrozado mutuamente.

Sí, ahora entiendo lo que me decías ,
aquello en lo que tanto insististe ,
pero ¿a caso de algo sirven ahora mis palabras ¿
¿de algo mis disculpas  después de todo lo hecho?
¿A caso el viento y los aires nuevos de la mañana
Traerán una nueva vida y una memoria renovada
Donde todo esto se borre y jamás haya existido?
¿A caso conseguiría que volvieras a amarme cómo entonces lo hiciste ,
cómo nunca has  dejado de hacerlo?

Sí. Es mi sino. Es mi desgracia.
Ver como después de tanto amor
me das la espalda ,
y ese es mi castigo  y penitencia ,
más aún ,
sabiendo cuántas lágrimas no habrán circulado por tus mejillas ,
incontenibles , valedoras del sufrimiento que te he producido.
Sí. ¿Cruel castigo?
¿ A caso no merezco más por creer que amarte de esta forma
tan irrespirable que tu pecho te ahogaba,
tan apasionada que llegó a agobiarte ,
tan insuficiente para tu valía que no era capaz de saciarte ,
o al menos , eso pensaba yo.

Maldita forma de amar
matando el único amor que importa,
el único que nunca podrá borrarse .
Maldito amor que te marchas
dejando tu dolor sangrante en su lugar.
Maldito amor que embriagaste mi corazón de esa manera
destrozando la poca razonabilidad que me quedaba ,
destrozando la poca viva que me queda por merecido vivir.

Maldito amor que te marchas sin vuelta atrás,
ocupando tu lugar un recuerdo,
una nebulosa de algodón azucarado,
cuyo espléndido sabor , el de aquellos días,
será mi único consuelo .

Ana Patricia Cruz López
Todos los derechos reservados




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas gracias por participar en esta página