lunes, 13 de junio de 2016

MOMENTOS. Siempre tuya (144)


Enferma por esto,
enrabietada conmigo misma por sentirme como me siento
ignorante de mí,
espero una  respuesta.
Una contestación razonable
que me haga olvidar porque te amo odiándote
o porque te odio amándote de esta forma,
una forma de sufrir como ninguna otra
la que provocas con una mísera espera sin fundamento
cuya resolución consagrarías con una sola palabra ,
sentimientos de dicha y vanagloria estúpida e incoherente
que hicieron de mí lo que ahora ves ,
una sombra de mí misma,
aquello que siempre odié
y me prometí a mí misma que nunca sería .


Sentimientos ahuecados como el vuelo de una paloma
que huye buscando un nuevo territorio donde empezar,
una nueva comunidad de emergentes desconocidos
que no puedan saber quién es  ,
que no puedan criticarla por lo qué hace .

Crueldad intolerable ésta a la que me someto ,
una y otra vez recalando en el mismo fango de la desesperación y el ahogo
por ser incapaz de reconocer la falta que te tengo , que me haces.
Muestras de anhelos destrozados
Son los arañados que culminan mis paredes ,
tan profundos con los que tu piel dejó en la mía ,
tan continuos y dolorosos
como los últimos apoderamientos de tu cuerpo sobre el mío.

Necesidad de creerme viva para seguir adelante
mientras mi cabeza se niega a levantarse
por miedo a no encontrarte o a verte,
gran dicotomía en la que me dejaste ,
profundo y puñetero mar de dudas que odio a muerte
como también soy capaz , en este momento, de odiarte
porque amarte no puedo ,
más no por falta de ganas , ansíos o desvelos,
sino porque tu nombre quema mi garganta al pronunciarlo,
porque tus caricias me hunden al no tenerte por entero,
mi alma sangra por mis poros
al no poder decirte CUÁNTO TE AMO  una vez más.

Amargante realidad
la de vivir contigo sin poder sentirte sintiéndote,
la de creer que floto en el aire
cuando son penas las que me sostienen,
cuando mis lágrimas hace tiempo que dejaron de escaparse
porque de nada servía ,
convirtiéndose en el ácido que me deshace por dentro.

Crueldad inquieta no provocada,
agonizante vida la mía,
que ha de pervivir bajo tu sombra ,
ya que es lo único tuyo que me queda.

Ana Patricia Cruz López
Todos los derechos reservados


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas gracias por participar en esta página