domingo, 3 de julio de 2016

NADA ES LO QUE PARECE. CAPÍTULO VIGÉSIMO PRIMERO (Segunda Parte). REENCUENTROS ( Registrado en SAFE CREATIVE JUNIO 2015)

CAPÍTULO VIGÉSIMO PRIMERO ( Segunda  parte)
REENCUENTROS

La combinación de malestar y sorpresa ante aquella visita inesperada , hizo que se sintiese impotente ante ella, tanto como  para hacer pagar su frustración a  su compañera de despacho.

·        DAVID: No se te ocurra cerrar la puerta o te juro que llamaré a seguridad.

Por una vez no tenía el control de la situación , y conociéndole tan bien como lo hacía, sabía que esa era la única defensa posible que le quedaba , su único salvavidas , decirlo en alto y creerlo .

·        LIZ:  Pues sí, voy a cerrar esta puerta , y no, no llamarás a seguridad y lo sabes , porque en cuanto los vea aparecer  tendrán que darse media vuelta y de eso me encargaré personalmente . - Dirigiéndose a ella – Bienvenida.


Aquella sonrisa final tras la que la puerta fue cerrada ,  daba por sentado que no todo serían adversidades e infinidad de disculpas y explicaciones . Al menos alguien no la enjuiciaría ni dudaría de sus intenciones porque las conocía bien. Sin embargo, quién se mostraba frente a ella, imponente , sentado en su silla de despacho , con sus manos posiblemente agarrando con fuerza los reposabrazos , más que su hermano,  era  para ella su mayor verdugo, y no sin razón.

Por muchas conversaciones que hubieran mantenido, por muchas que quedasen aún por tener,  ambos tenían la sensación de que sus desencuentros no finalizarían nunca , de que el hilo de confianza que los había unido se había roto en algún momento sin que ninguno de los dos se diera cuenta , y que salvo que  todos los miedos y la desconfianza desapareciera, no volvería a recomponerse.

Pero algo en su interior le decía que aquel chiquillo protector siempre estaba ahí, que nunca la había abandonado , pero que ahora, resentido por dejarlo de lado e incluso buscar un sustituto con el que tenía que compartir espacios , necesitaba volver a ganar el lugar que poseía antaño.

Negándose a sí mismo la posibilidad de mirarla , aún con unas enormes ganas en su interior por abrazarla,  trataba de resistirse incluso a dirigirle la palabra .

Ante esto, Heyden entendió que dado el primer paso, éste aún debía alargarse  más , y  dado que él no se encontraba muy dispuesto a acercarse ,  lo hizo ella.

·        HEYDEN: ¿Puedo?

Dijo señalando a una de las dos sillas libres que tenía en frente de él. Tras no inmutarse ,  optó por tomar asiento dejando su bolso en la silla situada a su izquierda.

De carácter fuerte ambos, el sentimiento en cierta forma culpable de ella , hizo que razonase sobre la mejor forma de dirigirse a él, tratando de conservar la mente lo más fría que le fuera posible.

·        HEYDEN: ¿No vas a mirarme tan siquiera? Estoy segura de que tus clientes gozan de mayor atención por tu parte .
·        DAVID: Mis clientes , por lo general , suelen hacerme caso, aunque sólo sea por su propio interés.
·        HEYDEN: Eso suena a reproche.
·        DAVID: No suena, lo es.

Y aquel corpulento cuerpo  se alzó, y acercándose a una de las ventanas , su espalda es lo que optó por dejarle.

La guerra fría continuaba entre ellos, mientras en el exterior , un Michael extrañado por el silencio ,  salió de su  despacho encontrándose con una  Liz que esperaba acontecimientos apoyada en una mesa cercana.

En la puerta, mirando hacia todos lados,   con la sensación de que el tiempo se había detenido, se preguntaba seriamente qué especie de catástrofe había tenido lugar.

·        MICHAEL: ¿Qué pasa?¿Y esa sonrisa?

Liz se dispuso a contestarle , pero su vista se mantenía fija en la puerta del despacho de David.

·        LIZ: Creo que todos están esperando que empiecen a sonar las cosas rotas en el suelo y los gritos. Yo simplemente , el momento justo de adentrarme y socorrer, aunque no estaría segura de a quién.

Se apoyó junto a ella.

·        MICHAEL: ¿De qué me estás hablando?
·        LIZ: Heyden está ahí dentro.

Su sorpresivo rostro  casi resultaba de manual de película de terror, no podía creer lo que acababa de escuchar.

·        MICHAEL: ¿Sola?
·        LIZ: Sí, y sin aviso. Me la encontré en la puerta cuando me disponía a salir .
·        MICHAEL: ¿Y David?
·        LIZ: ¿Quieres la versión oficial o la que él trataba de transmitir?
·        MICHAEL: Eso no es bueno.
·        LIZ : Y este silencio creo que tampoco.
·        MICHAEL: Bueno, será mejor que vuelva dentro, he de terminar de preparar la documentación para el caso Harrel.

Distante como se mostraba  desde hacía tiempo, aquella resultó la oportunidad perfecta  para intentar aclarar dudas que se le habían planteado respecto a ellos.  

Volviendo a observar la puerta detrás de la cual la tensión parecía cortar el aire,  decidida, se dirigió hacia el interior del despacho de su compañero no estando dispuesta a marcharse sin recibir una respuesta satisfactoria.

El sonido de la puerta cerrarse , le hizo alzar la cabeza en esa dirección  viendo como una Liz sensualmente apoyada en la misma ,  pareciera ejercer  un cierto papel impeditivo en su válvula de escape.

·        MICHAEL: ¿Qué haces?
·        LIZ:  Me preguntaba desde cuándo te resulto tan molesta o incómoda.

Volviendo a su reorganización de papeles , trató de disipar su atención.

·        MICHAEL: No sé de qué estás hablando.
·        LIZ: Me evitas , desde hace meses.  Hemos pasado de una relación acomodada y en donde  el sexo esporádico era algo casi sorpresivamente deseado  a no querer  permanecer conmigo a solas en ninguna estancia , a dejarme sola en la mitad de los casos y reuniones con clientes, a no soportar ni mirarme. Así , más o menos, durante casi el último año, y la verdad, me preguntaba qué había cambiado.
·        MICHAEL: No voy a decir que son paranoias tuyas ya que sueles estar muy sensibilizada con esos términos , pero  que estuviese al principio mucho más contigo era lo que se requería , acababas de entrar aquí y salías de la facultad con los conocimientos justos pese al expediente curricular y nula experiencia. Yo , simplemente, era el que poseía una agenda relativamente más libre y podía ocuparse de ti.  Ahora te vales perfectamente por ti misma y no me necesitas . Si no me crees , puedes preguntarle a David .
·        LIZ: ¿Y por eso has declinado venir a mi casa en las últimas tres ocasiones en que te he invitado? ¿También andaba de sobrada entonces ?
·        MICHAEL: Creo que estás extrayendo unas conclusiones bastante inexactas desde mi punto de vista.
·        LIZ: Conclusiones inexactas .-  mirando hacia el suelo, un nudo se le formó en la garganta – ¿Ahora resulta que vas a tratarme como a uno de tus clientes? ¿Hasta eso hemos llegado?
·        Tratando de que todo se olvidara , de que se cansase, él continuó alargando su labor , pero la situación sobrepasaba los mal llamados límites cómodos.
·        LIZ: Seguro que a ella no se te ocurre hablarle así. A ella sólo le basta levantar el puñetero teléfono para irte corriendo al aeropuerto, coger el primer avión y tenerte comiendo de su mano.

El estruendoso sonido del estrepitar agresivo de un grupo de carpetas sobre la madera de la mesa , hizo que perdiese de vista la superficie sobre la que depositaba sus pies.

·        MICHAEL: No sigas por ahí, otra vez no.
·        LIZ: Hablas de ella como alguien a quién siempre sentiste la necesidad de proteger, y siempre he tratado de maginar tu rostro cuando la viste por primera vez en el club. Curioso que cuando yo trataba de alejarla de ti, ya fuera demasiado tarde.
·        MICHAEL: No lo has entendido nunca porque nunca has querido saber la verdad, ni escucharla . Ves dónde no hay, sientes  dónde no duele, y  ya te advertí una vez , que para poder hablar con propiedad de lo que había entre ella y yo  debías saber escuchar  y aún así no te garantizaba nada.
·        LIZ: Leales hasta las últimas consecuencias , capaces de compartir la misma estancia completamente desnudos sin sentir siquiera deseo … ¿En serio pretendes que me crea que jamás ha habido nada entre vosotros? Conozco a Heyden desde  hace más tiempo que tú, sé de su ambición y testarudez a la hora de conseguir las cosas , aunque es cierto que en hombres ha resultado bastante dispar. Ingobernable , con problemas de asunción de órdenes y sin miedo a nada , porque siempre ha creído que nada tiene que perder.
Cuando le pregunté por sus inicios , resultó casi espeluznante saber de qué mano venían parte de sus conocimientos, claro que , quién podría pensar que alguien con tu proyección , rápida y efectiva , capaz de llevar la dirección incluso de dos campañas presidenciales, se hubiera movido tan bien por aquellos ambientes.

Visiblemente nervioso , sentía la necesidad imperiosa de pararla , de tapar una boca  de la que no emergían sino palabras  hirientes o que conllevaban esa pretensión,  palabras que traían a colación recuerdos  no vividos por quién osaba pronunciarlos y  que se ensuciaban más aún de lo que debían . Recuerdos y sensaciones que revolvían su mente , su corazón y hasta su propio estómago, encogiéndose con cada sílaba.

Una conectividad mal entendida .

Indudablemente , nadie jamás tuvo por qué saber de los inicios de esa relación , ni qué era lo que sentían ambos cuando se encontraban juntos . Convertirse en su ángel de la guarda , toda una misión que hubo de auto encomendarse  y ni la principal beneficiada pidió nunca , pero sí aceptó de buen grado. Todo entre ellos resultó implícitamente acordado , aunque por más consejos que él le diese, con el tiempo, ya se sabía que en su concepto de libertad sólo entraba hacer lo que creyese apropiado por ella misma considerado.

Nadie lo entendió nunca. Robert tampoco estuvo exento de formar parte de ese selecto grupo que creía certeramente que entre ellos existía una relación, indefinible, pero relación al fin y al cabo, algo que sólo ellos dos  eran capaces de comprender , y en el que no entraba nadie más.
Para la amiga, la confidente dada de lado en cierto modo, el tiempo de ausencia no había pasado  y la protagonista de esta conversación  no había desaparecido. Para Liz,  defensora a ultranza y a diario , ante su propio hermano , de una mujer a la que creía haber dejado de conocer y de la que , pese a no discutirle absolutamente nada sobre su vida  a lo largo de ella, no siempre estuvo de acuerdo con las decisiones adoptadas, su vuelta  al panorama público y de sus propias vidas , sólo traería nuevas luchas y problemas.

No obstante , pese a todo, en aquel despacho se estaba lidiando otro tipo de batalla, aquella que sólo pueden librar los que han mantenido una relación personal tan abierta como ambigua y en la que el tiempo era el único capaz de determinar su evolución.

Tratando de sonsacar una nueva reacción que le explicase su comportamiento hacia ella, Liz prosiguió con aquella molesta argumentación , con aquella que le enfurecía , que le agriaba el carácter por segundos en espera de una respuesta.

·        LIZ:  La envidio. Creo que en realidad la he envidiado toda mi vida. Ha tenido lo que ha querido como ha querido, y a quién ha querido de la forma que le ha venido en gana.

Con los puños sobre la mesa , apretados con mucha fuerza, realizaba un auténtico gesto de contención absoluta por saltar y explayarse ante el temor de que conociese su lado más desagradable.

·        MICHAEL: No sabes lo que estás diciendo. ¿Envidiarla? ¿Qué es lo que le envidias exactamente Liz, las palizas que recibía de su padre o las que observaba hacia su madre a la que estuvo a punto de matar más de una vez , los gritos  que hacían que David tuviera que protegerla debajo de su propia cama, los enfrentamientos continuos , el no poder llevar una vida normal, que la apuntase en la cabeza con un arma  delante de todo dios o que matase a su madre tirándola por la ventana? Dime Liz, ¿qué es lo que le causa tanta envidia a la chiquilla de buena familia que tuvo la posibilidad de optar y hacer su vida diciendo no a su padre rico,   después de favorecerse de sus cuantiosas aportaciones a la universidad,  y de su dinero y facilidades  para dejarlo  colgado en el momento cumbre ? O tal  vez , ¿tener que sobrevivir  entregándose a lo único que le proporcionaba dinero de forma rápida y nunca fácil, debiendo volverse ambiciosa y aprender algo para lo que no estaba preparada , y que la marcaría el esto de su vida ante su propia incapacidad para ser feliz ?
Es cierto, yo le di el pase definitivo para que entrase en el club, la introduje en la agencia y la conecté con Inteligencia. Yo ejercí de  su maester en aquello que necesitaba porque en ese terreno jugaba con mucha ventaja , para que fuera lo que ella quería ser, la mejor , la que mandatase sobre ella misma  y así poder valorarse dentro de lo que en realidad contaba , ser una de las mejores agentes en activo . Le enseñé a utilizar las armas que llevaba en su interior y a que el dolor sólo fuera una puñetera anécdota .
Sí, me convertí en lo que yo necesitaba y ella requería , un ángel protector , un enlace siempre presente que nunca la fallaría porque sabía que yo no podía permitírmelo y ella jamás me lo perdonaría . Su apoyo . Soy lo que ella ha querido convertir de mí y lo que me ha permitido , y sí, es cierto que podemos compartir espacios con una intimidad inusitada e impensable entre dos  seres que bajo otras circunstancias podrían olvidarse de todo y entregarse , pero el respeto existente  , ese que muchos olvidan en pro de la satisfacción personal, en nosotros, es implícito y jamás ha necesitado pedirse o hablarse , y es ese respeto que nadie entiende y que no nos importa que no se comprenda , porque es nuestro particular lazo de unión, lo que nos hace ser como somos cuando estamos solos , sin ropa alguna,  o cuando compartimos una cama .
Nunca pretendí que lo entendieras , ni pretendo que lo haga nadie , porque a nosotros nos basta y es lo único que nos importa . Entre tú y yo creía que las cosas estaban claras , porque tampoco hizo falta hablar demasiado, pero por lo visto para ti el juego a tres bandas es lo que te va desde hace algún tiempo. – tanto su tono de voz como la correspondiente expresión de ella iba cambiando por momentos. En él, la ironía crecía abismalmente y en ella , la extrañeza por el cambio en sus reacciones y lo qué pudiera convertirse en su nueva argumentación – Pero ¿sabes qué? Ni me gusta ser segundo plato ni la alternativa segura por si el jefe falla.
·        LIZ: ¿De qué puñetas me estás hablando?

Imprevistamente alguien tocó de forma desesperada  a la puerta . Era una de las empleadas . Liz la abrió y la joven , con rostro de preocupación, les avisaba de que la guerra en el otro despacho había comenzado , lo cual fue fácilmente constatable. Los gritos recriminatorios de un David desaforado y perdido se extendían por toda la oficina atravesando las paredes y la puerta como el más fino papel . Algo de cristal que estallaba en el suelo fue lo que puso la alarma definitiva para correr hacia el despacho y entrar sin tocar siquiera .

·        LIZ: ¿Pero se puede saber qué os pasa?

Un David con el pelo alborotado,  la sangre agolpada en la cara y nervioso frente a una Heyden desafiante que se encontraba de pie al otro extremo de la habitación.

·        LIZ:  David , habéis alterado a toda la gente ahí fuera.

Por su parte , Michael, que trató de que todos volviesen al trabajo, se incorporaba  al recinto extrañado.

·        MICHAEL: ¿Qué diablos ha pasado aquí?
·        LIZ: Eso mismo trataba de averiguar yo. – dirigiéndose a él que se encontraba a su espalda – Cierra la puerta.

Cristales rotos al lado de los pies de él y una visualización de lo que faltaba en el despacho , dieron con la clave del objeto roto. El reconocimiento que la Asociación Americana de Abogados le había concedido el año anterior fue la víctima propiciatoria de su arranque de rabia.

Ante la nula respuesta por parte de los dos , a Liz no le quedó otra opción que continuar preguntando.

·        LIZ: ¡Por amor de Dios ¡ ¿Quiere decirme alguien qué diablos ha pasado?
·        DAVID: ¿Qué ha pasado? Nada , todavía nada ,  pero por lo visto siete años de puto encierro por no hablar formaban parte de otro plan más audaz.
·        LIZ: ¿De qué estás hablando?

Tratando de remangarse la camisa , aún bastante agitado, la ironía de mejor calidad hizo acto de presencia .

·        DAVID: Que tu querida amiga se ha vuelto completamente loca , ha perdido la cabeza y ahora se cree Harry el sucio, eso pasa.  Siete años de encierro por no hablar siendo la única que podía atraparle ,  y ahora a  la señorita se le ha metido en la cabeza ir sola a por él de nuevo, claro que repito, sola, es decir,  sin cobertura alguna porque elementalmente no pueden cubrir ni proteger a un agente no activo.

Michael, absorto, fue el único que la miraba de forma diferente porque era el único  capaz de entenderla , pero no consiguió que le correspondiera. En su rostro observaba el dolor y la culpa que de forma continua parecía asestar a su hermano siendo consciente de ello, mientras le escuchaba atentamente.

·        LIZ: ¿Heyden?
·        DAVID: ¡No, no le preguntes a ella  porque no será capaz de darte las putas buenas razones que la llevan a desgastarse de esta forma , a entregarse de nuevo ¡ ¡Su maldita causa personal! ¡Su glorioso concepto de honor y de poner fín a sus malditos trabajos! ¿Y qué pasará con los demás cuando tengamos que recoger tu puto cadáver  te has parado a pensarlo?

Cada palabra , una piedra que era lanzada con una mano firme directo a un corazón que sentía que nada hacía bien  desde hace mucho tiempo con respecto a él, y que no conseguiría arreglarlo.

·        DAVID: ¡Y no contenta con eso ,pretende que sea su cómplice y me pide ayuda!
·        LIZ: David , por favor , trata de calmarte . Ahí fuera no tienen por qué enterarse de nada más.

La respiración agitada y la sobreexcitación no parecían presagiar que la calma volviese a él como antaño . Nervioso desde que supiera su salida de nuevo y conociéndola en parte , a David no le dolía la sorpresa en la petición, sino  esa especie de obsesión por la consecución de objetivos que siempre había regido su vida  como única forma de demostrar a los demás y a sí misma  que era más fuerte de lo que en realidad era, que no sentía ni padecía , cuando sus propias llagas invisibles le sangraban por dentro de todo lo que había tenido que soportar sin un solo momento de respiro.

·        DAVID: Hace mucho que me advirtieron de tu menosprecio por la vida en sí, y que no sólo era un principio.

Su atención fue correspondida al fin por la de su hermano, cuyos ojos, humedecidos , y su rostro, colmado de rabia e impotencia, la desgastaban más aún.

·        DAVID: No voy a volver a preguntarte por qué lo haces, porque ninguna razón valdrá la pena escucharla. Puedes mentir al mundo, pero no a mí, porque por mucho tiempo que pase, por mucho que estemos distanciados, soy el único que sabe realmente cómo eres y te sientes , qué es precisamente lo que pretendes ocultar tras esa coraza de chica dura  e irrompible. Vienes aquí después de siete años  a pedirme que facilite tu muerte , porque eso es lo que encontrarás y lo sabes . Eso es tanto como pedirme que apriete yo mismo el gatillo. No puedes pedirme eso.

Liz, sin casi reacción, se dirigió a ella tratando de encontrar una explicación viable mientras Michael , en su cabeza y en su interior, tenía muy claro lo qué debía hacer.

·        LIZ: Házmelo entender Heyden. Haz que entienda la necesidad de terminar con todo esto de esta forma , tú sola .
·        HEYDEN: No puedo. Por más que quisiera, no puedo. – Volvió a centrarse en los destrozados ojos de su hermano - David, nunca te has perdonado haber salido de casa dejándome allí, jamás me has perdonado que no me marchase en ese instante contigo o que te ocultase todo porque nunca has querido comprender que lo hacía por protegerte , porque no debías saber a lo que había llegado . Fui una invasora a la que jamás quisiste recibir mal, a la que acogiste en tu seno como una igual  , y fuiste todo lo que necesité mientras pudiste hacerlo, y sé que yo misma permití e insistí en que debías marcharte , pero porque sabía que algún día , la bala de su arma podría dirigirse a ti sólo por el simple hecho de protegerme y defenderme.
Lo único que a estas alturas tengo que agradecerle a ése  del que llevo su apellido , es a no temer a que la muerte venga a por mí y encontrármela cara a cara, porque así la tuve con él en infinidad de ocasiones y la he visto aparecer con el devenir de los años, y eso es impagable.
Bourke no me matará , no puede hacerlo, y si no lo hace con sus propias manos no se lo mandatará a nadie, pero tampoco le atraparán , y no porque no puedan , si no porque no quieren , y tú , que te manejas en esas altas esferas , sabes perfectamente de qué estoy hablando.
Bourke ha hecho y deshecho lo que le ha venido en gana durante años . Yo he visto  el fruto de las investigaciones , y por muchos funcionarios que pudiera untar, un tipo que entra y sale de este país , manejándose por él con total impunidad habiendo sido un rostro muy público, no ha sido atrapado porque a aquellos con los que cenas y te reúnes en pro de una futura carrera política  les interesa que esto continúe y se perpetúe.
¿Qué no opera desde aquí? Quién sabe. Es mucho más joven que la media de aquellos que le encubren, pero ha sabido ser un alumno aventajado y nada sutil cuando ha querido . Esos peces gordos le necesitan tanto como el aire que respiran  y él lo sabe. Cuando no ha sido dinero han sido favores , y de todo su entramado sólo conocemos su superficie.
Su marca personal es tan evidente que da grima hasta verla a distancia , y su frialdad ya no asusta a nadie , pero ¿cuántos de ellos dejarían a sus mujeres  e hijos en el mismo espacio vital que él?
Esto se ha convertido en una cadena de favores muy bien mantenida desde muy arriba , sobrevolando lo que a los investigadores no se les permite desvelar , a dónde ellos no pueden acceder.  ¿Nunca te has preguntado si esos congresistas y gobernadores con los que te codeas  usan de sus buenas influencias a cambio de múltiples beneficios? ¿Nunca te has cuestionado cómo pueden mantener esos niveles de vida y hacer ostentación de ella sin que a nadie parezca importarle nada , ni cómo ni a quién sacrifican?
·        DAVID: ¿Te atreves a cuestionar  con quién me relaciono?
·        HEYDEN: No eres tú , es con quién te sientas , y si de verdad piensas que todo esos están libres de pecado , es que has entrado en sus mismos círculos, te has dejado atrapar y ya formas parte de eso que justamente siempre repudiabas.
Mírate David, mira todo lo que te rodea. ¿Te has parado a pensar alguna vez en cómo se gestó tu repentino éxito? ¿Cómo un insulso , un don nadie  con buen expediente y becado , pero sin apellido ni referencias, consigue involucrarse en esos mismos círculos y ascender tan rápido en este mundo colmado de buenos despachos? ¿Te has parado a pensar cómo fue que conseguiste que te otorgaran la llevanza de sus empresas ?
·        DAVID: Sé por dónde vas , y sabes que no es cierto. ¡Tú sabes lo que me ha costado llegar hasta aquí, sabes cuánto he tenido que luchar por hacerme con un nombre! ¡Cuánto me ha costado levantar lo que ahora poseo ! No voy a dejar que lo manches con tus absurdas especulaciones , no lo permitiré.
·        HEYDEN: Entonces nada hago aquí. Piensa lo que quieras David, pero tú mejor que nadie sabes cómo se ha producido ese ascenso . Yo no seré la que diga jamás que tu trabajo no te ha costado, pero tampoco lograrás ocultar las manos invisibles que te ayudaron a hacerlo posible.
Tienes todo el derecho a recriminarme por cuánto consideres que soy culpable , pero piénsatelo bien antes de tratarme como una desquiciada o una mentirosa. Hice lo que tuve que hacer para salirme del sistema, pero tú te adentraste en él y no opusiste resistencia. Tú formas parte de esa mentira que me achacas , vives en ella , gozas de ella. No lo olvides la próxima vez que te mires en el espejo y pregúntate  por una vez quién ha estado viviendo una mentira .

Silenciado , una última mirada segura pero condescendiente , casi lastimosa, fue lo que obtuvo de su hermana antes de que se dispusiera a salir del despacho.

Con una LIz que no podía casi reaccionar pero que le fue a la zaga  seguida de Michael , a mitad de pasillo la interceptó.

·        LIZ: Heyden…
·        HEYDEN: Cuídale, es lo único que puedo pedirte.
·        LIZ: No puedes estar hablando en serio.
·   HEYDEN: Cada uno sabemos lo que debemos hacer, y a mí no me gusta dejar cuentas pendientes. Sólo espero que algún día se dé cuenta y no sea demasiado tarde.  

Viendo como Michael entraba apresuradamente en su despacho y recogía su chaqueta para incorporarse con ellas, Liz pareció descuadrarse.

·        LIZ: ¿Tú?
·        MICHAEL: Como  tú bien dijiste , sólo soy el perro faldero que atiende a su llamada.

Y colocándose las gafas de sol , ambos fueron distanciándose del lugar , de su vista, sin que ella pudiese hacer nada por evitarlo.

Sólo le quedaba una opción y pasaba por volver al despacho de David .

Ana Patricia Cruz López
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