LA MUJER DEL RETRATO
“Y sus manos volvieron a recorrer su piel abarcando todo su ser , imbuido en su cintura, expresándole todo lo que era capaz de amarla , a su forma , exclusiva y excluyente ante los ojos de los demás . Y sus manos , otorgaron aquella seguridad que tanta falta le hacía , haciéndola sentir como en su casa , al calor de una lumbre donde las llamas de un fuego interno se expresaban con cada caricia, donde cada gesto resultaba una deliciosa encumbración de algo indefiniblemente mágico, donde saberse perteneciente a alguien como parte de sí mismo siendo uno solo , que con cada entrega en la que la humedad de tus besos se expresa , sólo confirme lo que ante los ojos de Dios es una realidad antes incluso de que nos conociéramos , que tú y yo , seremos uno solo , por siempre , para siempre , pase lo que pase . Fdo: A. ”
Cerró el libro. Ni siquiera sabía por qué aún lo portaba después de haberlo leído tantas veces , y menos aún por qué lo había escogido para que formase parte de aquellos pequeños y casi insignificantes elementos que le otorgaban cierta tranquilidad , porque desde luego esa esa dedicatoria no se la daba.
De entre todos los libros habidos en su pequeña biblioteca él escogiera precisamente ése y en aquella edición no resultó casual . Apenas se conocían , salvo de vista y porque habían coincidido en los pasillos de la Universidad y la Escuela de Arte . Alguna que otra visita grupal a algún museo y coincidencias ocasionales , o no, en la cafetería del centro de referencia . Pero aquella preciosa tarde de primavera de un domingo cualquiera , junto al río y con Notre Dame como fondo espectacular , alzándose luminosa , su detención en uno de los puestos de venta de libros de segunda mano , podría decirse que se convirtió en el inicio de todo.
De entre todos los libros que el buen vendedor poseía , aquella edición añeja de tapa dura marrón y letras doradas de “Cumbres Borrascosas “ la atrajo especialmente , sin saber nunca exactamente el por qué. Nunca fue porque no la tuviera ya que poseía dos ediciones distintas y hasta una comentada por un prestigioso catedrático de Universidad , tampoco porque estuviese escrita en francés . Quizás el entorno , la posibilidad de venta en el lugar en el que se encontraba , su precio o el ser una edición a la que ella no se resistió a coger y acariciar , con una sugerente sobrecubierta o incluso a oler , imbuyéndose de ese especial olor a papel añejo más propio de una biblioteca …. No. Nunca supo las razones exactas que la llevaron a escogerlo , pero tampoco pudo explicarse jamás qué hubiera pasado de no haberlo dejado de nuevo en su lugar , especialmente , cuando apenas diez minutos más tarde , disfrutando de lo expuesto en otro de los puestos , una mano le ponía delante suya el mismo libro dejado atrás.
Aún podía continuar mirando
fijamente aquellos enormes e intensos
ojos con los que podía ofrecer todo un mundo sin tener que explicarlo. Un
rostro familiar que ubicaba en el lugar exacto pero sin poder guardarle
relación alguna con ella o su ambiente .
No hubieron apenas palabras que decirse , salvo un gesto casi liviano y sin importancia con su cabeza que la invitaba a acercarse a la cafetería que tenían en frente . Y al igual que todo lo anterior , formando parte del cúmulo de cosas inexplicables o sin razón aparente , simplemente comenzó a seguirle en dirección a la terraza del local, con aquel libro entre las manos , sentándose justo en frente suya, sin soltarlo .
Una invitación sincera a que se lo acercase , derivó en una intención de devolución no aceptada por él , el cual, colocando sus manos encima de las de ella , se limitó a situárselas como un atril donde quedase apoyado con cuidado , y tras soltárselas, se limitó a abrir la tapa encontrándose aquella especie de dedicatoria firmada en la primera página protectora de grueso papel blanco .
Una dedicatoria que ella , ahora , volvía a releer tras extraerlo del cajón superior de la cajonera situada a su izquierda. Unas palabras que lo determinaron todo desde aquel bendito comienzo , aquella hermosa tarde de primavera en donde , sin haber programado nada, todo parecía haberse calculado con meticulosa atención porque nada podía dejarse al azar.
Una dedicatoria que ahora , no deberían suponer más que
palabras conformadas por letras en una tinta azul que el tiempo no logró
desgastar , y que sin embargo, ella no podía evitar escuchar en su mente una y
otra vez , con su voz, la primera vez que estuvieron juntos en la intimidad de
su estudio .
Palabras conformadas por letras que acariciaba ahora con la yema de sus dedos pensando en el instante preciso , en aquellos casi insulsos diez minutos que transcurrieron desde que ella lo vio en el puesto hasta que se lo entregó , en los que decidió escribir sin pausa alguna cada verso emitido por una cabeza privilegiada y abierta , la de un artista capaz de hacerte sentir envidia con cada roce que sus manos otorgaban a la piedra, hasta el punto de desear ser ellas , con aquel exquisito respeto devocional con el que siempre degustó verle observarlas.
Para cualquier otro , aquellos bloques enormes y empolvorados sólo resultarían eso , bloque de piedra blanca que ocupan un lugar , pero para él , para el artista , para el hombre , lo eran todo . Eran su vida , su tiempo, su respiración con cada golpe de cincel que brecha a brecha , parecía hacer sangrar cada minúsculo pedazo de ella curándolo después con una leve caricia.
Para él , sus bloques de piedra
sentían cada daño echo pero no le culpaban porque sabían que todo era para bien
, que al final , cada lasca perdida sólo llevaba a cobrarles una vida diferente
, de admiración y hermosura innatas , la que este hombre era capaz de
transmitir con la simple transformación.
Tinta azul indeleble y sin daño que aún permanecía impresa en esa hoja blanca y gruesa tras la portada del libro y que ella cerró de repente para acabar devolviéndole al mismo cajón dónde se encontraba guardado .
Con prisa inusitada , se limitó a
dejar las cosas tal cual estaban en su
mesa y , cogiendo su bolso, salió a toda
prisa hacia el ascensor con dirección al laboratorio. Sin apenas percatarse de los que se hallaban
trabajando en el lugar , se adentró en la última sala dónde se encontraban los depósitos de
muestras y objetos , una sala especialmente preparada para la conservación con
vistas a estudios .
Al abrir el armario climatizado dónde había guardado las cajitas con las muestras extraídas del cuadro , las cuentas no parecieron salirle. Tratando de repasar hasta en dos ocasiones y de forma tranquila los pasos dados tras encontrarse en la sala y convencida de que no les había perdido de vista en ningún momento , intentó hacerse una recomposición de lugar y averiguar por qué de los nueve pequeños recipientes guardados sólo quedaban seis en el interior de la cámara de protección.
Preguntando a los empleados del museo que allí se encontraban , la respuesta recibida resultaba ser la misma, siempre aludiendo a las medidas de seguridad de las distintas estancias o a las cámaras de seguridad , las cuales le fueron indicadas ya que se encontraban a la vista .
Nadie sabía nada sobre lo que
podría haber pasado , pero a juzgar por las indicaciones que le dieron los
analistas , su única posibilidad pasaba
por solicitar el permiso para revisar los vídeos y el registro a fin de asegurarse
de que efectivamente habían sido nueve los recipientes inscritos.
Antes de acudir al despacho de Kauffman , solicitó a la encargada del registro se lo mostrase y tras acudir a la fecha de depósito , el contenido de la anotación le resultó sumamente turbador. Pese a encontrarse sobradamente segura de que lo resguardado y debidamente etiquetado , para que no se disgregase el conjunto, habían sido nueve pequeños recipientes , en la documentación registral sólo aparecían seis , las que ahora tenía en la mano .
Lejos de pensar que aquello podía
haberse tratado de una corrección posterior
más que de un despiste , ni en el libro parecía haberse arrancado ninguna
hoja ni sus apuntes parecían haberse retocado , de hecho, la letra con la que
se escribía el texto y los números coincidía con sus caligrafía por entero.
Tras hacerle entrega ,una de las investigadoras, de un recipiente opaco de traslado en el que poder guardarlas , Esther se ausentó del lugar marchándose del museo . Algunos minutos más tarde , en la calle , tomó un taxi en dirección al Centro Pompidou (Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París ), al otro extremo de la ciudad . Una vez hubo llegado , en la recepción , le solicitó a una de las personas que le atendía si podría dejarle un papel de notas y algo para escribir , y tras unas pocas palabras , le encomendó la entrega inmediata y en mano al Dr. Lambert.
Una vez hubo confirmado su
presencia en el centro vía telefónica , ella optó por marcharse tranquila a la
espera de que se pusiese en contacto , volviendo sobre sus pasos para conocer
la versión oficial sobre lo sucedido en un lugar dónde la seguridad se supone
primada y exigente.
Ascendiendo en el elevador, Esther tenía la percepción de que el tiempo se ralentizaba , de que éste no quisiera dejarla marchar . El ambiente en aquel habitáculo se cargó de pronto e incomodaba la sensación de ahogo . Sólo el timbre final y la posterior apertura de puertas le devolvió algo de color a su tez, de por sí blanquecina.
Sin embargo, apenas dos pasos más
tarde , la imagen solitaria y silenciosa de aquel largo pasillo pareció escalofriarla
. No fue capaz ni de escuchar sus propios pasos . Como en un
juego de cámara , aquella estancia parecía hacerse cada vez más largo ante sus
ojos y más estrecho conforme su vista lo
avanzaba , aunque su mente recomponía de
inmediato la sutil imagen devolviéndola a la realidad , haciéndola presuponer
que podría tratarse del perfecto efecto óptico dada la simetría matemática con la que fue construido el lugar
.
Conforme avanzaba , tenía la desagradable sensación de encontrarse sola , lo que no era posible, pero la insonoridad del lugar no permitía ninguna suerte de convivencia con ningún otro ruido proveniente de ninguna parte, y en mitad de todo aquello , de esa especie de lugubridad inmaculada , la sensación de al menos otra presencia , la cual emergió del despacho de Eugénie.
Involuntariamente , una de
sus manos, se aferró aún más si cabe, a la pierna más cercana antes de continuar camino hacia aquel hombre . Ofreciéndole pasar a su despacho , la
acompañó seguidamente cerrando la puerta del mismo .
Su porte correcto , tal cual lo
conoció la primera vez , cuando su imagen se desdibujaba por la descripción de
la segunda de a bordo , le hicieron presidir su mesa y aquella habitación de
una forma especial y distinta, demasiado apaciguado y tranquilo , como si nada
hubiera de pasar , como cualquier otro día, sin embargo , sus ojos oscilaban
nerviosos desde el rostro de ella hacia sus nerviosas manos .
- · CHRISTOPHER: Me han dicho que andaba preguntando por mí. Antes de que diga nada - abrió el cajón situado a su derecha y extrajo un sobre que colocó encima de la mesa – supongo que le satisfacerá saber que los resultados del escáner han llegado por fín.
Esther observaba el sobre casi de forma desconfiada. La oportunidad en la llegada , tras la insistente tranquilidad mostrada o falta de prisa al respecto , resultaba una sospechosa casualidad.
- · ESTHER: Antes de proseguir con temas estrictamente laborales , creo que me corresponde disculparme.
El ceño fruncido de él , le dio a entender que requería mayor especificidad.
- · ESTHER: Mi actitud … Lo que le dije … en la sala acorazada. No es propio de mí perder las maneras y menos aún llegar a comportarme de forma no profesional, de hecho, es algo que no soporto y aún menos lo tolero de mi misma .
Poniéndose más cómodo al apoyar su espalda sobre la silla , cruzó sus piernas y la observó curioso, como quien espera el siguiente movimiento de su oponente en esta especial partida de ajedrez .
- · CHRISTOPHER: Si con ello cree sentirse más cómoda, no seré yo quien le deniegue la oportunidad de disculparse, pero no espere que yo lo haga , ni por lo que dije ni por las formas en que lo hice. Realmente admiraba a la profesional pero me degustaba observando a la mujer que devoraba el cuadro con tan sólo tenerlo cerca. Allí, rodeada de todos ellos , imbuida en la consecución de su propio logro personal , de aquello que la ha obsesionado gran parte de su vida . – Aquellos comentarios de los que Esther se sintió protagonista la sorprendieron, evidenciándolo. - ¿Por qué tengo la impresión de que la profesional está tan acostumbrada a que la elogien que cuando éstos se dirigen a la mujer que lleva en su interior no le resultan creíbles ?
- · ESTHER: Quizás , porque la mujer que , como usted dice , lleva en su interior la profesional, nunca deja que la conozcan lo suficiente como para que nadie se permita el lujo de decir nada que merezca la pena sobre ella , o tal vez sea , porque la gente sólo ve lo que quiere ver del que tiene en frente .
- · CHRISTROPHER: Y en mi caso ¿usted qué cree? ¿Cree que soy capaz de ver más allá , de ver lo que precisamente quiere ocultar o cree por el contrario que soy de esas personas que sí ven más allá de lo que tienen en frente , aunque lo que se muestre ya valga suficientemente la pena?
En silencio , la habilidad verbal de este hombre la incomodaba . Parecía moverse como pez en el agua en la disertación y en los crucigramas mentales , enroscar cada palabra a una motivación tan única como casi cruel: comprobar su capacidad de reacción y cómo ésta se desarrolla al escucharlas .
No se sentía , en ese instante ,
capaz de estar a la altura de una
respuesta elocuente y menos aún para
responder ante lo que él calificaba tan ampliamente como elogio cuando su
intencionalidad era lo que a ella no le
terminaba de convencer , especialmente , viniendo de un hombre al que no
conocía.
- · ESTHER: No creo conocerle lo suficiente como para poder responderle, ni creo que me conozca lo suficiente como para ver satisfecho su ego sobre su enorme capacidad de previsibilidad respecto a las personas que trabajan con o para usted. Sé que conoce las circunstancias por las cuales acepté este trabajo, pero yo de usted no las usaría como arma argumentativa , sobre todo cuando no se ha arañado lo suficiente y el trasfondo real se desconoce. Quizás en vez de perder su tiempo – adelantando su cuerpo sobre la silla y con gesto envalentonado continúo dirigiéndose a él – en tratar de hacerme sentir más cómoda y prefiero denominarlo así a señalar la realidad con mis propias palabras so pena de resultar excesivamente desagradable , podría resultar mucho más útil complaciéndome en el otorgamiento del acceso a las cámaras de seguridad del día de ayer y primeras horas de esta mañana.
Directa y precisa , tal y como ella era cuando realmente la provocaban a reaccionar como la profesional de la que gustaba hacer gala , la que todos conocían , la que era capaz de defender un trabajo con todas las armas posibles . La peor pesadilla de los dirigentes acostumbrados al apoltronamiento y a las falsas adoraciones por parte de sus subordinados , que no empleados.
- · CHRISTOPHER: ¿Las cámaras de seguridad?
- · ESTHER: necesito acceder a las imágenes que se grabaron desde ayer , en una determinada hora , hasta esta mañana . No son todas , sólo las que afectan al laboratorio para ser más exactos.
- · CHRISTOPHER: Normalmente esas imágenes sólo son visionadas por personas muy determinadas como parte de nuestros protocolos de seguridad . – Tratar de convencerla sin que pareciese que causaba molestia o inoportunidad , toda una odisea- Si me dice qué está buscando o qué desea ver …. Me encargaría personalmente de.. – pero ella no le dejó terminar - .
- · ESTHER: Sus protocolos de seguridad , de los que se siente tan orgulloso y a los que se aferra , han permitido que me desaparecieran muestras del laboratorio.
Mostrándose abiertamente sorprendido e incrédulo con tales afirmaciones , comenzó a indagar.
- · CHRISTOPHER : Eso es imposible. A lo mejor alguno de los analistas confundió sus cajas con suyas ¿Ha probado a preguntar?
- · ESTHER : Sí , lo he hecho – visiblemente alterada , aquella conversación cobraba , por momentos , tintes de tomadura de pelo – y al parecer nadie ha visto nada . De todas formas , que las hayan cogido por error no resulta factible . Las cajas estaban debidamente etiquetadas y numeradas , y se guardaron todas juntas , de haberlas cogido por error , al intentar abrirlas se hubieran dado cuenta y las hubieran devuelto.
- · CHRISTOPHER : Sra. Neuman, ¿se da cuenta de que nos está acusando de algo que durante los años en que yo llevo de director jamás se ha producido?
- · ESTHER: ¿Y usted se da cuenta de que basta una vez para ser la primera ?
Tratando de complacerla , se comprometió a responsabilizarse de las averiguaciones pertinentes evidenciando una seria preocupación , pero antes de autorizarle el acceso a las imágenes , le rogó lo acompañara al laboratorio ejerciendo la primera parada , una vez allí, justo ante la oficina de registro en donde solicitó el libro .
Tras pasar las páginas hasta
hallar la que correspondía a la anotación que ella había realizado , él le
preguntó aquello mismo de lo que ella se había percatado . Ni hojas arrancadas
, la tinta lo suficientemente seca como para no ser reciente , la profundidad
del surco al escribir o incluso su caligrafía , si ella era capaz de reconocer
algún trazo que no fuera exclusivamente suyo.
Preguntas encadenadas sin aparente intención más que la de averiguar y poner las cosas en claro sobre lo acaecido, y sin embargo , no podía responder sino con las mismas palabras con las que previamente se había respondido a sí misma ,y aún con todo , en gesto grandilocuente y de esmerada generosidad , le solicitó le acompañara al cuarto de seguridad en donde , tras hablar con quién se encontraba de guardia , se buscaron las imágenes que tanto deseaba ver .
Una sola visualización de toda la sala desde las cuatro cámaras que
abarcaban la vigilancia de la sala . Una sala , en la que los operarios
permanecían en sus lugares , atareados en sus clasificaciones , y en la que ,
en ningún momento, nadie se hubo acercado , de los tres armarios
climatizadores existentes , al que ella
utilizó. Una sala que , tras llegar la hora de finalización de jornada y
marcharse , quedaba tranquilamente a oscuras , sin nada más que objetar ni
apreciarse tras pasar las imágenes a tres veces más velocidad de la normal para
acelerar el proceso . Una sala que , antes de ella llegar para recoger las
muestras , simplemente había sido ocupada por tres de los investigadores que ,
nada más entrar , se habían puesto a redactar los tests que normalmente
acompañaban sendas investigaciones llevadas a cabo por cada uno.
Con una enorme sensación de extrañeza y desasosiego al no saber qué estaba sucediendo, pero sin resignarse ni darse por vencida , por esta vez , lo dejó pasar , siendo acompañada hasta el pasillo por el hombre que supuestamente debía velar por la normalidad en todo este proceso y que hasta ahora , salvo por su insistencia para ser contratada , no parecía mantener aquel inusitado interés inicial.
De vueltas al despacho , no pudo evitar asomarse por la ventana y observar , perdiendo la noción del tiempo , la vida al otro lado del cristal. Una ciudad que se mostraba tan gris como sus propias perspectivas , y tan fría , al menos durante ese día , como sus esperanzas a lograr desvelar algo, preguntándose , llegados a este punto, si realmente merecía la pena continuar allí y seguir adelante .
No estaba acostumbrada a no llevar el control . El caos , la indefinición, la oscuridad que no la dejan ver un camino cierto por el que proseguir … las dudas . Todo escapa de su ansiado control, aquel que maneja su vida a todos los niveles , el que le permite permanecer como la mayor cuerda dentro de su locura, porque sólo un loco , un demente , un anestesiado social que viviese en su propio mundo , podría dedicarse a este trabajo y hacer lo que ella hacía de aquella forma , con aquella exquisita entrega casi devocional. Una dación en pago por el que el precio puesto resultó , en su día, el peor de lo castigos posibles y que ella , sin embargo, nada le costó admitir y aceptar.
No tendría vida. No poseía
horarios y su disponibilidad de tiempo debía ser completa. No debía sufrir las injerencias
de otros ni gozar de mayor preocupaciones que las que ella misma se produjese .
No podía permitirse sentimentalismos , construyendo un poderoso muro alrededor que
nadie lograba traspasar .
No podía permitirse errar … hasta que algo , un solo gesto , le derrumbase todo lo que siempre había sido su castillo tras el que pertrecharse .
Un gesto en apariencia inocente
pero con el que determinaba conocerla mejor de lo que nadie había sido capaz .
Un paseo que siempre quedó grabado en su memoria y que ahora parecía más recurrente
que nunca sin darse cuenta . Una imagen en movimiento a la que parecía querer
aferrarse pese a todo lo pasado , pese al dolor , siempre acompañado por sus
ansias de escapar de él , de lo que la estaba consumiendo .
Tiempo que no parecía haber pasado y que los tonos grises ,lejos de distanciarla de ella , se la volvían a recordar como si fueran la pantalla de aquel cine improvisado de su memoria , con todos sus matices , con sus gestos , con sus risas y sonrisas a media boca que se trataban de disimular …. Con sus dobleces inmersas en voluptuosa piel bajo la asunción de dos cuerpos convertidos en uno por gracia de un deseo enfermizo y brutal que no les permitía estar separados , con sus conversaciones a medias palabras intercaladas entre susurros y gemidos de intensidad suma , de peticiones exacerbadas con el cabello entre los dedos y la provocación de los arañazos como marcas de propiedad en la piel y recordatorio de su nombre , de la humedad de los sentidos embaucadores y enigmáticos que culminan , casi , en el gimoteo más propio de un niño desesperado con su lagrimeo continuo por la dicha de la entrega mezclada con auténtica desesperación.
París le había vuelto a traer todo aquello a la memoria . Este maldito y a la vez ansiado trabajo , le había conllevado el regreso a todo lo que no deseaba , a lo que necesitaba haber olvidado y nunca pudo porque en el fondo sólo se encontraba a sí misma cuando estaba con él, pero la misma ciudad que adoraba y que ahora la castigaba con los recuerdos , no conforme con ello, se vanagloriaba como la gran dama que era y es ofreciéndoselo de nuevo . Un deseo infernal en los que sin duda eran los mejores años de su vida que , de nuevo, reaparecía en su vida como si nunca se hubiese marchado de ella , como si nada hubiera cambiado , como si todo , simplemente , permaneciese igual que entonces .
Un tintineo en uno de sus bolsillos la hizo ver reflejada el paso de las horas . Un mensaje que esperaba , aunque no tan pronto , y una solicitud en él : Urgente .
En apenas media hora , un taxi milagrosamente cogido en hora punta la dejaba en la plaza que daba pie a uno de los laterales del Pompidou . Buscando entre todos los bancos habidos a la persona que le envío el mensaje , fue él quién la encontró a ella acercándosele por la espalda.
- · DR. LAMBERT: Por fín París dejará de llorar tu marcha.
Y si los años no habían logrado cambiar algunos recuerdos , el de la relación de este hombre con ella también podría incluirse en ese grupo .
Al darse la vuelta , comprobó que el tiempo no le había desmejorado , que continuaba con su venerada sonrisa y su porte elegante , y , sobre todo , sus bellos y siempre amables ojos . El único titular de Departamento , durante sus tiempos estudiantiles , que realmente la apoyó durante la crisis sufrida a raíz de su tesis . El único profesor que siempre confió en ella y nunca le dio la espalda , y del que ella aprendió no sólo su forma de hacer las evaluaciones , sino incluso sobre cómo tratar las obras con la diligencia y delicadeza debidas. Un apoyo personal vital en la peor fase de su vida . El único , en realidad.
Tras fundirse en un merecido y sentido abrazo , cogiéndola de la mano , la hizo que lo siguiera hasta una cafetería cercana . Lejos de pensar que se sentarían en la terraza , él optó por buscar un lugar algo más reservado en su interior, alejado de la puerta , lo que en principio a Esther no pareció extrañarle dadas las bajas temperaturas .
Realizados los pedidos , el Dr. en Bellas Artes se dispuso en toda su inmensa comodidad de
aquel que conoce el terreno que pisa y a
quién lo acompaña , y sin que la sonrisa se alejase de su rostro , rompió el presunto hielo.
- · DR. LAMBERT: Siempre supe que regresarías, incluso sabiendo que cabía la posibilidad de que no lo hicieses.
- · ESTHER: Yo tampoco creía que lo haría , pero la vida termina azotándote en tus principios y guarda un as en la manga.
- · DR. LAMBERT: Te veo …- cuidándose de utilizar de forma inadecuada cada palabra por sugerente que pudiera parecer - distinta.
- · ESTHER : Serán los años .
- · DR. LAMBERT: No sé lo qué es , pero antes no te costaba tanto fijar tu mirada en mis ojos .
Involuntariedad como gesto natural. No sabía por qué pero se encontraba nerviosa . Ni siquiera se había percatado de que algo que entre ellos siempre había sido habitual , se determinaba como signo de problemas .
- · DR LAMBERT: ¿En qué andas metida?
Tan franco y directo como siempre . Los rodeos no eran consustanciales a su persona , no creía en ellos , sobre todo , si se podía decir lo mismo con menos palabras , pero aquel tono…
- · ESTHER : Y podrán pasar los años que las cosas no tendrán por qué haber cambiado.
- · DR LAMBERT: Nos conocemos demasiado bien como para andarme con rodeos a estas alturas.
- · ESTHER: Lo sé.
Aquel hombre de exquisitas maneras y corte nada afrancesado poseía una de las cabezas más privilegiadas que el Reino Unido podría exportar , al menos en su labor como científico. Químico por devoción , estuvo trabajando en unos laboratorios médicos hasta que algo se torciese en su vida . No comulgar con determinadas reglas y cuestionarse todo lo que se le interponía , eran su modus vivendi , y no siempre se conseguía que las instituciones para las que se trabajaba y sus respectivas juntas directivas que las mandataban, estuvieran de acuerdo con su modo de proceder.
Todo era cuestionable , y así se lo hubo enseñado a ella . No existen las verdades absolutas , y sin son impuestas , más cuestionadas deben resultar porque entonces conservan una causa injusta en el fondo.
Su forma de trabajar , sus
concienzudos métodos de analizar y
escudriñar absolutamente todo lo que una sustancia podía poseer en su interior
, como filosofía de vida , y esa fue la mejor enseñanza que pudo darle . El inconformismo como realidad y única forma de continuar vivos.
No era que no confiase en él. Quizás , él fuese la única persona en este mundo sobre la que realmente poderle confiar algo así, pero ¿hasta qué punto Esther se encontraba lo suficientemente segura de lo que estaba haciendo o sobre lo que estaba trabajando ?
Ante las manifiestas dudas sobre si debía darle la respuesta que esperaba , el Dr. trató de avivar y hacerle comprender la necesariedad de la información que precisaba .
- · DR. LAMBERT: En cuanto salieron los primeros resultados optaron por llamarme, y cuando los vi, decidí ser yo quien realizase los análisis personalmente. Los resultados me han tenido algo confuso y desde luego, para saber si mis conclusiones pueden tener un atisbo de certeza , necesito saber de dónde sacaste las muestras .
Aquel tono serio y preocupado cambió la perspectiva del momento en el que se encontraban.
- · ESTHER: Es un trabajo de la Pinacothéque lo que me ha traído de vuelta.
Una cierta sonrisa maliciosa emergió de su rostro .
- · DR. LAMBERT: ¿La Pinacothéque ? ¿Puedes hacerte una idea de cuánto envidiamos la mayoría de instituciones los medios que poseen? - y recapacitando sobre lo dicho, su gesticulación fue cambiando – Dime ahora mismo de qué va todo esto Esther , porque si me estás diciendo que has acudido a mí es que algo pasa . La Pinacothéque tiene los mejores medios de análisis y catalogación posibles , media ciudad científica y artística se cortaría un brazo por entrar a trabajar con ellos , y tú ¿me traes estas muestras aquí? ¿En serio pretendes que crea que todo es normal y no ocurre nada ?
Tras buscar algo de asilo en el suelo , se armó de valor para responderle .
- · ESTHER: La Colección Hegel. Eso me ha traído aquí.
Lambert mostró su grata sorpresa dejando caer su cuerpo sobre el espaldar de la silla esperando la continuación de la narración por parte de una Esther visiblemente preocupada.
- · ESTHER : Eso es lo que me ha traído de nuevo aquí. Ni siquiera debería hablarte de esto . Me hicieron firmar un acuerdo de confidencialidad , como si se tratase de alto secreto.
- · DR. LAMBERT: Pues muy bien no lo han guardado. Los rumores comenzaron a circular nada más traerla de Viena. Trataron de ser discretos pero introducir esos camiones a esas horas de la noche en esa tranquila zona…. Y esa cantidad de hombres enguantados descargando….. ¿En serio piensan que el secreto se guardaría por mucho tiempo? Lo único que no había era confirmación segura, pero media ciudad se encuentra ansiosa del momento en que realicen el anuncio , que por lo que veo y según me cuentas , se va a dilatar en el tiempo.
- · ESTHER: Me contrataron para catalogarlos y encontrar el cuadro que la cierra .
Adelantando de nuevo su cuerpo , se levantó apenas dos palmos y, cogiendo la silla , se acercó mucho más a ella , mostrando casi una intención más intimista en la conversación.
- · DR. LAMBERT: El famoso cuadro ausente . Así que sólo les constan once .
- · ESTHER: Estuve en el campo . Revisé sus archivos . Hasta ahora , la investigación se encuentra en el mismo punto muerto que dónde se quedó cuando realizaba la tesis . No existe constancia escrita de que tan siquiera su pintor se encontrase vivo o que llegase a pintarse , y sin embargo la nota adjunta que siempre se han conservado deja el margen de duda al señalar que no debe exhibirse si no está completa , pero ¿cómo saberlo ?
- · DR. LAMBERT: ¿Las muestras que me trajiste son sólo de uno de ellos?
- · ESTHER : Sí. Son las que pude extraer. – Quedó pensativa antes de proseguir – Bueno… en realidad son las que me quedaron. Misteriosamente , de las nueve muestras , esta mañana , antes de traértelas , descubrí que me habían desaparecido tres , y aún en este instante no puedo explicar qué ha pasado . Ni las imágenes de las cámaras de seguridad me arrojan algo de luz .
- · DR. LAMBERT: Escuchándote , casi se podría decir que piensas en algún tipo de teoría conspiranóica , pero ¿por qué? Claro que también resulta alto extraño que teniendo sus propios investigadores y catalogadores recurrieran a ti.
- · ESTHER: ¿Qué pensarías si te dijera que fue el mismo director de la Pinacothéque el que insistió a mi jefe para que fuera yo y nadie más a quién se le remitiese basándose en la vinculación personal que mantuve con la obra a través de mi tesis? ¿Qué pensarías si te dijese , que pese a pertenecer a una lista negra de personas no gratas a las que no debe darse acceso en Auschwitz-Birkenau, ellos hicieron todo lo posible para facilitarme el acceso por arte de gerencia en tan sólo dos días? Y sin embargo , aún hoy, soy incapaz de poder describir lo que siento cuando estoy delante de esos cuadros. No encuentro palabras que puedan describir esa sensación .
Aquel apasionamiento por su trabajo , fue siempre el motivo que llevó a Lambert a apoyarla y creer en ella desde el principio, cuando nadie más lo hacía , cuando nadie creía que su perspectiva ante una obra de arte , fuese cual fuese ésta , no se parecía a nada de lo que cualquier otro experto en la materia podría haber desvelado.
Su forma de analizar cada obra no
era una simple cuestión de trabajo, era algo más . Casi se convertía en esa
especial relación personal que inunda a dos amantes y que sólo ellos son
capaces de comprender . Absorta durante horas delante de aquel cuadro de
bailarinas de DEGAS, absorta creyendo que ella era aquella bailarina que miraba
incansable a través de la ventana buscando algo que no era capaz de encontrar ,
pero hallando una paz inmensa en el mundo exterior que sólo veía ella a través de la ventana. Así
fue como la encontró la primera vez que habló con ella , sentada frente a aquel
cuadro , admirándolo con ella pero no pudiendo ponerse en su lugar .
Aquella imagen imborrable siempre
permaneció presente . Un apasionamiento atrayente y peligroso convertido en
algo personal capaz de arrastrarla y no discernir , el mismo que él volvía a ver en ella cuando la escuchaba hablar de una colección que casi
acababa con su salud en aquel entonces y
que retoma los míos bríos .
Una colección que la asfixiaba y
volvía a apretar su corazón sobrecogiéndola simplemente por las historias que
guardaban en cada lienzo , en cada trazo de pincel , por las verdades
convertidas en mentiras ocultas de las que aquellas mujeres , casi de espaldas
al pintor , habían sido testigos , ahora ciegos y sordos , y de las que no podían expresar todo
el terror por el simple hecho de no
estar vivas , aunque en realidad , para ella , siempre lo estuvieron , o al
menos , eso fue lo que quiso o quisieron transmitir el pintor o pintores que
los realizaron.
Acercando aún más su cuerpo si cabe y con el tono de voz casi susurrante , Lambert se dirigió a ella captando su atención por completo.
- · DR. LAMBERT: Debes dejarlo. Vuelve a Londres . Continúa con tu vida y con tu trabajo, pero no continúes .
Lo que sus ojos le expresaban , lo que su voz de preocupación infinita le trasmitía , le avivó la curiosidad.
- · ESTHER : ¿Te das cuenta de lo qué me estás pidiendo? No puedo dejarlo ahora.
- · DR. LAMBERT: Los resultados de los análisis no son nada concluyentes porque son dispares y contradictorios . Esther , de todas los estudios analíticos que he tenido oportunidad de hacer , éste es el que peores luces parece mostrar. Todos los tonos de pintura son tierras u ocres , al menos los que me trajiste .
- · ESTHER: Lo son. Predominan en todos esos tonos.
- · DR. LAMBERT: Bien , los amarillos y ocres conservan restos de plomo en sus mezclas, lo que podría resultar normal si los cuadros datasen de antes del siglo XIX, pero dado que esto no es posible a juzgar por las fechas posteriores de algunos pigmentos , juraría que la imposibilidad de que se hayan elaborado de forma legal se diluye. Dada la alta toxicidad del plomo , el cual también se usó especialmente en el uso de blancos , se prohibió tajantemente su uso y aún así se conoce que fueron muchos los artistas que lo conseguían en el mercado negro, sobre todo proveniente de Asia. Sin embargo , lo extraño no es que se usase en este caso , sino que la datación de su tratado para formar parte de los pigmentos no coincide .
Aquella narración de hechos y estamentos temporales inconexos , la confusión se apoderaba de ella .
- · ESTHER: No entiendo lo que tratas de decirme ¿ Estoy entendiendo que los cuadros se modificaron?
- · DR. LAMBERT: No es exactamente una modificación estricto sensu, más bien , por el tratamiento y texturas , tras los decapados moleculares , casi podría decirse que se trató de una conservación o actualización , especialmente porque las capas más antiguas aparecían notablemente deterioradas y casi deformadas y no por un proceso como el paso del tiempo o el mal estado de conservación. La cuestión es que quién lo hiciera , realizó un trabajo muy profesional , demasiado realista . Cada molécula actualizada coincidía con la añeja a la que se sobreponía e incluso se utilizaron los mismos componentes en los pigmentos , con los mismos productos . Y lo más extraño, según la leyenda que circula con la Colección , estos cuadros , fueran los once que ahora están o sumando el desaparecido décimo segundo , se suponen terminados cuando llegaron al campo y más cuando se trasladaron hasta al residencia de Hitler . El análisis molecular que hemos realizado vierte en algunas muestras , como fecha de datación más antigua , aproximadamente en torno a 1970, con un margen de error de quizás unos cinco años . El campo se inauguró en 1940 .
Aquella asunción de extraña información la bloqueaba. Sabía lo que él trataba de decirle , intentaba darle sentido a cada palabra , a cada fecha , pero a estas alturas , no comprendía a dónde quería llegar .
- · ESTHER : Eso es imposible . Los datos registrados en el Museo del campo , los argumentos de los testigos ... No… No soy capaz de llegar hasta dónde tú me quieres llevar.
- · DR. LAMBERT: Pues aún hay algo más que debieras saber . Durante uno de los análisis, un dato que parecía irreal disparó todas las alarmas . El científico de mi equipo repitió el barrido dos veces y yo lo volvía retomar una tercera . Cada vez , los resultados eran más concluyentes. Entre los pigmentos de descubrieron moléculas orgánicas .
Aquel argumento parecía de ciencia ficción. ¿De qué le estaba hablando alguien a quién estimaba por sus conocimientos ? Argumentaciones más propias de alguien que hubiera perdido la cordura tanto como ella.
- · ESTHER: ¡Oh Dios! – Visiblemente agobiada , apenas podía permanecer quieta en la silla tocándose la cara continuamente - ¿De qué se supone que me estás hablando? Primero la fecha y ¿ahora esto?
Cogiéndola de la mano a fín de tranquilizarla, rebajó aún más el tono de su voz .
- · DR. LAMBERT: En mis años de profesión , contando incluso con los que mantuve como químico en los laboratorios , jamás había visto algo así , y si contamos mi trabajo en la facultad y en las restauraciones … menos aún. Este tipo de resultados sólo son arrojados por pinturas rupestres , en roca , cuando junto con los pigmentos se usaban sangre y elementos viscerales triturados y hechos polvo , pero aquí estamos hablando de pinturas oleosas , actuales relativamente . Esther - Consiguió que abandonase su mirada a ninguna parte tratando de explicarse mentalmente todo lo que estaba escuchando y lo mirase a él – analizamos las muestras y las comparamos con otros restos animales .
- · ESTHER : ¿Y?
- · DR. LAMBERT: Quisimos descartar incluso la posibilidad de que se hubiera usado algún tipo de fibras porcinas . Los resultados fueron negativos . Un solo gen cantaba su descarte , un gen humano.
Una cabeza incapaz de asumir . Un argumento corroborado científicamente difícil de asimilar y demasiadas preguntas que hacerse , mientras aún , continuaba escuchando aquellos datos dados por su amigo , su mentor.
Ana Patricia Cruz López
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