domingo, 19 de febrero de 2017

MOMENTOS . Siempre tuya (195)

Cúmulo de sentimientos nada encontrados.
Sin dudas .
Sin reservas .

Todo o nada ,
Contigo siempre ha sido vivir el día a día ,
de una forma constante ,
con prisas ,
sin pensar.

Un cúmulo de inconsciencias recibidas con las manos abiertas ,
encadenando cada parte de nuestros cuerpos
a ese concepto de vida que nos mueve,
que nos incita ,
que nunca ha dejado de excitarnos .


Montañas de palabras sordas caídas en sacos rotos
aquellas con las que crecimos ,
las que inspiraron a nuestros padres 
y a los padres de sus padres  antes que a ninguno,
en pro de un futuro que entonces se veía lejano ,
mientras que ahora
no hay futuro,
esa palabra no existe .

Los relojes han detenido las agujas pese a su resistencia
y tu espera ,
la mía,
se vuelven incombustibles,
endurecidas y encallosadas ante el qué dirán de los espías amargados
y ténebres almas  cuya vela ,
la que les sirvió de guía,
hace mucho que se mantiene apagada.

Para nosotros no existe el tiempo ni el dolor ,
y el pasado y el futuro  nunca han sido escritos .
Un presente ganado por nosotros mismos ,
defendido con el silencio como argumento ,
con lo que sentimos y sólo nosotros conocemos como barrera que evite asaltos.
Una amalgama desechada y vilipendiada
por quienes no saben de qué hablan cuando nos miran pasar
pero cuyas tristes vidas , nada ejemplares ,
necesitan cubrirse con las historias de los demás,  
enmerdándolo todo ,
ensuciando con sus vilezas , lo único realmente puro
que queda sobre la faz de la tierra,
lo único por lo que merece la pena vivir ,
lo único que pueda determinar nuestra pena  si esto se rompe ,
se disgrega ,
si ellos logran hacerse con todo ,
si nos vencen ,
si permitimos que se entrometan.
Miradas furtivas a ninguna parte
buscando resuello en algo que nunca hemos creído que hiciera falta ,
porque vivíamos al día  y éramos felices ,
porque nos teníamos a nosotros
y eso era suficiente .

Vanos recuerdos
 de pequeñas cicatrices dejadas en el hielo de tu alma
que con mis manos , entremetidas en su interior , fue abriendo ,
sólo por ver hasta dónde podrías dejarme llegar,  
sin darme cuenta, de cuánto daño te he hecho.

Ese muro incontestable que rompías ,
sin yo verlo,
cada vez que hablabas en mis ojos ,
cada vez que te expresabas con tus peculiares disculpas o
cuando me decías un “te amo” distinto a los demás ,
y yo, empecinada , luchando por llegar a ti,
no fui capaz de ver cómo me abrías el camino
iluminando cada paso dado
y los que aún estaban por llegar.

Cúmulo de sentimientos que encuentro arañando mi carne por dentro
ante lo que supuso el mayor de mis errores ,
la mayor de mis cegueras ,
mientras tus ojos aún siguen buscando mi alma sin herirme,
y tus “te amo”, siguen dejando sus huellas.

Cúmulo de presentes sin futuro ,
de futuro sin pasado ni presente del que partir ,
donde sólo quedan aquellos tristes errores
de ser el más necio de los ciegos ,
cuando el alma es ofrecida a tus pies,
entregada en tus manos
y no eres capaz de verlo .
Sentimientos que destrozan por su inmensidad y ahogo ,
por la impotencia de no saber cuándo ni cómo parar ,
por la ignorancia de no saber cuánto es suficiente.

Sentimientos que se ahogan en su propia pena por desesperados  y poco sutiles ,
por desgranados y salvajes ,
por mostrarse descontrolados  como siempre quisimos ,
sin medida ,
sin límites ,
sentimientos que nos hunden y elevan hasta la más alta de las sensaciones
sin que la paz sea una consecuencia .

Sentimientos que matan lentamente por su falta de ausencia
mientras nos someten al sinvivir constante
de no saber qué pasará mañana ,
ese mañana en el que tú y yo jamás pensamos , porque nunca nos hizo falta ,
en ese mañana que ahora es nuestro presente ,
el de la vida sin tenernos ,
el de la muerte por amarnos.

Ana Patricia Cruz López
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