lunes, 1 de mayo de 2017

LA TEMPESTAD . CAPÍTULO SÉPTIMO .LA RESPUESTA (Registrado en SAFE CREATIVE ENERO 2017)

LA TEMPESTAD
CAPÍTULO SÉPTIMO : LA RESPUESTA

CREDITOS EDICIÓN APCL73

Lejos de pensar que lo que restaría de tarde iba  a resultar tranquila , pese a las aspiraciones  y deseos ,   la reunión con el Sr. Reder le sirvió a Enma para poner al día las cuentas nuevas de la casa , especialmente después de haber realizado las recientes compras y los gastos en material que se destinarían a las necesarias reparaciones, pero una vez éste se hubo marchado , encontrándose algo cansada  y dispuesta a subir a su habitación, en el rellano de la escalera  hubo de detenerse ante la llamada de Kitty  .

La joven del servicio portaba un pequeño sobre en una bandeja  cuyo frontal sólo confirmaba , con su nombre , a quién iba dirigida.

Lo observó sin recalar demasiado en él y sin demasiadas prisas ni curiosidad por conocer su contenido , limitándose  a continuar su  iniciático camino en dirección a su dormitorio esperando que nadie más osara molestarla al menos hasta la hora de la cena .

En  el exterior , mientras la mitad de la cuadrilla  trataba de arreglar los desperfectos en las vallas de madera que cercaban los terrenos de entrenamiento , la otra mitad fue recabada por Richard para retirar las cosas inservibles  del gran altillo- almacén de la parte superior de los establos  y colocar las ventanas  nuevas que tanto se necesitaban .  
A Thomas se le había encomendado empezar sus labores de limpieza de los cubículos de descanso de los animales como forma de adelantar parte del trabajo que oficialmente  debía llevar a cabo a partir del día siguiente y así lo hizo, diligentemente y bajo la observación  incansable de su primo y capataz  que  , al mismo tiempo, recordaba esa actitud jovial , fuerte y aguerrida en pos de un objetivo cuando trabajaban juntos en verano para los pescadores  ayudándoles con las descargas de las capturas .


Aquellos momentos en que todo se encontraba apaciguado , en que las discusiones de familia eran simples reyertas infantiles que acababan en castigos conjuntos por parte de la madre de alguno de los dos, aquellos momentos en que beber pintas a escondidas, cuando aún no se tenía la edad ,era toda una aventura  o disputarse a la chica de turno  que gustaba a los dos en el colegio , era una auténtica lucha por la supervivencia  entre el resto de compañeros  que así lo consideraban un acto de valentía , expuestos , como estaban , a que la joven reaccionase de la peor manera posible o apareciese su padre o su hermano portando el rifle de turno  acusándolos de haberse propasado sin que tan siquiera  se hubiesen rozado la piel.

Momentos que ambos parecían recordar ahora que volvían a trabajar juntos cuando las miradas de ambos se encontraban , con alguna sonrisa esporádica  naciente  que colmatase dichos recuerdos.

Horas después ,  bien entrada la noche , todo estaba listo para ser ocupado y utilizado debidamente , tanto por el improvisado inquilino  humano como por los nuevos ocupantes equinos que habrían de llegar al día siguiente .
Los camiones con la paja nueva que les habrían de servir de cama  habían sido recepcionados a última hora, prácticamente cuando los hombres se disponían a ir a la casa para cenar y Thomas acordó hacerlo justo antes de acostarse  y culminar la faena  nada más  despertar .

Para un hombre como Thomas , que había oído hablar de la finca y lo imponente de la casa en otros tiempos , aquel paraje casi desangelado le daba cierta tristeza . En multitud de ocasiones , cuando ambos primos coincidían después de pasar los veranos  y Richard haberse incorporado a ayudar a su madre en ella , éste narraba toda suerte de aventuras  vividas allí , incluidas las que comportaban encontrarse a escondidas en los rellanos  de las escaleras y huecos habidos debajo de éstas, con tal de no perder oportunidad de curiosear sobre los invitados a las fastuosas celebraciones que a menudo se organizaban  bajo cualquier excusa y es que el dinero , parecía emanar de la tierra y encontrarse a manos llenas en esa casa  a juzgar por lo que el joven contaba .

Las fuentes de champagne y el olor de los asados  recorriendo la escalera interior que llevaba a las habitaciones del servicio , las montañas de pasteles y dulces traídos en exclusiva desde las mejores pastelerías y teterías de Londres , las carísimas botellas de vino de  hasta tres clases y añadas diferentes a gusto del patriarca … todo , todo emanaba glamour y prestancia . Todo se encontraba acorde a los carísimos y derrochadores gustos , exquisitos por adquisición  no por nacimiento , de aquel que se había pasado  la vida presumiendo de haber engañado al viejo enfermo que  más tarde se convertiría en su suegro y que poco “soportaría “ al fallecer  semanas después de la boda .

La imagen que Thomas se había hecho de la finca en general y de la casa en particular  distaba mucho de lo que hoy se mostraba ante sus ojos, llevándole a  escudriñar en su mente toda suerte de teorías y suposiciones , pero en su haber , sabía que tarde o temprano acabaría averiguando . Las palabras de la tabernera refiriéndose al Sr. Bennet y a su  regreso a la misma ,con aquel tono despectivo , resultaba del todo inquietante .

Quizás lo más entrañable que se mantenía prácticamente igual a como él la recordaba,  a juzgar por las palabras y descripciones del propio Richard , fue la cocina . Atravesar la pequeña puerta de gruesa madera e imaginarse a su tía entre los fogones revolviendo la comida  o amasando pan en aquella inmensa mesa situada junto a una de las dos ventanas , era una imagen recurrentemente bucólica que él jamás pudo vivir pero de la que ahora podía sentir su entrañabilidad gracias a las maravillosas descripciones que su primo le hiciese en su momento y que le llevaron a sentarse , como antaño, junto a él , a su derecha , como cuando le reservaba el sitio durante la celebración de las comidas familiares .

Una cena  en la que todos los hombres de la cuadrilla aprovechaban para introducir al nuevo compañero en sus historias y desavenencias en la casa , cuando los tiempos pasados les hacían poder trabajar como mulas pero  tener días libres  para disfrutar de las  tabernas como el O´Neill , cuya propietaria y regente  ya gozaba de cierta fama que él mismo pudo comprobar en sus propias carnes para risotadas de los demás  , así como  del resto de las mujeres  ávidas  de confraternización .

Sin apetencia por cenar , aunque Kitty  la avisase de que todo se encontraba dispuesto en el comedor a tal efecto , Emma prefirió bajar  al salón para disfrutar de algo de lectura y soledad en un entorno tan agradable como  la biblioteca recibidor , pero al atravesar el tramo de pasillo que llevaba a la cocina , escuchó el jolgorio producido por multitud de voces  masculinas .

Sin ánimo de inmiscuirse , aquello le produjo cierta curiosidad y optó por acercarse con cuidado . Conforme más cerca se encontraba de la puerta interior que separaba la estancia del resto de la casa , aquellas voces y risas masculinas  parecían otorgar cierta alegría a la tristeza que emergía de aquellas paredes  que ella amaba y odiaba tanto.
Tan entretenidos se encontraban todos ellos , alrededor de aquella mesa , con los platos vacíos y las caras de felicidad , que no se percataron hasta bastante rato después de su presencia , siendo uno de los hombres quien , al silenciar su risa de golpe y quedarse mirando hacia la puerta con gesto serio , alertó a los demás que se encontraban acompañados .

Al verla  todos los hombres se levantaron de sus asientos , rogándoles ella , de inmediato , que por favor no lo hicieran y que continuaran  ,  que le había sido realmente agradable volver a escuchar vida en la casa y que sólo había pasado a saludar y a disfrutar  con ese sonido , pero habiendo finalizado la comida hacía rato y con el reloj a cuestas , los hombres prefirieron irse retirando a descansar.
De entre todos ellos , sólo uno continuó sentado , terminando de apurar la bebida con la que había acompañado la comida esa noche , Richard,  que no pudo evitar presenciar el nuevo momento incómodo con el que en teoría se cerraba la noche .

Thomas se había incorporado para recoger tanto su plato como el vaso utilizado  y colocarlos en el fregadero cuando ella , como si se tratase de una chiquilla en plena pubertad , a juicio del testigo silencioso, con amabilidad exquisita , se mostró preocupada por colmarlo de atenciones .


-        Celebro observar que haya logrado integrarse con tanta rapidez Sr. Bradley.


Tras colocar la loza se giró y aunque era a ella a quién tenía justo en frente , sus ojos se derivaron por un instante hacia su izquierda , dónde su primo , mirando fijamente a la mesa , trataba de terminarse la bebida con un gesto serio que lo decía absolutamente todo .

Percatándose “la patrona” de lo que aún le imponía el capataz  , trató de que se olvidase , aunque sólo fuera por un instante.


-        No tiene que pedirle permiso a él para dirigirse a mí Sr . Bradley. Richard es su capataz como yo soy la Sra. de la casa , pero nadie me impide confraternizar con mis trabajadores  .

-        Lo lamento , no quería parecerle descortés ni maleducado no contestando , es que… - Aquellos ojos de ternura y belleza infinita  de la Sra de la casa , como acababa de denominarse , penetraban en él de una forma inaudita no reconociendo una reacción así ante la presencia de una mujer . Pese a su apariencia de fortaleza infinita , cuando se dirigía a él , tenía la sensación de que los  posibles escudos desaparecían , por desgracia , no era el único en darse cuenta . –

-        Así que ¿ los hombres han logrado terminar  - dirigiéndose mucho más toscamente a Richard – con los trabajos pendientes ?


Apurando el contenido del vaso , interrumpido por décimas de segundos por el chocante tono de la pregunta , mientras se levantaba y lo recogía todo , centrado en cuanto le rodeaba menos en ellos , se dispuso a contestarla.


-        Todo está listo para  cuando los caballos lleguen mañana y la estancia está lista para que él la habite ya hoy. La cerca de la verja exterior se terminará mañana antes del mediodía y la del terreno de  entrenamiento de doma también .


Dado el tono que se escuchaba por parte de ambos , Thomas prefirió  dejarles solos  entendiendo que realmente la pseudo amenaza velada del capataz respecto a Emma , se producía con mucha más seriedad de la que él creyó en un principio.


-        Será mejor que me retire , apenas quedan unas horas para que vuelva  a levantarme y termine las labores pendientes de limpieza . Buenas noches Sra. Bowman.


Bajando algo su cabeza hacia delante en señal de respeto , recibió un cálido “buenas noches “por parte de ella que culminó con el cierre de la puerta tras de sí.

Un Richard apoyado en el lateral de una de las ventanas, la que daba justo a las caballerizas , con sus brazos cruzados sobre el pecho , imponía más que nunca .
La última vez que ella le vio así no gozaba de este aspecto . Hasta donde ella le recordaba  y ya se encontraba en pleno desarrollo  los últimos tiempos que permaneció en la casa , Richard siempre fue un chico muy alto para su edad y delgado , con apariencia de relativo desarme dada su altura.
Quizás el recuerdo más completo e inolvidable que pese a los años permaneciese vivo en su plenitud era el sonido de su voz . Demasiado maduro para su edad y en parte , gracias a las circunstancias en el que la vida le hubo colocado , Richard Bennet  fue un joven que con tan sólo doce años ya obtuvo la voz de la que actualmente disfrutaba y con la que ella recordaba  escucharle contar todo tipo de historias cuando se quedaban solos en algún lugar secreto.
Una voz profunda y a la vez suave , a la que en escasas ocasiones oyó alzarse  alterada porque pese a su tamaño, su carácter se lo resguardaba para su intimidad , cuándo y dónde nadie  pudiese verle,   amaneciendo ,  la mayoría de las ocasiones , con las señas de alguna autolesión infringida de la que ella se percataba y  nunca se atrevía a preguntar mientras trataba de ocultarla a su propia madre .


-        Difícil olvidarla aunque ya no esté. –  Rodeando la mesa , cada centímetro de aquella habitación le recordaba a la entrañable  cocinera -  Cada utensilio , cada baldosa del suelo , cada esquina de estas cuatro paredes lleva su esencia . Aquella foto fija  que siempre provocaba que me detuviese en la puerta a observaros , a los dos . A ella haciéndote carantoñas o revolviéndote el cabello mientras tú  te limitabas a sonreírla  y mirarla con ternura .


-        Ella te adoraba – hasta la dulzura en los recuerdos de aquella época casi podían tocarse a través de cada palabra dicha por él – Siempre dijo que eras su niña , su pequeña Emma . Te amó desde que te tuvo por primera vez en sus brazos , al darte a luz tu madre.


Llegó hasta la ventana dónde se encontraba él apoyándose en el otro lado de la pared.

Su rostro , triste , iluminado en parte por la luz que provenía del exterior , se negaba a dejarse ver por entero.  Demasiados recuerdos , demasiadas imágenes .

Alargando su brazo , acercó la mano al cuello de la camisa girando él  su  cabeza bruscamente. Aquella forma de mirarla , como cuando de niños , después de aquel fatídico suceso con su padre , ella se escapase de su cuarto para buscarle, encontrándole en aquel mismo lugar donde estaban ahora  y Emma repitiera el mismo gesto que acometiera hoy   ante el suyo de dolor  en aquel entonces .
Y como en ese día , prosiguió alejando aquel pedazo de tela de su cercanía con la piel.

Pese a los años pasados  aquella marca aún continuaba allí . La fuerza con la que su padre le había golpeado con la fusta , le originó un corte tan profundo como difícil de cerrar por la forma en que penetró en la carne .
Verla observar de nuevo la cicatriz, con aquellos ojos suyos reflejando  culpa que nunca dejó de sentir , como aquella vez , le continuaba sobrecogiendo , como en aquel entonces .  


-        No fue culpa tuya – le dijo a la espera de que dejase de mirarla –  Sabía perfectamente que podía pasar,  lo que nunca pude averiguar es lo qué pasó después de que te marchases a tu cuarto.


Devolviendo el cuello de la camisa a su posición original , acariciando su hombro al retirarle la mano , se giró hasta deleitarse con el perfil de las cuadras.


-        Nada  que no supieras entonces . Vine a buscarte para ver qué te había hecho y acabé echando una mano a tu madre para curarte .


Pese a la franqueza que manifestaba su voz  no la creyó . Richard conocía perfectamente el carácter de su padre como para saber que el bofetón no se había quedado ahí, que de seguro se sentía insatisfecho con el tamaño del castigo propiciado a la hija de la que más renegaba  y que más rebelde se le mostraba al mismo tiempo, pero también la conocía muy bien a ella  o al menos , creía conocerla en aquel entonces como para saber que jamás se lo diría de haber pasado a mayores.


-        ¿Nunca  vas a contármelo verdad ?


El silencio fue la mejor de las respuestas . Mientras , a través del cristal, ambos , con la vista fijada en el mismo objetivo, los establos .


-        ¿Y tú? ¿Me contarás alguna vez qué ha pasado entre tú y  Alice durante mi ausencia?


Un frío helado y ciertamente desagradable le recorrió la espalda . Ninguno de los dos se miraban porque su punto en común seguía siendo aquel lugar que lo cambió todo , aquel en el que ella recobraba una libertad que creía perdida y él la veía huir por última vez sin esperanzas de regresar.


-        No creí que volviera a verte . La casa se convirtió en un corrillo de rumores insanos entre todo el personal de la casa sobre el motivo que te llevó a hacerlo . Tu padre no supo cómo deshacer los comentarios que en los núcleos sociales se habían empezado a  conformar  y el viejo Wadlow tampoco ayudó a disiparlos.

-        Estaba en la puerta cuando escuché aquellas malditas palabras , cuando le vi , sin remordimiento ni traba alguna,   entregarme al viejo Wadlow para que hiciera y deshiciera conmigo como le venía en gana . No podía mirar atrás ni detenerme .


La imagen de la sombra oscura de aquel frágil cuerpo corriendo hasta los establos y cabalgando a toda velocidad hacia la colina era algo difícil de olvidar, especialmente para él.


-        Eres el más hermoso  recuerdo de mi niñez pero también el más doloroso cuando , asomado a la ventana , en mitad de la noche , te vi marchar .


Aquel tono casi desesperado y angustioso  hizo que el nudo de su pequeña garganta  casi le impidiese tragar con normalidad, mientras las  palabras que en su cabeza rondaban, no lograban cobrar sentido ni orden alguno .  Continuar escuchando su voz, con aquel mensaje ,   no la ayudaba.


-        Mi madre acababa de acostarse y yo estaba aquí mismo , donde estoy ahora, terminándome un vaso de leche para irme a acostar . Debía levantarme antes de amanecer para arreglar las caballerizas  y de pronto vi tu figura , en mitad de la oscuridad, la de aquella chiquilla a la que reconocería en cualquier lugar  aunque sólo fuera por su forma de correr , como la de un pequeño niño  asustado . Entonces supe que no habría marcha atrás , pero siempre guardé la esperanza de que buscarías la forma de ponerte en contacto conmigo , de comunicarme cómo te encontrabas . Necesitaba saber de ti , ansiaba saber que  estabas bien .


Lo habido entre los dos , algo que sólo ellos sabían , aquel apoyo mutuo y sincero  de dos chiquillos  que siempre acababan encontrándose  bajo el amparo de una madre sumida en el cariño más absoluto hacia su hijo y el que le profesaba a la que para ella era como una hija más , aquellas confidencias que con los años  , con la llegada de la adolescencia y la mayor diferenciación de edad entre ambos , versaron sobre otros temas y aconteceres .

Conversaciones presididas por espaciosos silencios y miradas sinceras que cambiaban de tonalidad y sentido con el pasar del tiempo.

Largos paseos donde los lugares secretos permanecían al aire libre mientras se evitaban los ojos curiosos de los demás o en los que ella debía buscar la excusa perfecta para que él fuera enviado a acompañarla a la ciudad .

Cualquier ocasión era ideal para pasar tiempo juntos y todo el que disfrutasen siempre resultaba insuficiente . Una relación malentendida por parte de quiénes les rodeaban  y cuyos límites  o la ausencia de los mismos sólo eran determinados por ellos .

Con el pasar de los años , los ojos de ambos comenzaron a hablar otro tipo de lenguaje  en el que la línea que separaba la amistad  más sincera de cualquier otro sentimiento más profundo y no tan inocente , resultaba ser tan delgada que casi ni se apreciaba .

Con el pasar del tiempo , con su crecimiento como personas , como hombre y mujer ,  conscientes de que las líneas no debían atravesarse , éstas se cruzaban de forma involuntaria una y otra vez,   llegando al punto de que a ninguno pareciera importarles las consecuencias de actos que deseaban  por encima de todas las cosas porque llegados a ese punto , a los dos les daba igual aquello que tuviera que caer del cielo o emerger de la tierra como castigo divino  o terrenal .  Y pese al deseo  , creciente , sincero , desesperado , jamás surgió la posibilidad .

Aquella no era una relación normal , corriente entre dos jóvenes cualquiera , siempre había algo más que les incitaba  a continuar reteniendo sus ansias siquiera de tocarse , que  les conllevaba a  sentirse de aquella forma tan particular , a ser uno solo con tan solo mirarse ,  haciendo de las palabras un canto superfluo.
Un sentimiento que él nunca perdió pese a todo . Un sentimiento que él no estaba seguro de que ella conservase .

Ahora , el chiquillo se había convertido en un hombre  al que los años no hicieron cambiar sus sentimientos hacia ella , un ser que pese a todo lo vivido en esa casa , tenía una única razón para volver a ella  y la tenía justamente delante, comprobando , pese a todo , que sus ansias  y deseos  sólo se habían acrecentado con la única salvedad de su propia inseguridad respecto a lo que ella parecía mostrar  y esa ambivalencia .

No fue una sola palabra la que obtuvo y la respuesta , a priori, llegó como un jarro de agua fría .


-        El recuerdo más doloroso… - aquel tono frío en su voz , casi insensible y con cierto resentimiento  comenzaba a arañar su piel  y  a presionar su pecho  necesitando mirarla  -  Supongo que con la madurez , supiste encontrar alguien más voluntarioso en quién refugiarte  y a juzgar por su reacción al verte , juraría que debió ser sumamente intenso.


Sus ojos le confirmaban que tal ambivalencia no existía , que los sentimientos persistían y que ese resentimiento que su voz denotaba , demostraba a las claras que la mera posibilidad de que hubiera habido algo que ella no supiera ni pudiera controlar entre Richard y otra mujer  la enervaba , pero si  encima esa otra mujer era su hermana pequeña , cuya relación distaba de ser precisamente cordial , todo lo que sentía se elevaba a cotas inimaginables .

Sin capacidad para responderla , sintió que alguien más se encontraba acompañándoles  y observando toda la escena . Con una Alice que parecía disfrutar del espectáculo desde la puerta , sus cínicos aplausos y su sonrisa irónica hicieron de este entreacto la mayor vanagloria de sus intenciones por dañar a su hermana y de paso vengarse de él.


-        Vaya , vaya , vaya . ¡Bravo! Un espectáculo realmente impresionante , digno de cualquier tragedia  de altos vuelos . Seguro que si Shakespeare pudiese levantarse de su tumba  moriría feliz haciendo de esto que acabo de presenciar su obra póstuma  por excelencia . Brillante  se mire por donde se mire.


La inoportunidad de Alice  molestó a ambos contendientes  que lo dejaron evidenciar  tanto en sus actitudes hacia ella como en sus propios rostros.

Adentrándose en la cocina , se dirigió hacia la mesa  dónde antes los hombres habían cenado , cogiendo una deliciosa y brillante manzana del frutero central mientras mostraba su deleite y disfrute inmenso por la oportunidad que se le presentaba.


-        Déjame que te cuente una historia  hermanita .

-        No estoy para aguantar historias Alice y menos si provienen de ti. Iré a la biblioteca que es lo que tenía pensado antes de acabar aquí.


Pero apenas dio unos pocos pasos y aún sin haber llegado a la puerta , Alice la detuvo .


-        Pero es que ésta deberías escucharla hermanita . No te aflijas , es muy corta  y estoy segura de que es de tu máximo interés  si no, yo no te la contaría ¿no crees?

-        Nunca se te dio bien contar historias , se te daba mejor narrar mentiras y alargarlas haciéndolas parecer realidad .


-        ¡Oh, vaya ! ¿Ese es el concepto que sigues teniendo de mí , de tu adorada hermana pequeña ? – Aquella desquiciante superioridad , aquella estresante ironía  con la que doblegar las palabras a su antojo … toda aquella actitud que tanto  ponía de los nervios a una Emma a punto de sacudirla  -  Verás , esta es la historia de una preciosa niña acostumbrada a tener todo lo que deseaba , los mejores caballos , los regalos más caros  o las más maravillosas fiestas en su honor que su padre , el cual la adoraba , podía darle . Pero a lo largo de su vida , desde que tuvo uso de razón y conciencia para darse cuenta de las cosas,   - en su deambular alrededor de aquella mesa , lento , pausado , las pausas  vocales coincidían con la detención de caminar  - supo que de entre todas las cosas posibles que deseaba y podía conseguir , sólo había una que deseaba por encima de todas .
La pequeña y frágil niña , la hija modelo que su padre adoraba ,  tenía que ver como día tras día  aquello que ansiaba más que nada en este mundo no podía ser suyo , que jamás lo sería porque pertenecía a quién ella creía que no lo merecía porque nunca había sido una buena y obediente  niña como ella y , sin embargo , día tras día , comprobaba como esa pobre niña sin nada lo tenía todo con aquello que la primera deseaba tanto, mientras  - y en su lento caminar llegó justo a la altura de Richard  - ella se hubiera conformado con una sola mirada suya , de aquello que deseó siempre en silencio y sumida en el dolor de verle a él colmar de atenciones a quién no lo merecía .


Conocedor de lo que habría de continuar y , más aún, de la persona que la narraba , él trató de detenerla  ante el rostro de impotencia reflejado en Emma , la cual no dejaba de intentar tragar una saliva convertida en hiel.


-        Alice no sigas .


Asegurándose de que su hermana la estaba mirando, una de sus manos fue ascendiendo por uno de sus fuertes brazos  mientras la narración de la historia continuaba de la peor forma posible .


-        ¡Oh Richard ! No seas aguafiestas, para una vez que , como ella dice , puedo ensalzar mi vena como contadora de historias con una que es cierta … además , estoy segura de que a estas alturas mi querida hermana está más que ansiosa por saber el final  o ¿no es así mi adorada Emma?

-        Espero impaciente  cómo vas a continuarla  - le espetó demostrando esa rabia interior que se negaba a ocultar -.


-    Entonces no te haré sufrir más esperando el desenlace , aunque parte       de él ya lo conoces , porque aquella pequeña niña que  tenía lo que la      otra deseaba por encima de todas las cosas , un  buen día desapareció  
    sin dejar rastro , salvo las lágrimas y la tristeza de aquel que había sido      su más ferviente e incondicional acompañante , su más ardiente               amante , puro de corazón ,al que nunca se le ofreció la oportunidad         siquiera de un beso de aquella por la que habría dado su propia vida         por  un inmenso respeto no correspondido y destrozado el mismo día     que marchándose , lo abandonó sin tan siquiera despedirse.
   Y ese día , en el que las lágrimas lo inundaron todo , una puerta hacia       la   esperanza se abría por fín para la otra pequeña, aquella fé que             nunca le había faltado, que siempre había mantenido , acercándose a él ,  ofreciéndole su amante y cálido  pecho  rebosante de amor                      incondicional , - cogiéndole la mano con fuerza , la impotencia en su        rostro al ver a Emma le agitaba la respiración . Debía detener aquella        locura  antes de que fuese  demasiado tarde  - y un corazón que jamás      le   abandonaría .


-        ¡Alice , detente  ! ¡ No sigas !


Cuanto más veía el dolor y la rabia en el rostro de su hermana , más parecía disfrutar Alice de aquel instante . Un momento único para el que parecía haber esperado todos aquellos años  y que  pese a no tener fecha definida , ahora se veía colmada en toda su gloria .


-         No seas tonto Richard – dijo con aquel tono condescendiente y esa sonrisa placenteramente  malévola que siempre adornaba su rostro cuando se enfrentaba a su hermana mayor , como siempre fue desde que eran adolescentes , con esa envidia supina y ridícula  convertida hasta el extremo en cruel por la más pequeña  - ella tiene todo el derecho a saber la verdad , a saber que te entregaste a mí como nunca antes lo habías hecho , con toda la fuerza desmedida que ella jamás te permitió , recibiendo  por el contrario todo lo que ella siempre se negó a darte  de forma voluntaria y natural , aquello que siempre deseaste   y nunca pudiste satisfacer .


Dando un tirón brusco con el brazo ,  Richard logró liberar su mano del aprisionamiento de la de Alice , mientras veía el disfrute morboso y lascerante que ejercía cada palabra , cada sílaba , pronunciada por ella .


-        ¡ Emma …!

-        Y lo mejor de todo querida hermana  - continuó sintiéndose vencedora de este particular asalto  - ¿puedes creer que lejos de pensar que durante nuestros encuentros íntimos , mientras me poseía una y otra vez , jamás , en ninguno de ellos , fue  tu nombre el que pronunció?


Asestada la mayor de las puñaladas , orgullosamente ,  alzó su barbilla para pasar del rostro de su hermana al de él sin nada pendiente que decir y con la respuesta que le faltaba . 
Con esa misma dignidad , optó por darse la vuelta dejándolos solos en aquella habitación. Poco huno de durarle el tránsito de tranquilidad cuando la voz de Richard , llamándola por su nombre ,  comenzaba a hacer acto de presencia detrás suya mientras  se dirigía hacia el vestíbulo .


-        ¡Emma ! ¡Emma , por favor  !

Detenida en mitad de las sala  , apenas se dio la vuelta cuando se hubo encontrado  el rostro de la desesperación más absoluta .


-        “ El recuerdo más hermoso de mi niñez y a la vez  el más doloroso cuando en mitad de la noche vi que te marchabas “ .- Aquel resentimiento que palpitaba en una voz que para nada se mostraba quebradiza le destrozaba , aquella sensación angustiosa de la utilización de sus propias palabras de aquella forma  -  Quizás sea  mejor así Richard ,que yo continúe siendo tan sólo eso , el más hermoso y a la vez doloroso recuerdo de tu niñez .


Se dio la vuelta dejándolo allí, viéndola marcharse hacia el exterior de la casa , ante la atenta mirada de satisfacción de una Alice que lo había presenciado todo al seguirle  y de cuya presencia  Richard se percató .

“El más hermoso y doloroso recuerdo de su niñez “ . ¿En serio , ahora que creía que la había recuperado , podría conformarse sólo con eso ?

Ana Patricia Cruz López
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