LA
TEMPESTAD
CAPÍTULO
SÉPTIMO : LA RESPUESTA
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CREDITOS EDICIÓN APCL73 |
Lejos
de pensar que lo que restaría de tarde iba
a resultar tranquila , pese a las aspiraciones y deseos , la reunión con el Sr. Reder le sirvió a Enma para poner al día las
cuentas nuevas de la casa , especialmente después de haber realizado las
recientes compras y los gastos en material que se destinarían a las necesarias
reparaciones, pero una vez éste se hubo marchado , encontrándose algo
cansada y dispuesta a subir a su
habitación, en el rellano de la escalera
hubo de detenerse ante la llamada de Kitty .
La
joven del servicio portaba un pequeño sobre en una bandeja cuyo frontal sólo confirmaba , con su nombre
, a quién iba dirigida.
Lo
observó sin recalar demasiado en él y sin demasiadas prisas ni curiosidad por
conocer su contenido , limitándose a continuar su iniciático camino en dirección a su dormitorio esperando que nadie más osara
molestarla al menos hasta la hora de la cena .
En el exterior , mientras la mitad de la
cuadrilla trataba de arreglar los
desperfectos en las vallas de madera que cercaban los terrenos de entrenamiento
, la otra mitad fue recabada por Richard para retirar las cosas
inservibles del gran altillo- almacén de
la parte superior de los establos y
colocar las ventanas nuevas que tanto se
necesitaban .
A
Thomas se le había encomendado empezar sus labores de limpieza de los cubículos
de descanso de los animales como forma de adelantar parte del trabajo que oficialmente debía llevar a cabo a partir del día siguiente y así lo hizo,
diligentemente y bajo la observación
incansable de su primo y capataz
que , al mismo tiempo, recordaba
esa actitud jovial , fuerte y aguerrida en pos de un objetivo cuando trabajaban
juntos en verano para los pescadores ayudándoles con las descargas de las
capturas .
Aquellos
momentos en que todo se encontraba apaciguado , en que las discusiones de
familia eran simples reyertas infantiles que acababan en castigos conjuntos por
parte de la madre de alguno de los dos, aquellos momentos en que beber pintas a
escondidas, cuando aún no se tenía la edad ,era toda una aventura o disputarse a la chica de turno que gustaba a los dos en el colegio , era una
auténtica lucha por la supervivencia entre el resto de compañeros que así lo consideraban un acto de valentía ,
expuestos , como estaban , a que la joven reaccionase de la peor manera posible
o apareciese su padre o su hermano portando el rifle de turno acusándolos de haberse propasado sin que tan
siquiera se hubiesen rozado la piel.
Momentos
que ambos parecían recordar ahora que volvían a trabajar juntos cuando las
miradas de ambos se encontraban , con alguna sonrisa esporádica naciente
que colmatase dichos recuerdos.
Horas
después , bien entrada la noche , todo
estaba listo para ser ocupado y utilizado debidamente , tanto por el
improvisado inquilino humano como por
los nuevos ocupantes equinos que habrían de llegar al día siguiente .
Los
camiones con la paja nueva que les habrían de servir de cama habían sido recepcionados a última hora, prácticamente
cuando los hombres se disponían a ir a la casa para cenar y Thomas acordó
hacerlo justo antes de acostarse y
culminar la faena nada más despertar .
Para
un hombre como Thomas , que había oído hablar de la finca y lo imponente de la
casa en otros tiempos , aquel paraje casi desangelado le daba cierta tristeza .
En multitud de ocasiones , cuando ambos primos coincidían después de pasar los
veranos y Richard haberse incorporado a
ayudar a su madre en ella , éste narraba toda suerte de aventuras vividas allí , incluidas las que comportaban
encontrarse a escondidas en los rellanos
de las escaleras y huecos habidos debajo de éstas, con tal de no perder
oportunidad de curiosear sobre los invitados a las fastuosas celebraciones que
a menudo se organizaban bajo cualquier
excusa y
es que el dinero , parecía emanar de la tierra y encontrarse a manos llenas en
esa casa a juzgar por lo que el joven
contaba .
Las
fuentes de champagne y el olor de los asados
recorriendo la escalera interior que llevaba a las habitaciones del
servicio , las montañas de pasteles y dulces traídos en exclusiva desde las
mejores pastelerías y teterías de Londres , las carísimas botellas de vino
de hasta tres clases y añadas diferentes
a gusto del patriarca … todo , todo emanaba glamour y prestancia . Todo se
encontraba acorde a los carísimos y derrochadores gustos , exquisitos por
adquisición no por nacimiento , de aquel que se había pasado la vida presumiendo de haber engañado al
viejo enfermo que más tarde se convertiría
en su suegro y que poco “soportaría “ al fallecer semanas después de la boda .
La
imagen que Thomas se había hecho de la finca en general y de la casa en
particular distaba mucho de lo que hoy
se mostraba ante sus ojos, llevándole a escudriñar
en su mente toda suerte de teorías y suposiciones , pero en su haber , sabía
que tarde o temprano acabaría averiguando . Las palabras de la tabernera
refiriéndose al Sr. Bennet y a su
regreso a la misma ,con aquel tono despectivo , resultaba del todo
inquietante .
Quizás
lo más entrañable que se mantenía prácticamente igual a como él la recordaba, a juzgar por las palabras y descripciones del
propio Richard , fue la cocina . Atravesar la pequeña puerta de gruesa madera e
imaginarse a su tía entre los fogones revolviendo la comida o amasando pan en aquella inmensa mesa situada
junto a una de las dos ventanas , era una imagen recurrentemente bucólica que
él jamás pudo vivir pero de la que ahora podía sentir su entrañabilidad gracias
a las maravillosas descripciones que su primo le hiciese en su momento y que le
llevaron a sentarse , como antaño, junto a él , a su derecha , como cuando le
reservaba el sitio durante la celebración de las comidas familiares .
Una
cena en la que todos los hombres de la
cuadrilla aprovechaban para introducir al nuevo compañero en sus historias y
desavenencias en la casa , cuando los tiempos pasados les hacían poder trabajar
como mulas pero tener días libres para disfrutar de las tabernas como el O´Neill , cuya propietaria y
regente ya gozaba de cierta fama que él
mismo pudo comprobar en sus propias carnes para risotadas de los demás , así como del resto de las mujeres ávidas
de confraternización .
Sin
apetencia por cenar , aunque Kitty la
avisase de que todo se encontraba dispuesto en el comedor a tal efecto , Emma prefirió
bajar al salón para disfrutar de algo de
lectura y soledad en un entorno tan agradable como la biblioteca recibidor , pero al atravesar
el tramo de pasillo que llevaba a la cocina , escuchó el jolgorio producido por
multitud de voces masculinas .
Sin
ánimo de inmiscuirse , aquello le produjo cierta curiosidad y optó por
acercarse con cuidado . Conforme más cerca se encontraba de la puerta interior
que separaba la estancia del resto de la casa , aquellas voces y risas
masculinas parecían otorgar cierta
alegría a la tristeza que emergía de aquellas paredes que ella amaba y odiaba tanto.
Tan
entretenidos se encontraban todos ellos , alrededor de aquella mesa , con los
platos vacíos y las caras de felicidad , que no se percataron hasta bastante
rato después de su presencia , siendo uno de los hombres quien , al silenciar
su risa de golpe y quedarse mirando hacia la puerta con gesto serio , alertó a
los demás que se encontraban acompañados .
Al
verla todos los hombres se levantaron de sus asientos , rogándoles ella , de
inmediato , que por favor no lo hicieran y que continuaran , que
le había sido realmente agradable volver a escuchar vida en la casa y que sólo
había pasado a saludar y a disfrutar con
ese sonido , pero habiendo finalizado la comida hacía rato y con el reloj a
cuestas , los hombres prefirieron irse retirando a descansar.
De
entre todos ellos , sólo uno continuó sentado , terminando de apurar la bebida
con la que había acompañado la comida esa noche , Richard, que no pudo evitar presenciar el nuevo momento
incómodo con el que en teoría se cerraba la noche .
Thomas
se había incorporado para recoger tanto su plato como el vaso utilizado y colocarlos en el fregadero cuando ella , como
si se tratase de una chiquilla en plena pubertad , a juicio del testigo
silencioso, con amabilidad exquisita , se mostró preocupada por colmarlo de
atenciones .
-
Celebro observar que haya logrado integrarse
con tanta rapidez Sr. Bradley.
Tras
colocar la loza se giró y aunque era a ella a quién tenía justo en frente , sus
ojos se derivaron por un instante hacia su izquierda , dónde su primo , mirando
fijamente a la mesa , trataba de terminarse la bebida con un gesto serio que lo
decía absolutamente todo .
Percatándose
“la patrona” de lo que aún le imponía el capataz , trató de que se olvidase , aunque sólo fuera
por un instante.
-
No tiene que pedirle permiso a él para
dirigirse a mí Sr . Bradley. Richard es su capataz como yo soy la Sra. de la
casa , pero nadie me impide confraternizar con mis trabajadores .
-
Lo lamento , no quería parecerle descortés ni
maleducado no contestando , es que… - Aquellos ojos de ternura y belleza
infinita de la Sra de la casa , como
acababa de denominarse , penetraban en él de una forma inaudita no reconociendo
una reacción así ante la presencia de una mujer . Pese a su apariencia de
fortaleza infinita , cuando se dirigía a él , tenía la sensación de que
los posibles escudos desaparecían , por
desgracia , no era el único en darse cuenta . –
-
Así que ¿ los hombres han logrado terminar - dirigiéndose mucho más toscamente a Richard
– con los trabajos pendientes ?
Apurando
el contenido del vaso , interrumpido por décimas de segundos por el chocante
tono de la pregunta , mientras se levantaba y lo recogía todo , centrado en
cuanto le rodeaba menos en ellos , se dispuso a contestarla.
-
Todo está listo para cuando los caballos lleguen mañana y la
estancia está lista para que él la habite ya hoy. La cerca de la verja exterior
se terminará mañana antes del mediodía y la del terreno de entrenamiento de doma también .
Dado
el tono que se escuchaba por parte de ambos , Thomas prefirió dejarles solos
entendiendo que realmente la pseudo amenaza velada del capataz respecto
a Emma , se producía con mucha más seriedad de la que él creyó en un principio.
-
Será mejor que me retire , apenas quedan unas
horas para que vuelva a levantarme y
termine las labores pendientes de limpieza . Buenas noches Sra. Bowman.
Bajando
algo su cabeza hacia delante en señal de respeto , recibió un cálido “buenas
noches “por parte de ella que culminó con el cierre de la puerta tras de sí.
Un
Richard apoyado en el lateral de una de las ventanas, la que daba justo a las
caballerizas , con sus brazos cruzados sobre el pecho , imponía más que nunca .
La
última vez que ella le vio así no gozaba de este aspecto . Hasta donde ella le
recordaba y ya se encontraba en pleno
desarrollo los últimos tiempos que
permaneció en la casa , Richard siempre fue un chico muy alto para su edad y
delgado , con apariencia de relativo desarme dada su altura.
Quizás
el recuerdo más completo e inolvidable que pese a los años permaneciese vivo en
su plenitud era el sonido de su voz . Demasiado maduro para su edad y en
parte , gracias a las circunstancias en el que la vida le hubo colocado ,
Richard Bennet fue un joven que con tan
sólo doce años ya obtuvo la voz de la que actualmente disfrutaba y con la que
ella recordaba escucharle contar todo
tipo de historias cuando se quedaban solos en algún lugar secreto.
Una
voz profunda y a la vez suave , a la que en escasas ocasiones oyó alzarse alterada porque pese a su tamaño, su carácter
se lo resguardaba para su intimidad , cuándo y dónde nadie pudiese verle, amaneciendo ,
la mayoría de las ocasiones , con las señas de alguna autolesión
infringida de la que ella se percataba y
nunca se atrevía a preguntar mientras trataba de ocultarla a su propia
madre .
-
Difícil olvidarla aunque ya no esté. – Rodeando la mesa , cada centímetro de aquella
habitación le recordaba a la entrañable
cocinera - Cada utensilio , cada
baldosa del suelo , cada esquina de estas cuatro paredes lleva su esencia .
Aquella foto fija que siempre provocaba
que me detuviese en la puerta a observaros , a los dos . A ella haciéndote
carantoñas o revolviéndote el cabello mientras tú te limitabas a sonreírla y mirarla con ternura .
-
Ella te adoraba – hasta la dulzura en los
recuerdos de aquella época casi podían tocarse a través de cada palabra dicha
por él – Siempre dijo que eras su niña , su pequeña Emma . Te amó desde que te
tuvo por primera vez en sus brazos , al darte a luz tu madre.
Llegó
hasta la ventana dónde se encontraba él apoyándose en el otro lado de la pared.
Su
rostro , triste , iluminado en parte por la luz que provenía del exterior , se
negaba a dejarse ver por entero.
Demasiados recuerdos , demasiadas imágenes .
Alargando
su brazo , acercó la mano al cuello de la camisa girando él su
cabeza bruscamente. Aquella forma de mirarla , como cuando de niños ,
después de aquel fatídico suceso con su padre , ella se escapase de su cuarto
para buscarle, encontrándole en aquel mismo lugar donde estaban ahora y Emma repitiera el mismo gesto que
acometiera hoy ante el suyo de dolor en aquel entonces .
Y
como en ese día , prosiguió alejando aquel pedazo de tela de su cercanía con la
piel.
Pese
a los años pasados aquella marca aún continuaba allí . La fuerza con la que
su padre le había golpeado con la fusta , le originó un corte tan profundo como
difícil de cerrar por la forma en que penetró en la carne .
Verla
observar de nuevo la cicatriz, con aquellos ojos suyos reflejando culpa que nunca dejó de sentir , como aquella
vez , le continuaba sobrecogiendo , como en aquel entonces .
-
No fue culpa tuya – le dijo a la espera de que
dejase de mirarla – Sabía perfectamente
que podía pasar, lo que nunca pude
averiguar es lo qué pasó después de que te marchases a tu cuarto.
Devolviendo
el cuello de la camisa a su posición original , acariciando su hombro al
retirarle la mano , se giró hasta deleitarse con el perfil de las cuadras.
-
Nada que
no supieras entonces . Vine a buscarte para ver qué te había hecho y acabé
echando una mano a tu madre para curarte .
Pese
a la franqueza que manifestaba su voz no
la creyó . Richard conocía perfectamente el carácter de su padre como para
saber que el bofetón no se había quedado ahí, que de seguro se sentía
insatisfecho con el tamaño del castigo propiciado a la hija de la que más
renegaba y que más rebelde se le
mostraba al mismo tiempo, pero también la conocía muy bien a ella o al menos , creía conocerla en aquel
entonces como para saber que jamás se lo diría de haber pasado a mayores.
-
¿Nunca
vas a contármelo verdad ?
El
silencio fue la mejor de las respuestas . Mientras , a través del cristal,
ambos , con la vista fijada en el mismo objetivo, los establos .
-
¿Y tú? ¿Me contarás alguna vez qué ha pasado entre
tú y Alice durante mi ausencia?
Un
frío helado y ciertamente desagradable le recorrió la espalda . Ninguno de los
dos se miraban porque su punto en común seguía siendo aquel lugar que lo cambió
todo , aquel en el que ella recobraba una libertad que creía perdida y él la veía
huir por última vez sin esperanzas de regresar.
-
No creí que volviera a verte . La casa se
convirtió en un corrillo de rumores insanos entre todo el personal de la casa
sobre el motivo que te llevó a hacerlo . Tu padre no supo cómo deshacer los
comentarios que en los núcleos sociales se habían empezado a conformar y el viejo Wadlow tampoco ayudó a disiparlos.
-
Estaba en la puerta cuando escuché aquellas
malditas palabras , cuando le vi , sin remordimiento ni traba alguna, entregarme al viejo Wadlow para que hiciera y
deshiciera conmigo como le venía en gana . No podía mirar atrás ni detenerme .
La
imagen de la sombra oscura de aquel frágil cuerpo corriendo hasta los establos
y cabalgando a toda velocidad hacia la colina era algo difícil de olvidar,
especialmente para él.
-
Eres el más hermoso recuerdo de mi niñez pero también el más
doloroso cuando , asomado a la ventana , en mitad de la noche , te vi marchar .
Aquel tono casi desesperado y angustioso hizo que el nudo de su pequeña garganta casi le impidiese tragar con normalidad,
mientras las palabras que en su cabeza
rondaban, no lograban cobrar sentido ni orden alguno . Continuar escuchando su voz, con aquel
mensaje , no la ayudaba.
-
Mi madre acababa de acostarse y yo estaba aquí
mismo , donde estoy ahora, terminándome un vaso de leche para irme a acostar . Debía
levantarme antes de amanecer para arreglar las caballerizas y de pronto vi tu figura , en mitad de la
oscuridad, la de aquella chiquilla a la que reconocería en cualquier lugar aunque sólo fuera por su forma de correr ,
como la de un pequeño niño asustado . Entonces
supe que no habría marcha atrás , pero siempre guardé la esperanza de que
buscarías la forma de ponerte en contacto conmigo , de comunicarme cómo te
encontrabas . Necesitaba saber de ti , ansiaba saber que estabas bien .
Lo
habido entre los dos , algo que sólo ellos sabían , aquel apoyo mutuo y sincero
de dos chiquillos que siempre acababan encontrándose bajo el amparo de una madre sumida en el
cariño más absoluto hacia su hijo y el que le profesaba a la que para ella era
como una hija más , aquellas confidencias que con los años , con la llegada de la adolescencia y la
mayor diferenciación de edad entre ambos , versaron sobre otros temas y
aconteceres .
Conversaciones
presididas por espaciosos silencios y miradas sinceras que cambiaban de
tonalidad y sentido con el pasar del tiempo.
Largos
paseos donde los lugares secretos permanecían al aire libre mientras se
evitaban los ojos curiosos de los demás o en los que ella debía buscar la
excusa perfecta para que él fuera enviado a acompañarla a la ciudad .
Cualquier
ocasión era ideal para pasar tiempo juntos y todo el que disfrutasen siempre
resultaba insuficiente . Una relación malentendida por parte de quiénes les
rodeaban y cuyos límites o la ausencia de los mismos sólo eran
determinados por ellos .
Con
el pasar de los años , los ojos de ambos comenzaron a hablar otro tipo de
lenguaje en el que la línea que separaba
la amistad más sincera de cualquier otro
sentimiento más profundo y no tan inocente , resultaba ser tan delgada que casi
ni se apreciaba .
Con
el pasar del tiempo , con su crecimiento como personas , como hombre y mujer , conscientes de que las líneas no debían
atravesarse , éstas se cruzaban de forma involuntaria una y otra vez, llegando al punto de que a ninguno pareciera
importarles las consecuencias de actos que deseaban por encima de todas las cosas porque llegados
a ese punto , a los dos les daba igual aquello que tuviera que caer del cielo o
emerger de la tierra como castigo divino
o terrenal . Y pese al deseo , creciente , sincero , desesperado , jamás
surgió la posibilidad .
Aquella
no era una relación normal , corriente entre dos jóvenes cualquiera , siempre
había algo más que les incitaba a
continuar reteniendo sus ansias siquiera de tocarse , que les conllevaba a sentirse de aquella forma tan particular , a
ser uno solo con tan solo mirarse ,
haciendo de las palabras un canto superfluo.
Un
sentimiento que él nunca perdió pese a todo . Un sentimiento que él no estaba
seguro de que ella conservase .
Ahora
, el chiquillo se había convertido en un hombre
al que los años no hicieron cambiar sus sentimientos hacia ella , un ser
que pese a todo lo vivido en esa casa , tenía una única razón para volver a
ella y la tenía justamente delante,
comprobando , pese a todo , que sus ansias
y deseos sólo se habían acrecentado
con la única salvedad de su propia inseguridad respecto a lo que ella parecía
mostrar y esa ambivalencia .
No
fue una sola palabra la que obtuvo y la respuesta , a priori, llegó como un
jarro de agua fría .
-
El recuerdo más doloroso… - aquel tono frío en
su voz , casi insensible y con cierto resentimiento comenzaba a arañar su piel y a
presionar su pecho necesitando mirarla - Supongo
que con la madurez , supiste encontrar alguien más voluntarioso en quién
refugiarte y a juzgar por su reacción al
verte , juraría que debió ser sumamente intenso.
Sus
ojos le confirmaban que tal ambivalencia no existía , que los sentimientos
persistían y que ese resentimiento que su voz denotaba , demostraba a las
claras que la mera posibilidad de que hubiera habido algo que ella no supiera
ni pudiera controlar entre Richard y otra mujer la enervaba , pero si encima esa otra mujer era su hermana pequeña
, cuya relación distaba de ser precisamente cordial , todo lo que sentía se
elevaba a cotas inimaginables .
Sin
capacidad para responderla , sintió que alguien más se encontraba acompañándoles y observando toda la escena . Con una Alice
que parecía disfrutar del espectáculo desde la puerta , sus cínicos aplausos y
su sonrisa irónica hicieron de este entreacto la mayor vanagloria de sus
intenciones por dañar a su hermana y de paso vengarse de él.
-
Vaya , vaya , vaya . ¡Bravo! Un espectáculo
realmente impresionante , digno de cualquier tragedia de altos vuelos . Seguro que si Shakespeare
pudiese levantarse de su tumba moriría
feliz haciendo de esto que acabo de presenciar su obra póstuma por excelencia . Brillante se mire por donde se mire.
La
inoportunidad de Alice molestó a ambos
contendientes que lo dejaron
evidenciar tanto en sus actitudes hacia
ella como en sus propios rostros.
Adentrándose
en la cocina , se dirigió hacia la mesa
dónde antes los hombres habían cenado , cogiendo una deliciosa y brillante manzana del frutero central mientras
mostraba su deleite y disfrute inmenso por la oportunidad que se le presentaba.
-
Déjame que te cuente una historia hermanita .
-
No estoy para aguantar historias Alice y menos
si provienen de ti. Iré a la biblioteca que es lo que tenía pensado antes de
acabar aquí.
Pero
apenas dio unos pocos pasos y aún sin haber llegado a la puerta , Alice la
detuvo .
-
Pero es que ésta deberías escucharla hermanita
. No te aflijas , es muy corta y estoy
segura de que es de tu máximo interés si
no, yo no te la contaría ¿no crees?
-
Nunca se te dio bien contar historias , se te
daba mejor narrar mentiras y alargarlas haciéndolas parecer realidad .
-
¡Oh, vaya ! ¿Ese es el concepto que sigues
teniendo de mí , de tu adorada hermana pequeña ? – Aquella desquiciante
superioridad , aquella estresante ironía
con la que doblegar las palabras a su antojo … toda aquella actitud que
tanto ponía de los nervios a una Emma a
punto de sacudirla - Verás , esta es la historia de una preciosa niña
acostumbrada a tener todo lo que deseaba , los mejores caballos , los regalos más
caros o las más maravillosas fiestas en
su honor que su padre , el cual la adoraba , podía darle . Pero a lo largo de
su vida , desde que tuvo uso de razón y conciencia para darse cuenta de las
cosas, - en su deambular alrededor de
aquella mesa , lento , pausado , las pausas
vocales coincidían con la detención de caminar - supo que de entre todas las cosas posibles
que deseaba y podía conseguir , sólo había una que deseaba por encima de todas
.
La pequeña y frágil niña , la hija modelo que su padre
adoraba , tenía que ver como día tras día
aquello que ansiaba más que nada en este
mundo no podía ser suyo , que jamás lo sería porque pertenecía a quién ella creía
que no lo merecía porque nunca había sido una buena y obediente niña como ella y , sin embargo , día tras día
, comprobaba como esa pobre niña sin nada lo tenía todo con aquello que la primera
deseaba tanto, mientras - y en su lento
caminar llegó justo a la altura de Richard
- ella se hubiera conformado con una sola mirada suya , de aquello que
deseó siempre en silencio y sumida en el dolor de verle a él colmar de
atenciones a quién no lo merecía .
Conocedor
de lo que habría de continuar y , más aún, de la persona que la narraba , él
trató de detenerla ante el rostro de
impotencia reflejado en Emma , la cual no dejaba de intentar tragar una saliva
convertida en hiel.
-
Alice no sigas .
Asegurándose
de que su hermana la estaba mirando, una de sus manos fue ascendiendo por uno
de sus fuertes brazos mientras la
narración de la historia continuaba de la peor forma posible .
-
¡Oh Richard ! No seas aguafiestas, para una vez
que , como ella dice , puedo ensalzar mi vena como contadora de historias con
una que es cierta … además , estoy segura de que a estas alturas mi querida
hermana está más que ansiosa por saber el final
o ¿no es así mi adorada Emma?
-
Espero impaciente cómo vas a continuarla - le espetó demostrando esa rabia interior
que se negaba a ocultar -.
- Entonces
no te haré sufrir más esperando el desenlace , aunque parte de él ya lo conoces
, porque aquella pequeña niña que tenía
lo que la otra deseaba por encima de todas las cosas , un buen día desapareció
sin dejar rastro , salvo las lágrimas y la tristeza de aquel que había sido su más ferviente e incondicional acompañante , su más ardiente amante , puro de corazón ,al que nunca se le ofreció la oportunidad siquiera de un beso de aquella por la que habría dado su propia vida por un inmenso respeto no correspondido y destrozado el mismo día que marchándose , lo abandonó sin tan siquiera despedirse.
sin dejar rastro , salvo las lágrimas y la tristeza de aquel que había sido su más ferviente e incondicional acompañante , su más ardiente amante , puro de corazón ,al que nunca se le ofreció la oportunidad siquiera de un beso de aquella por la que habría dado su propia vida por un inmenso respeto no correspondido y destrozado el mismo día que marchándose , lo abandonó sin tan siquiera despedirse.
Y ese
día , en el que las lágrimas lo inundaron todo , una puerta hacia la esperanza
se abría por fín para la otra pequeña, aquella fé que nunca le había faltado,
que siempre había mantenido , acercándose a él , ofreciéndole su amante y cálido pecho rebosante de amor incondicional , - cogiéndole
la mano con fuerza , la impotencia en su rostro al ver a Emma le agitaba la
respiración . Debía detener aquella locura
antes de que fuese demasiado
tarde - y un corazón que jamás le abandonaría .
-
¡Alice , detente ! ¡ No sigas !
Cuanto
más veía el dolor y la rabia en el rostro de su hermana , más parecía disfrutar
Alice de aquel instante . Un momento único para el que parecía haber esperado
todos aquellos años y que pese a no
tener fecha definida , ahora se veía colmada en toda su gloria .
-
No seas
tonto Richard – dijo con aquel tono condescendiente y esa sonrisa
placenteramente malévola que siempre
adornaba su rostro cuando se enfrentaba a su hermana mayor , como siempre fue
desde que eran adolescentes , con esa envidia supina y ridícula convertida hasta el extremo en cruel por la más
pequeña - ella tiene todo el derecho a
saber la verdad , a saber que te entregaste a mí como nunca antes lo habías
hecho , con toda la fuerza desmedida que ella jamás te permitió ,
recibiendo por el contrario todo lo
que ella siempre se negó a darte de
forma voluntaria y natural , aquello que siempre deseaste y nunca pudiste satisfacer .
Dando
un tirón brusco con el brazo , Richard
logró liberar su mano del aprisionamiento de la de Alice , mientras veía el
disfrute morboso y lascerante que ejercía cada palabra , cada sílaba ,
pronunciada por ella .
-
¡ Emma …!
-
Y lo mejor de todo querida hermana - continuó sintiéndose vencedora de este
particular asalto - ¿puedes creer que
lejos de pensar que durante nuestros encuentros íntimos , mientras me poseía
una y otra vez , jamás , en ninguno de ellos , fue tu nombre el que pronunció?
Asestada
la mayor de las puñaladas , orgullosamente , alzó su barbilla para pasar del rostro de su
hermana al de él sin nada pendiente que decir y con la respuesta que le faltaba .
Con esa misma dignidad , optó por darse la vuelta dejándolos solos en aquella habitación. Poco huno de durarle el tránsito de tranquilidad cuando la voz de Richard , llamándola por su nombre , comenzaba a hacer acto de presencia detrás suya mientras se dirigía hacia el vestíbulo .
Con esa misma dignidad , optó por darse la vuelta dejándolos solos en aquella habitación. Poco huno de durarle el tránsito de tranquilidad cuando la voz de Richard , llamándola por su nombre , comenzaba a hacer acto de presencia detrás suya mientras se dirigía hacia el vestíbulo .
-
¡Emma ! ¡Emma , por favor !
Detenida
en mitad de las sala , apenas se dio la vuelta cuando se hubo encontrado el rostro de la desesperación
más absoluta .
-
“ El recuerdo más hermoso de mi niñez y a la
vez el más doloroso cuando en mitad de la noche vi que te marchabas “ .-
Aquel resentimiento que palpitaba en una voz que para nada se mostraba
quebradiza le destrozaba , aquella sensación angustiosa de la utilización de sus
propias palabras de aquella forma - Quizás sea mejor así Richard ,que yo continúe siendo tan sólo eso , el más hermoso y a la
vez doloroso recuerdo de tu niñez .
Se
dio la vuelta dejándolo allí, viéndola marcharse hacia el exterior de la casa ,
ante la atenta mirada de satisfacción de una Alice que lo había presenciado
todo al seguirle y de cuya presencia Richard se percató .
“El
más hermoso y doloroso recuerdo de su niñez “ . ¿En serio , ahora que creía que
la había recuperado , podría conformarse sólo con eso ?
Ana
Patricia Cruz López
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