jueves, 4 de mayo de 2017

MOMENTOS . Siempre tuya (205)

Escoria de la raza humana sin derecho siquiera a respirar ,
animal sin sentimientos y sin capacidad para discernir o amar
o saber lo qué es eso.
Desecho de algo que fue persona real,   sin presente ni futuro,
restos de una historia  que se escribiría sola
y de la que aún estoy tratando de buscar el final.

Palabras que sobrevuelan como imágenes
en forma de recuerdos retorcidos,  
donde el dolor era ya costumbre
y la sangre una constante para sentirme viva .


Restos y señas  en la piel de lo que siempre sentí
y a lo que  ahora no tengo derecho .
Instintitos salvajes que me llevan a alejarte de mí ,
veneno en mi interior que transforma mi ser
en la mayor cobardía con la que tendré que vivir ,
incapaz como soy de volver a mirarte a la cara
sin que mi alma se resquebraje en mil pedazos
y tu voz vuelva  a resonar más ruidosa que nunca .

Vago recuerdo de un  estruendoso grito  suplicante y angustioso
que decidí desoír ,
de aquella última caricia , que con cariño, me otorgaste
y yo rechacé,
de los instantes de sudor extremo y  silencios jadeantes que sólo exigían más,
momentos sin “te quieros” inservibles que no hacía falta escuchar,
sin “te deseo “ que no fueran demostrados a cada instante .
Dureza en una relación entre dos  a los que la ternura sobraba,
mientras nos dejábamos llevar por algo autodestructivo
del que ahora sólo me queda un vago recuerdo .

Con el filo de la adorada cuchilla sobre mi piel ,
una vez más ,
por  cada vez que tu nombre viene a mi mente ,
por cada vez que tu rostro se me aparece  delante ,
por cada vez que es tu voz la que guía mi conciencia,
por cada vez que siento mi piel estremecer contigo,
por cada vez que mi corazón se siente preso de mis decisiones ,
de estar sin ti ,
su fino y afilado filo acaricia mi piel dejando su huella más permanente ,
recordándome mi gran error,
creer que puedo prescindir de ti ,
que puedo continuar viviendo sólo con tu recuerdo,
porque hacerlo contigo , es morir en vida mientras me destrozas
sin que el aire entre por mi garganta ,
sin que el agua apacigüe mi sed
y sin que la comida calme mi hambre .

Sin poder odiarte pero sin poder amarte,
deseándote pero no queriendo  tenerte,
la esperanza se presenta como una elegante dama con guadaña,
y la dulzura se cuenta por las marcas  en mi piel
donde el dolor físico  ha sustituido al que me produces
como única forma de saber que sigo viva
mientras muero lentamente con mi triste realidad .

ANA PATRICIA CRUZ LÓPEZ
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


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