jueves, 19 de mayo de 2016

MOMENTOS. Siempre tuya (135)

 Llévame ,
como el viento acaricia las olas hasta hacerlas estallar,
como cuando las hojas de los árboles danzan a  su antojo
hasta no resistir más , terminando en el suelo .

Llévame,
como la llama de aquella vela
que iluminó mis noches de soledad inquieta ,
como la llama de la vela
que cubrió de calidez las noches frías de aquel solitario invierno.


Llévame,
como el odio se lleva lo único bueno que hay en las personas ,
como el amor lleva las almas en pena de aquellos que lo buscan.

Llévame ,
con la fuerza de la tormenta  que ahuyenta los pájaros
tras hacerles callar,
con la rabia contenida  
como único sentimiento posible  ahora,
como las techas del piano en su tenso martillar
durante una misa de réquiem.

Llévame ,
como las caricias son capaces de devorar los malos recuerdos,
dejando tu presencia  sin tu cuerpo
en mi mente derribada y agreste,
devorada por los llantos silenciosos de los sueños no cumplidos
y la bravura destrozada de mi alma,
a la que sólo le queda agazaparse en una mísera esquina
avergonzada de su respuesta.

Llévame ,
olvidando la clase de persona en la que me convertí,
llévame a ciegas sin ver lo que soy.
Sombra de la fuerza y capacidad para destrucción ,
espíritu domado por los celos y la incapacidad .

Llévame ,
sin pedir explicaciones ni darlas,
siendo capaz de emplear
aquellos mismos ojos que un día fueron capaces de amarme,
sintiendo con cada roce de tus dedos
que mi piel vuelve a ser tuya ,
alejando la nostalgia de lo que pude ser y yo destrocé,
suspirando con cada beso que te doy
en pro de un lejano pero dulce recuerdo de lo que siempre fuimos.

Llévame,
da igual el lugar.
Llévame simplemente ,
no fijes destino ,
que haya dónde decidas ir
ni una palabra mía servirá de reproche.
Llévame sin mirar atrás ,
sin percatarnos de lo que dejamos ,
sin importar lo que queda.

¡Oh maldita vida!
Que haces que grite ahogadamente estas palabras
sabiendo que él no me escucha
ni lo hará nunca,
que me haces sufrir esperanzada en la realidad de un sueño irrealizable ,
que me haces padecer los dolores del fín de algo no comenzado
por quién sabe qué razones.
Que me haces derramar lágrimas de desesperación
por algo que no encuentro en mi camino
amándolo más que a nadie,
sabiendo que él podría ser por fín feliz.

¡Oh maldita y miserable vida !
Que eliges extraños compañeros de viaje ,
convirtiendo mi soledad voluntaria
en aquel que aparece en mis sueños malogrados ,
otorgándoles vidas queridas,
sonrisas sentidas ,
y la paz como forma de seguir viviendo,
que me concedes el beneficio, extraño,
de ser un poco más feliz  en mi locura ,
aquella que tú generas y construyes
en forma de imágenes vivas que reproduzco en sensaciones.

¡Oh maldita realidad
a la que persigo con un cazamariposas sin red,
creyendo que aun así entrarás a formar parte de todo cuanto soy,
de todo cuanto creo,
de aquel mundo oculto que he construido por los dos
y que nadie sabe,
que nadie será capaz de mejorarte !

Maldita realidad ,
que te conviertes en mi muerte en vida
con tu cruel recordatorio ,
aquel que no se escribe con letras de plata  ni huele el oro,
aquel que más bien ,
mis lágrimas por tinta ,
aquel, en que aun así,
tú te encuentras a mi lado.

Ana Patricia Cruz López
Todos los derechos reservados










No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas gracias por participar en esta página