domingo, 12 de febrero de 2017

LA TEMPESTAD . CAPÍTULO TRES : VOLVER A EMPEZAR (Registrado en SAFE CREATIVE ENERO 2017)

LA TEMPESTAD
CAPÍTULO TRES : VOLVER A EMPEZAR
 
CRED EDICIÓN APCL73
Que difícil parecía todo desde la ventana de su  dormitorio.

La imagen de la niebla de la mañana invadiendo el campo  era el único recuerdo  que quizás añorase durante su marcha y aún así , había algo en el ambiente que continuaban disgustándola .

Apenas serían las seis y la luz del día no se imponía con toda la fuerza. Con sólo un abrigo que la cubriese y sin desayunar , con la casa aún silenciosa en  aquella parte , se dirigió hacia las caballerizas que recompusieron su despedida aquel día.

La oscuridad en su interior le confería cierto clamor temeroso al lugar . Las maderas de las paredes , con sus agujeros y destrozos por el paso del tiempo y el desaire de los hombres , dejaban pasar el frío a la estancia . Los habitáculos en donde los caballos permanecían en mejores tiempos , se encontraban en estado casi ruinoso por la humedad y el paso del tiempo, y los agujeros del techo habían provocado que el suelo oliese a podredumbre y moho.

Sólo su llegada al puesto en dónde residía su caballo en aquel entonces , su “Demonio” , el pura sangre inglés regalado por su madre dos años antes de su décimo sexto cumpleaños , hizo que sus ojos se humedecieran mientras toda la escena vivida aquella noche se reconformaba de nuevo como una película .

El silencio de su padre ante la exigencia de Wadlow , ese himpás sostenido y angustioso que se convertía en una dolorosa afirmación de huida de su ambiente de confort, de la casa que la vio nacer e incluso crecer , de su mundo … Todo aquello , dejado atrás, volvía a ella como si nada hubiera pasado, con la única tranquilidad de que su padre no se encontraba  allí.

Campos desechos por la humedad y la ausencia de trabajo durante años , maquinarias resguardadas en los cuartos anexos en los que alguien tuvo la precaución de cubrirlas con telas gruesas , la casa del personal de los campos  que hasta no hace mucho habitaba la cuadrilla de hombres que ahora esperaba recuperar …

Recuerdos , presentes y pasados , constantes vivencias y una sucesión interminable de preguntas  de las que era consciente , no obtendría respuesta inmediata. Realidades paralelas a las que enfrentarse  y  que la conllevarían a convivir con una paciencia exquisita como medida de supervivencia en medio de toda aquella locura y , sobre todo, el mayor esfuerzo por tratar de no recordar  aunque tampoco de olvidar , que todo pasaba por una promesa cierta , un trato entre caballeros , de formalización de un matrimonio de conveniencia con un hombre que jamás vio , que no conocía , del que nunca oyó hablar salvo aquella noche , en boca de su propio padre , y al que ella debía entregarse como canje  en pago de una deuda . Una sola mano. Una sola carta que decidiría el resto de su vida . Una angustiosa penosidad envuelta en tapete rojo sangre y una serie de dibujos en pequeños cartones de color.
Nacer para sacrificarse. Vivir sacrificada . Justo cuando creía haber superado todo aquello, cuando por fín  lograba recuperar su vida , el pasado volvía con todo su peso y sus reclamaciones antiguas para cobrarse los pagos atrasados y debidos.

Ella , que no debía nada a nadie , ni lo que era  ni lo que había logrado construir , no sólo debía hacerse cargo de las deudas dejadas por su padre , sino que ella misma era deudora de su propia existencia  , y ante esta realidad , sí que no sabía cómo pagarse .

Encadenada al sueño de su madre , de por vida , eso fue lo que pensaba de forma reiterada apoyada en  lo que quedaba de portalón del cubículo residencia de su mejor semental entonces , y sólo cuando lo que creía sentir sobreviniéndola como un incipiente ataque de ansiedad , corrió hacia la casa .

Como aquella noche , la de su marcha , se adentró de nuevo por la puerta principal sin tan siquiera preocuparse en cerrarla presa de la ofuscación . Dispuesta a subir por las escaleras hacia su dormitorio le pareció oir voces que procedían de la salita de juegos.
Volviendo sobre sus pasos , bajando aquellos escalones subidos , se dirigió a la misma  observando que la puerta se mostraba ligeramente abierta confirmando, a la vez , que las voces , efectivamente , parecían salir de allí dentro.
Una de ellas  ya le era muy reconocible , la del Sr. Reder , pero la otra , por más que fuera breve , puesto que , como si hubiera previsto su venida ,  se silenció al llegar ella a la puerta ,  no le resultaba familiar.

Con las manos en ambos pomos , la abrió de par en par adentrándose en la estancia  ante la sorpresa inusitada de un Sr Reder que se sorprendía del aspecto tan salvajamente natural que Emma  presentaba. Con el pelo alborotado  y su rostro al natural , su abrigo mal abrochado dejada entrever  parte del camisón que la vestía  y manchas de barro recientes en su parte baja .

Tal cual había entrado en la estancia , se dirigió al abogado , sin que viera a nadie más en la habitación. Sólo el rostro de inusitada sorpresa del viejo letrado y sus palabras indicándole que no se encontraban solos , le confirmaría la presencia de una tercera persona.

•       Oportuna sin duda Sra. Bowman, el Sr. Bennet la estaba esperando .

Voltear su cuerpo medio giro le bastó para verle , al fondo de  aquella sala , junto a la pared . Apenas un leve giro para comprobar la imponente figura de aquel hombre vestido de riguroso negro y ropas sencillas de abrigo  , pelo oscuro  y barba prominente pero cuidada.

Una figura imponente  pero ¿qué podía esperarse de alguien capaz de liderar una cuadrilla de hombres ? Alguien  con gesto serio al que todos obedecieran con tan sólo una señal   y en el que confiasen sin discusión.
Unos ojos expresivos e inquietantes que  se deslizaban por cada centímetro  de su cuerpo para terminar bajando la mirada de forma condescendiente , avisando de que algo no parecía ser apropiado del todo . Mirándose a sí misma , se percató de que el abrigo se había desabrochado de más dejando a la vista mucho más de su cuerpo de lo que ella hubiera deseado , tapándose de inmediato como si de una reacción automática se tratase, tras lo cual, él volvió a centrarse en su rostro y en el del Sr. Reder.

•       Dejaré esto por aquí y esperaré fuera - Afirmó el letrado -. 

Tras el cierre de la puerta , ella observó la mesa  y , sobresaliendo, un pequeño sobre  con   un cheque en su interior . 

Cogiéndolo, se adelantó unos pasos en la dirección de él esperando que aquel hombre se acercase .

•       Es esto lo que ha venido a buscar , tómelo.

Richard , pensativo , se acercó lentamente encontrándose su mano extendida con el sobre y el papel adjunto, recogiéndolo.

•       La cantidad es la que había  calculado el Sr. Reder  que se les debía a usted y a sus hombres.

Tras verlo observando dudoso cada detalle del documento , no pudo evitar preguntar ante lo que le parecía un acto de desconfianza por su parte .

•       Si en algo no estuviese de acuerdo…- Pero él le interrumpió.-
•       Es más de lo que se nos debe.

Aquella honestidad en aquella voz que imponía tanto o más que su propio aspecto y su forma de dirigirse a ella o de mirarla , tan cerca como lo tenía en ese momento , la hizo titubear por un instante.

•       El Sr. Reder y yo convinimos en la necesidad de compensarles por la espera y la buena voluntad por ustedes manifestada durante los años de servicio a mi padre y a la finca. Sé , aunque no como ustedes , claro está, que no fueron años precisamente fáciles y que mi padre , en especial con respecto a usted, se aprovechó de sus circunstancias personales, circunstancias que por supuesto desconozco y no tengo el menor interés en saber  puesto que no me incumben , pero creímos que era de justicia tratar de premiarles , en cierta forma , aunque con el tiempo pasado quizás ese dinero no borre las huellas dejadas por quién mandataba todo esto.

Sin dejar de mirarlo mientras lo sostenía , Richard se mostraba pensativo a lo cual ella , no encontrando pie para continuar hablando, decidió distanciarse poniendo la mesa de por medio como forma de encontrarse algo más cómoda.

•       Si me permite  hacerle una recomendación, yo no tardaría demasiado en hacerlo efectivo.- Le afirmó con aparente seguridad y contundencia - .  Aún he de hacer frente a algunas deudas y desgraciadamente  no puedo disponer con el banco que reserve determinadas cantidades.

Introduciéndolo por completo en el sobre que lo portaba ,  cerrando éste y guardándoselo en el bolsillo interior del abrigo , sin terciar palabra , se dispuso a marcharse .

•       Me encargaré personalmente de cobrarlo a lo largo de la mañana , gracias .

Dispuesto a marcharse , ella encontró el valor para continuar .

•       ¿Y si le hiciese una oferta que ni usted ni sus hombres pudieran rechazar?

Una oferta irrenunciable … Aquellas palabras no era lo que realmente importaban en ese momento , porque con nada podía pagarse el hecho de haber vuelto a pisar aquella casa  pensó él , haberla vuelto a ver pese a los años pasados y recordar aquella pequeña y huidiza figura celestial, que en mitad de la tormenta , él vio correr hacia las caballerizas desde la ventana de la antigua cocina .
Impagable reencontrarse con alguien que nunca dio por sentado que volvería a ver por mucho que lo hubiera rezado a los más ancestrales dioses celtas o al dios más cristiano . Impagable , volver a ver aquellos ojos que él recordaba a la perfección mientras los suyos pasaban totalmente desapercibidos cuando , a hurtadillas , ella bajaba a la cocina, en mitad de la noche , ante el olor de los pasteles  preparados por la cocinera de la casa .
Una oferta irrenunciable ya resultaba ese instante , breve pero intenso, de entrega y cumplimiento , con eso le bastaba , pero volver… Tal y como se presagiaba …

Movido por una curiosidad innata  y sus ansias por continuar escuchándola , se dio la vuelta y esperó paciente a que comenzase a hablar.

•       Necesito que usted y sus hombres vuelvan a trabajar . Sé que podría parecerle un chiste si toma en consideración lo que le acabo de decir , pero no voy a mentirle , es cierto , no tengo disponible en este momento para afrontar parte de los pagos , ni siquiera para recomprar la deuda por la que todo esto que ahora pisamos pasó a manos de los Wadlow, pero también es cierto que necesito que nada de esto cambie de manos , necesito que esto , que era el sueño de mi madre , cobre de nuevo el aspecto y la importancia que tuvo antaño, y para eso necesito hombres que me ayuden , especialmente si éstos levantaron la finca con su trabajo y la mantuvieron tal cual nunca debió de dejar de ser pese a las circunstancias adversas.

La incredulidad ante lo escuchado se manifestaba en el gesto de su cara ante lo cual ella optó por cambiar de argumentación e ir directamente hacia la propuesta .

•       Lo sé, sé que está pensando que es una locura , sé que piensa que las deudas no  lo harán posible y…sobre todo , que no sabe cómo  puedo ofrecer algo  sin asegurar cómo voy a pagarlo, pero de ahí sólo le estoy pidiendo me dé una oportunidad y aunque sé que no me conoce … -  más de lo que ella podía pensar  se dijo él para sus adentros – le ruego confíe  en mí y en lo que tengo que proponerle, puesto que sé que saldría bien y sólo necesito un poco de paciencia y tiempo.

Desdibujando su desconcierto, se mostró algo más predispuesto a escuchar con atención .

•       Continúe , por favor. – le reafirmó él otorgándole un voto de confianza -.

Rodeando la  mesa algo más tranquila , una de sus manos  le sirvió de apoyo durante el recorrido al rozar con las yemas de sus dedos  el filo doble de la misma . Un recorrido en el que sus dedos parecían acariciar el frío  y antiguo mueble de madera logrando captar por completo la atención de él.

•       Pretendo que la finca vuelva a dedicarse a la cría de caballos de carreras . Teniendo un poco de suerte con las compras y las posteriores ventas , podría renegociar la deuda y recuperarlo todo , pero necesito ayuda. Es cierto , no me quedará nada de liquidez con la que pagarle a usted y a sus hombres, pero la solvencia de toda la propiedad estaría garantizada y ustedes podrían acceder a la copropiedad , si estuvieran interesados claro.

Una oferta distinta y sorpresiva , casi inalcanzable dada las circunstancias económicas que rondaban. ¿Un grupo de hombres  de clase trabajadora  propietarios de una gran finca en Inglaterra ? Palabras maravillosas pero que sólo adornaban una irrealidad a su juicio desde la perspectiva del capataz.

Tentado por la continuación de lo que hasta el momento sólo se revestía como una vana ilusión fruto del desconocimiento de una señorita de ciudad que llevaba fuera de su casa quizás demasiado tiempo,  la instó a proseguir .

•       ¿Copropietarios ? ¿En Inglaterra  y de una finca de estas dimensiones? No se ofenda Sra. Bowman , pero creo que lleva fuera de aquí demasiado tiempo como para saber cómo se hacen las cosas por estas parte del país .
•       Tiene usted razón. llevo demasiado tiempo fuera , pero antes de que tuviera uso de razón ya conocía todo lo que se debía saber sobre caballos de carreras  y hasta me encargaba de ellos  sin que mi padre supiese nada .  Llevo estas tierras en mi sangre  y desde luego  sé qué y cómo puede hacerse , la cuestión es si usted y sus hombres querrán implicarse.

Aquella seguridad casi suicida transformaba su argumentación en locura , la locura propia de alguien culto , con exquisita educación  pero incapaz de afrontar la realidad que se le presentaría delante y ante la que tendría que acabar postrándose.

Sin poder evitar un ataque de realidad ,  Richard , con enérgica voluntad , trató de hacerle entender algunas  cosas .

       No. Se está equivocando de planteamiento señora Bowman. Aquí no se trata de tener una oferta de por demás tentadora e interesante , ni de  si mis hombres estarían dispuestos a asumir los riesgos que ello conlleva ,  y le aseguro que si lo que nos rodea en realidad fuera de otro color u otra forma , la respuesta no podría ser si no afirmativa . Pero  le repito que se equivoca de planteamiento y todo porque desconoce la realidad de esta parte del país  y de los trabajadores irlandeses que en él vivimos .
No nos sobra el trabajo ni las ofertas  porque desde hace años ni siquiera somos bien mirados  y de eso se han encargado  perfectamente sus amigos , los ingleses de la capital, los políticos que no han pisado jamás la calle real  ni hablado con los trabajadores , los mismos que han firmado y emitido órdenes  de batidas para policías británicos con veda abierta para entrar en nuestras casas, destrozarlo todo y ofender a nuestras mujeres . Registros sin orden judicial ni motivo alguno , totalmente indiscriminados ,  bajo  una supuesta situación de emergencia porque según ellos  todos llevamos la marca del IRA en la piel a razón de nuestro apellido, porque todos somos indignos de vivir en este país o de respirar su aire .
 Esa es la realidad  a la que nos enfrentamos Sra. Bowman, y esa es la que usted tendrá que asumir  en cuanto sus amigos de la capital se enteren de que anda dando propiedades a los que no tenemos ningún derecho por ley , ni mediando contratos que para ellos le aseguro no tienen valor alguno.
Y ahora dígame Sra. Bowman, ¿está usted dispuesta a asumir el riesgo ?

Una voz proveniente del exterior  les alejó a los dos de aquella conversación y a Richard de la posible respuesta  .  Una voz ante la que él respiraba hondo conforme ella decidía comprobar de quién se trataba abriendo la puerta de la sala .
Una voz chillona y sumamente desagradable que  no cesaba de vociferar llamando la atención e insultando con soberbia manifiesta a la joven que se ocupaba del servicio y que cuidadosamente  sostenía su abrigo.

•       ¡Eres una inútil ! ¡Por dios , no se os puede encargar nada ! ¡Qué incapacidad para obedecer una orden sencilla ! Además ¿De quién son esos coches que hay …? – Y ambas hermanas se reencontraron, desapareciendo la tensión hacia la pobre joven.  Una sorpresa  recubierta de altanería mientras se deshacía de sus guantes de piel viendo como su hermana , a la que hacía dieciséis años que no veía ,  se acercaba a ella de forma apremiante – Espero no haberme vuelto loca y que esto no sea una maldita visión.

Haciéndole una señal a la joven , Emma le indicó que se marchase  y las dejase solas.

•       También me alegro de volver a verte , Alice.

Apretando con fuerza los guantes ,  la altivez de su hermana pequeña no disminuía ni un ápice , mientras su rabia contenida parecía reforzarse en su  interior.

•       No viniste a su entierro.

Caminado alrededor de Emma , procurando percatarse de cada detalle que desvelase , aquel aspecto suyo no le hacía pensar demasiado bien sobre su vuelta .

•       ¿En serio creías que vendría? No es a mí a quién esperaría ver en su último instante. De haberlo hecho, probablemente aún estaría revolviéndose en su tumba. – Le respondió mientras trataba de seguir el  paseo y la incómoda observación de su fraternal compañera.-

•       Emma, Emma, Emma – Musitó tras una risa casi malévola y una sonrisa forzadamente amable – Tú, siempre tú y sólo tal vez , mucho después , los demás.

Un sonido proveniente de la sala la alertó de la presunta presencia de alguien más en la casa  dirigiéndose de inmediato hacia la estancia  seguida de cerca por la mayor de las dos.

Tras atravesar la puerta , la omnipresente presencia de Richard la detuvo  de forma imprevista .  Aferrándose aún más a aquellos guantes hasta convertirlos en  una maraña de tela indescriptible , bloqueada , quiso pronunciar  palabra , quiso que sus cuerdas emitiesen el sonido de lo que  pensaba , pero de pie, frente a él, no pudo.
La desviación de  los ojos de él hacia uno de sus lados  le indicaba que ella se encontraba  entrando en el lugar, y dada la incomodidad manifiesta de la situación , prefirió marcharse .

•       Será mejor que me marche .
•       Lo lamento ,- Emma trataba de ser correcta ante la situación que se presentaba -  no tenía previsto…. – y entonces , Alice reaccionó- .
•       ¡Tú!

Una voz casi lastimosa salió de aquel cuerpo convertido en algo menudo e indefenso ante ellos . Por un momento , para Alice no parecía existir más que el hombre que tenía delante ,  mientras que en sus ojos  y en su expresión facial, algo parecía desgarrarla. La altivez había desaparecido  y el orgullo, dejó paso a la muestra más evidente de  la debilidad humana.
Richard, mostrando la misma impasividad demostrada desde que entrase , la misma con la que se presentaba , no cesaba en su empeño de convertirla en su centro de atención.

A Emma la embargó cierta inquietud. A tenor de la historia problemática de su hermana  y de cómo ésta había desaparecido o se había atenuado al restringirse sus salidas , y observando aquel cuadro perfecto y sin movimiento en el que ellos parecían inmersos , comenzó a cuestionarse si realmente el  contratar de nuevo al capataz podía ser una buena idea .
Una quietud perfecta en la que sólo ellos parecían ser los protagonistas y el resto del mundo no existir , una tensión nada aparente que él parecía disimular mucho más tenazmente que ella , y una reacción tardía por parte de la protagonista femenina en cuanto él se dirigió a ella  , que la hizo tambalearse.

•       Srta. Aldrich…

Aquella frialdad en su voz , como si no la conociera de nada , como si fuesen dos desconocidos ....Ante aquella escena que parecía no tener fin , Emma decidió interrumpirla .

•       No quisiera parecer grosera Sr. Bennet , pero mi hermana y yo tenemos muchas cosas de que hablar , así que si nos disculpa …

•       Por supuesto . –  Con una última mirada hacia una Alice casi irreconocible  y bajando respetuosamente su cabeza , se despidió de ambas mujeres  para dirigirse hacia su coche -.

Dieciséis años separadas . Dieciséis años sin mantener contacto alguno ni saber la una de la otra  y sin embargo las cosas no parecían haber mejorado entre ellas .

Pese a llevarse tan sólo tres años  , jamás gozaron de lo que podría entenderse como una relación abiertamente fraternal.  A diferencia de lo que solía ocurrir en otras familias con circunstancias similares , la sombra de una hermosa y alegre Alice planeó sobre todos los que habitaban la casa  desde su nacimiento,  circundando toda la vida de la finca y actos sociales con  un protagonismo exacerbado e inmerecido a ojos de  la mayor de las dos .

El papel de víctima propiciatoria de todo aquello,  de aquel dispendio sin medida ni control , de fiestas interminables con cada cumpleaños nuevo suyo que se recibía , con cada nuevo alboroto que producían  sus más simples logros escolares , resultó recaer en  la que hubo nacido antes , en la única de las dos que conservaba los duros y marcados signos físicos de la línea materna , en la única por  la que todos , primero los más jóvenes y después los entrados en años , sentían una desvivida curiosidad innata . Aquella cuyo enorme parecido con su madre la convirtió en el centro de los chismorreos y comentarios más airados sobre la posibilidad certera de que los entresijos y violentos sucesos, acaecidos tiempo atrás con la persona de su madre como protagonista , pudieran repetirse en ella.
Aquella sobre la que el  elegante y supuestamente distinguido Sr. Wadlow había determinado un futuro impensable incluso para la denostada y alcoholizada  persona de su padre , atraído , sin duda , por la mera posibilidad de que aquellas historias que versaban sobre su madre, pudieran volver a repetirse de forma prodigiosa en la persona de la pequeña.

Con la salvaguarda de la mesa como flanco protector, aquella batalla dialéctica  entre   ellas debía reiniciarse , pero Emma , al ver a Alice debilitada , prefirió ser algo más distendida y cortés , eliminado la barrera defensiva en principio en alza.

•       Debemos hablar .

Con la mirada aún ida y su cabeza en otro lugar , Alice no pareció escucharla. Emma insistió.

•       ¡Alice!

Al volver en sí y alzar la mirada , su hermana pudo ver auténtico resentimiento doloroso y letal . Su mandíbula aparecía endurecida y muy marcada , sus manos , enrojecidas por las zonas en las que había estado frotándose con los guantes  de forma compulsiva , parecían arderle , y aun así , aún, no era capaz de pronunciar palabra alguna, circunstancia que aprovechó Emma  para continuar .

•       Quisiera poder decirte esto de otra forma pero no encuentro las palabras apropiadas para que  puedas entenderlo. Estamos arruinadas .

La última palabra escuchada, hizo volver a Alice a la sala  en la que se encontraba .

•       ¿Arruinadas? ¿De qué estás hablando ? ¿Qué has venido a hacer aquí? – de pronto , como si algo la hubiera poseído, comenzó a mostrarse muy nerviosa y, casi alterada  , titubeando palabras sin sentido – ¡Has venido para apropiarte de todo esto, para  quitármelo! ¿Arruinadas ? No, no estamos arruinadas . ¡Es un error , una mentira tuya , vil y cruel ! Yo…yo… no podemos estar arruinadas , ¡no puedo estar arruinada! – se acercó violentamente hacia su hermana deteniéndose en frente suya  - Desde hace años he recibido las mismas cantidades que me fueron asignadas en el fondo fiduciario de madre , sin que faltasen jamás , y ¿te atreves a venir hasta aquí y decirme que nada de eso existe ? ¿De dónde ha salido el dinero entonces?

Tratando de no alterar más a Alice , Emma intentó explicárselo de forma clara y concisa.

•       Del Sr. Reder.

Para su sorpresa , un inesperado frío pareció recorrerla a la par que paralizarla debiendo tomar asiento en el sillón que se encontraba detrás suya .
Dado que  aguardaba en silencio , Emma decidió poner en antecedentes a su hermana sobre la situación de ambas.

•       Padre dilapidó todo lo que teníamos en alcohol y prostitutas , fiestas sociales y locales de no muy buena reputación .
Cuando nada quedó por vender , puesto que la tierra no podía ser destrozada y dividida  , porque  entre otras cosas , no le pertenecía , acudió al rescate de tu fondo fiduciario el cual apenas le llegó a durar un par de días . Ante eso, el Sr. Reder decidió asumir la parte que correspondía a tus gastos para que nada de esto te afectase , pero lo cierto , es que ahora que ni el diablo debe quererle a su lado  por si vende las puertas del puñetero infierno,  no hay liquidez para hacer frente a la montaña de deudas que nos ha dejado , porque nos las ha dejado a las dos hermanita , sobre todo porque si no pagamos , si no logramos levantar todo lo que esto había sido en su día  y nos recuperamos ,  desaparecerá  para siempre y tú tendrás que dejar tu cómoda vida entre algodones y comenzar a buscar un trabajo  del que poder ganar tu sustento en un nivel mucho más modesto , por supuesto , o ir buscando algún viejo rico al que poder afincarte como una garrapata a un perro hambriento , pero eso sí, procura que no te dure demasiado y que firme la herencia a tu favor antes de que  lo mates o se muera del disgusto en cuanto descubra la clase de persona que eres, porque  yo volveré a Londres , recuperaré mi vida , pero tú no vendrás conmigo .

Y aquella mirada ida volvió , como si recordase un elemento suelto que le resultase incomprensible.

•       ¿Qué hacía él aquí?

Extrañada por la vuelta al tema como si fuese un salvavidas recurrente y Alice decidiera olvidar o tapar lo que acaba de escuchar  a modo de rechazo , Emma  intentó indagar sin que ella se diese cuenta .

•       Cobrar lo que se les adeudaba , tres años  de trabajo.

La expresión del rostro de Alice cambió y Emma se percató de ello . De pronto pareció intrigada , como si hilase hilos en su mente , ideas y pensamientos que ella sólo conocía, y con un tono exquisitamente dulce y conciliador , continúo preguntando a su hermana.

•       ¿Va a volver a trabajar con nosotros ? ¿Aquí, en la finca?

Su aparente desmesurado y centrado interés en Richard Bennet  hizo que Emma sospechase , por lo que optó por advertirla .

•       Vamos a retomar las actividades que madre siempre quiso para esta tierra , y sí, él  volverá a estar al mando de su cuadrilla aquí, siempre y cuando acepte la propuesta que le ofrecía justo cuando tú nos interrumpiste con tu incursión.

La leve sonrisa reflejada en el rostro de la más joven de las dos , alertó a la otra hermana.

•       Alice  - su tono contundente la obligó a prestarle atención –  no me gusta repetirme  y menos con las personas que conozco o conviven de alguna forma conmigo , así que esto que voy a decirte sólo lo escucharás de mis labios hoy  porque no habrá una segunda vez  ni otra oportunidad .
Los hombres volverán a su trabajo si aceptan la propuesta  y Richard Bennet será de nuevo su capataz , como siempre lo fue y seguirá siendo.
Lo que hayas hecho durante mi ausencia o padre te haya permitido  es algo que no me interesa , tú sabrás cómo has decidido arrastrar tu imagen y tu nombre , pero no pienso tolerar que me arrastres ni arrastres el mío contigo, así que escúchame bien Alice , si estando ellos aquí te atrevieras siquiera a acercarte  y sabes perfectamente a que me refiero , o llegase a mis oídos algo que tenga que ver con tu pasado y les ataña a ellos , te encerraré  en el sótano de la casa yo misma  y juro por dios que esconderé  la llave de tal forma que no pueda encontrarla jamás .

Alentada por la manifiesta seriedad de Emma , Alice creyó que podría mantener su actitud desafiante como antaño , cuando eran  niñas  y creía  que podía con todo auspiciada por el beneplácito del patriarca, enfrentándose a ella con toda la ironía que era capaz de transmitirle.

•       ¿Es una advertencia hermanita?

Abalanzándose sobre su hermana , Emma colocó sus manos en los reposabrazos de la silla donde Alice se encontraba sentada , y con su rostro serio  y seco , casi aterrador , le dijo una sola frase contundente .

•       No Alice , es una amenaza , y yo siempre cumplo mis amenazas. No te conviene ponerme a prueba.

Apartando  de forma violenta  los brazos que le coartaban la libertad  y sin nada más que decirle , Alice se marchó de forma airada y ofuscada de la sala en dirección a su cuarto.
Sólo a partir de entonces , Emma pudo relajarse , rebajar su tensión  como en una montaña rusa , sin aviso. Visiblemente fatigada,  sintió la necesidad de tomar asiento, pensando , en el fondo , qué se encontraba mejor en su vida dichosa en la capital y que posiblemente nada de esto hubiera pasado si ella , simplemente , se hubiera desecho de todo y hubiera ignorado al señor Reder.

La relación con su hermana, inexistente , no iba a solucionarse por el hecho de  mantener el techo dónde se encontraban , algo que la pequeña de los Aldrich no valoraba . A ella siempre le había importado más  vivir de la apariencia y las señas exteriores de seguir siendo la digna familia    con  un prestigio asociado a la crianza y entrenamiento de caballos pura sangre ingleses para carreras y doma .
Una tradición familiar  que les había abierto las puertas más prestigiosas y acaudaladas del Reino Unido , incluyendo las de Buckingham , y que en muy poco tiempo , un solo hombre , se había encargado de cercenar .

¿Por qué había vuelto  a un lugar al que creía que no debía nada , del que había tenido que huir tras años de apariencias de una vida maravillosa y modélica que nunca lo fue en realidad ?  ¿Por qué abandonar Londres , su puesto de socio en el despacho que tanto le había costado conseguir , por lo que ahora tenía entre manos: una propiedad ruinosa, un cúmulo de problemas económicos aún por evaluar , un único lazo de sangre que la prefería muerta  y un futuro incierto bajo la estela  de un pacto entre caballeros que podría cambiarlo todo ?

Un pacto entre caballeros … la vía fácil para arreglarlo todo , para recuperarlo todo y olvidarse de lo demás . Su condena en vida . Y en mitad de esos pensamientos la irrupción del Sr. Reder  en la sala la sobresaltó.

•       Disculpe mi intromisión Sra. Bowman pero  acaba de llegar esta notificación.

Tras abrir el sobre y leer el contenido ,  un único nombre vino a su mente : Wadlow.
En ella , se le comunicaba la subasta de la finca , la cual tendría lugar en escasamente una semana , en una famosa casa de subastas de Londres .
Volviendo a recomponer  la carta y el sobre , salió de la casa nuevamente sin dar más explicaciones  y sin cogerle las llaves del coche que el buen abogado le ofrecía , prediciendo la posible solicitud de las mismas .

Sintiendo curiosidad  , el  Reder se asomó a la puerta de la casa para tratar de fijar su dirección y , sin duda , dada la desviación adoptada al llegar a mitad de camino , su destino estaba más que claro .

Tras media hora de ansioso paso sin detención , llegó hasta la propiedad Wadlow.
Absolutamente despeinada y con el mismo tedioso y nada correcto aspecto mantenido desde que se levantase , pese a la debilidad  que percibía en ella al no haber probado bocado aún,   nada más llegar hasta  la puerta de la casa llamó de forma incansable y desesperada , siendo recibida por una joven ataviada con uniforme de servicio.

Tras sus innumerables intentos por hacerla comprender lo importante y urgente que era para ella poder hablar con el señor de la casa , la doncella , aparentemente inexperta y llevada más por la desconfianza que le generaba  la mala impresión que Emma le transmitía , le insistía en que no le era posible hacerla pasar al interior , recomendándola que se marchase de inmediato antes de que llamase al resto del personal para que fuera desalojada .

Sin apenas fuerzas con las que sostenerse en pie  lo intentó por última vez  y la joven sirvienta llamó a voz en grito a uno de los hombres de la casa . Al ver que no parecía escucharla nadie , mientras sostenía la puerta con fuerza para que Emma no pudiera adentrarse , a la segunda voz que volvió a dar , la de un hombre que venía del exterior  la relajó.

       ¿Qué está sucediendo aquí?

Mareada y débil, apoyada en  el marco de la puerta , con la cabeza observando el piso , sólo  alcanzó a adelantar sus ojos un poco y ver sus botas de montar .
Aquella voz , penetrante , profunda ,  gozaba de una dicción británica perfecta y pausas perfectamente estudiadas.

Ante la presencia de aquel caballero , la doncella depuso su actitud defensiva .

•       Esta señora lleva preguntando por el  señor de forma ansiosa , le he dicho que en esta casa no se recibía a nadie sin visita  pero ha continuado insistiendo y no ha querido marcharse .

Al verla decaída , el hombre la cogió por el brazo para ayudarla a incorporarse.

•       Esta mujer no se encuentra bien ¿Cómo se te ocurre dejarla en la puerta en este estado?

La joven abrió la puerta ante la entrada del hombre con ella prácticamente a cuestas .
Ante la dificultad para caminar en condiciones , el hombre se detuvo antes de entrar y se dirigió a ella.

•       No se preocupe , me ocuparé de usted ,  puede estar tranquila .

Dando órdenes a la joven sirvienta , ésta se dirigió a la cocina mandatando le fuese preparada una taza de chocolate caliente  acompañada con galletas .

Ayudada a sentarse en uno de los sillones de aquel salón elegantemente adornado con una exquisita alfombra ,  Emma intentó enderezarse para no parecer más indispuesta  de lo que se encontraba , pero al hacerlo, pudo ver , de espaldas , el cuerpo que portaba la voz que había escuchado hacía unos instantes .
Alto,  con gráciles y distinguidos movimientos revestidos de pulcritud y exquisitas formas en cada gesto que realizaba pensando que no era observado , pese a portar un traje de montar , pareciera haber sido más bien de paseo , acostumbrada como estaba  ella  a la habitual asistencia de machas de barro , al menos en los suyos , pero claro , ella nunca fue un caballero británico y su forma de disfrutar de sus paseos  a lomos de sus caballos , no se consideraban demasiado  formales para una señorita de buena familia.

Tras darse la vuelta y verla más repuesta , el hombre se alegró y trató de averiguar que la traía hasta la  casa.

•       ¿Más repuesta ? Me he permitido pedirle algo caliente de tomar y algo dulce para comer , espero le guste el chocolate y las galletas , no sabía si le vendrían bien  pero es lo más socorrido dadas las circunstancias.

Amabilidad y exquisitez en las formas a partes iguales , algo a lo que ella no parecía terminar de acostumbrarse. Tratando de recomponerse sentada en donde estaba , la joven doncella apareció portando la bandeja con lo solicitado por  el caballero colocándola en la mesita que tenía justo a su izquierda .
Con dificultad , trató de corresponderle en el gesto que hasta entonces había tenido con ella.

•       Le agradezco enormemente esto que ha hecho por mí, lo cierto es que no me encuentro demasiado bien .

Absorto en su visitante femenina , de pie , esperando impaciente  algo más de información por su parte, la pose mantenida por él  le  recodaba a Emma la visión  de aquellos cuadros del siglo pasado que había visto en la National Gallery, aquellos que desbordaban pompa y circunstancia  .
Dado que no conseguía nada con la mera espera , trató de dar pie .

•       Le he entendido a la doncella que  buscaba al Sr. Wadlow, claro que espero que no haya venido  desde muy lejos para ello , porque siento ser yo el que se lo diga pero falleció hace algún tiempo, yo soy su hijo William .

Su desconcierto resultó completo . Nunca había conocido al joven William  y jamás oyó hablar nada él porque su padre se encargaba de mantenerlo lejos de todo aquello . Primero , en internados para acabar sus estudios , después , en escuelas militares desde corta edad, como  profería la tradición familiar .

Quizás la impresión que sentía Emma en su interior , al mirarle , distaba mucho de lo que creía que algún día podría haberse encontrado . Bajo el temor de que se confirmase la tendencia de que los hijos solían compartir , no sólo las aficiones de sus padres  sino también su carácter , para ella  , el entonces joven Wadlow , no era una suerte agradable que debiese asumirse . Para ella , el viejo militar ya resultaba desagradable , tanto en su forma de mirarla como si un ave de presa se volcase sobre su víctima , como en el trato que recibía de él, falsamente exquisito y siempre con ese tono de voz y esa argumentación tan particularmente desagradable que hacía pensar de él en una intención oculta .
Pero el hombre que se presentaba ante ella  distaba mucho de todo eso que ella había creído e imaginado .

Con un aspecto distinguido pero sereno , parecía mantener las distancias tras unos ojos extraños difíciles de olvidar. Unos ojos misteriosa y hermosamente curiosos con miles de preguntas en su haber, a los que de momento , aquella imponente voz , acompañaban.

•       Disculpe mi indiscreción pero … no creo haber entendido a la doncella su nombre .

La apuesta entre caballeros ... Sólo al mirar su rostro en cuanto le dijese quién era.... Sabría si él era consciente o no de ello.

•       Bowman, mi nombre es Emma Bowman.

Una ligera sonrisa parecía esgrimirse en el rostro de él.

•       Es un placer conocerla Sra. Bowman, aunque hubiera sido preferible tener esta oportunidad bajo otras circunstancias más agradables si cabe, así que , ante la ausencia de mi padre espero poder servirle yo de ayuda .  

Tratando de tragar aunque con  dificultad y sin dejar de mirarle , se armó  de valor y fuerza suficiente para decirle quién era en realidad .

•       Lo cierto , Sr. Wadlow , que estoy muy segura de que usted me servirá de gran  ayuda .
Ante dicha posibilidad , William se mostró muy receptivo.

•       Bien, usted dirá.
•       Bowman es mi apellido de casada  Sr. Wadlow, mi nombre de soltera es… Aldrich.

Una sonrisa ligera , casi huidiza , que iba desapareciendo casi imperceptiblemente para dejar , en su lugar , un gesto serio . Un rostro cuyos misteriosos y penetrantes ojos nunca dejaron de desvelar cierto curioso interés . Un interés  sólo acrecentado al escuchar su apellido de nacimiento.

Ana Patricia Cruz López
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