viernes, 24 de marzo de 2017

MOMENTOS . Siempre tuya (198)

Frío.

Soledad,
 que con voz melodiosa  me acerca al borde de su atractivo abismo.

Ahogo,
como sustitutivo de la pena a efectos de disimular .

Angustia ,
cada amanecer en el que la imagen , vista por mis ojos ,
se convierte en la peor fotografía fija posible.

Piel,
distante , pálida , fría ,
como último recuerdo que no cesa en su empeño de perseguirme.


Fijeza ,
la de unos ojos perdidos a ninguna parte
cuando posiblemente buscaban el mismo refugio de siempre ,
aquel , que no encontraron .

Realidad ,
dura , pesada , inquebrantable ,
insensible a unas lágrimas que  unos ojos ya no encuentran
porque quizás la culpa no los deje.

Palabras ,
desagradables por naturaleza ,
marca ineludible del último recuerdo vivo y sangrante .

Ya no estás , y sin embargo, yo aún te sigo viendo.
Ladeo mi cabeza y sólo las frías  y blancas sábanas
parecen burlarse de mí en cuanto paso la mano .
Mis ojos , mi cerebro , me engañan una y otra vez
exaltando aquella figura tuya ,
llena de vida y…..de pronto ……

El aire ya no se ha respirado igual ,
como si todo se hubiese detenido tras aquel día ,
tras aquella hora ,
y sin embargo,
sigo anclada en aquel lado de la cama , con mi rostro ladeado ,
esperando ver tu sonrisa ,
sintiendo tus ojos desearme el más hermoso de los buenos días
o insinuando querer comenzar aquel sutil juego tan nuestro
en donde dos pasaban a ser uno solo ,
y los brazos  ,
casi los de un ejército desesperado por poseer aquello que rozaban,
aunque no fuese la primera vez que lo hacían.

Noche y día de una desesperanza con final imprevisible
al que la vida no dio tiempo de anunciar
colmándome con su peor castigo ,
tu imagen inerte amaneciendo a mi lado
durante el inicio del más triste y frío invierno que se recuerda.

Una mano que buscaba la tuya
tratando de encontrar una falsa verdad ,
y una verdad que me mostraba su lado más falso sobre la eternidad de quienes se aman,
consagrando su razón ,
la de que la felicidad es tan nimia como la vida misma ,
y tan perdurable
como la capacidad de recordar el sabor de tus besos en mis labios .

El tiempo no ha vuelto a correr detrás de mí de la misma forma ,
no en aquella habitación
donde todo se detuvo a traición mientras dormíamos ,
donde lo último que nos dijimos
fue el mejor valor de la cobardía y la falta de templanza ,
donde las palabras dolían igual que latigazos  que rajasen la carne haciéndola jirones,
donde las voces dejaban de escucharse  y el ruido lo cubría todo,
donde sólo los demonios interiores se mostraban plenos
y los hermosos pero enfurecidos animales externos
forjaban el combate para ver quién resultaba vencedor.

Un despropósito como último recuerdo,
mi culpa , como innata penitencia,
mi pena , las más pesadas de las cadenas ,
y entre todos los finales  posibles ,
entre todos los deseos encumbrados ,
sólo me queda continuar amando por siempre
a quién antes de irse ,
hice el mayor de los daños ,
mientras la cama , continuará fría , distante ,
pero contigo a mí lado .

Ana Patricia Cruz López
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