domingo, 16 de abril de 2017

MOMENTOS . Siempre tuya (202)

Miro con envidia al tiempo por ser capaz de saber a dónde va ,
por no sentirse perdido.

Miro con envidia al viento ,
capaz de decidir surcar las montañas más altas sin miedo,
atravesar los más angostos océanos sin temor .

Miro con   envidia a quién vela tu sueño cada noche de tu vida,
a quién lo velará
y a quién tuvo oportunidad de amanecer contigo.


Miro con envidia a cada minúscula partícula de aire ,
invisible ,
que acaricia tu piel como yo nunca podré hacerlo .

Miro con envidia incluso a la propia muerte que algún día te lleve ,
porque hasta ella tendrá la dicha y fortuna
que sólo yo puedo limitarme a soñar .

Envidia que mis ojos ciega con bellas imágenes de un imposible ,
envidia que mis oídos cercena de la posibilidad de escuchar tu respiración tan cerca
que sólo eso me baste para quererte,
envidia que silencie mi voz y quiebre mi garganta
para que no pueda decirte jamás cuánto te amo.

Envidia de lo que te rodea ,
lo mismo que te da gloria y te da miedo,
aquello que abrazas y temes
con la  misma intensidad que vives  y yo,
lejos …
Envidia de los aduladores de los que tienes que protegerte ,
de los falsos  cariños que te alientan  y te hacen creer que eres el rey,
un rey en un falso mundo con suelo de fino cristal
en el que las manos  de miles de súbditos ,
sedientos de tu sangre ,
claman tu sacrificio.

Cruel papel el mío en esta obra que nadie ideó al final
mientras el guion se escribía solo .
Ansias de proteger y acogerte en mi seno
para darte esa paz que tanta falta te hace ,
y que , por una vez ,
sean otros quiénes me envidien por tenerte,
por poder mirarte ,
por poder ser el ángel que buscas en la oscuridad de tu habitación
cuando solo te encuentras y los pensamientos te inundan ,
cuando desearías ser otro o el mismo ,
cuando quisieras haber hecho las cosas de otra forma o de la misma ,
cuando te arrepientes y a la vez refuerzas lo cometido,
cuando te gustaría gritar libertad  sintiéndote libre ,
cuando quisieras encontrar aquello que se te tiene vetado
y que yo,  a tu lado ,
siempre te doy cuando mis ojos cierro
y en mis sueños  apareces.

Envidia de aquellos que  jamás podrán escuchar
aquello que yo sí oigo .
Una dulce melodía a base de los susurros nunca dichos en alto ,
palabras con sabor a hiel y a lamentos ,
a sollozos vivos de felicidad cuando nadie te ve ,
cuando puedes ser tú y sólo yo te siento ,
un respirar ahogado ,
 que sólo mi mano en tu pecho es capaz de calmar,
mientras una caricia ,
como sólo la que una madre pueda dar a un hijo ,
como sólo la que una venerante amante
es capaz de otorgar a quién siente suyo
aun cuando no lo tiene,
el abrigo imperturbable
de un corazón eterno al que huyes durante tus sueños,
mientras al mío,
sólo le cabe
el recibirte .

Ana Patricia Cruz López
Todos los derechos reservados


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