LA
TEMPESTAD
Viéndola marchar , viéndola
salir por la puerta , Richard se dio la
vuelta para asegurarse de que aquella presencia que sentía era la de una Alice que en pocos minutos sólo había conseguido
elevar aún más el muro que le separaba
de recuperar a Emma .
Ni siquiera aquella retorcida
versión que la pequeña de los Aldrich había resumido a su antojo poseía
carácter de media verdad , pero ¿a quién le importaba eso ahora ? ¿Cómo
deshacer el daño producido y la imagen
que de él ostentaba Emma en este momento ?
En su mente , mientras la
distancia entre ellos era lo único que protegía a la “pequeña y maliciosa bruja
“ de un enfrentamiento más irracional e impropio de un hombre como él , mirándola a aquellos ojos
imbuidos en la conjunción perfecta de una expresión de inmensa satisfacción y
gloria , volvió a sentir todo lo que aquella noche le produjo la pérdida de lo
que más había amado desde aquel día en las caballerizas, cuando la hizo olvidarse
del castigo de su padre , cuando le introdujo su amor hacia los caballos y las
mil y una formas de encontrar allí , en los establos , la paz que tanto
necesitaba .
Ajena a los rumores que ya
especulaban si realmente se comportaba de esa forma con ella porque daba por
ciertos los comentarios sobre su no paternidad respecto a la pequeña , aislada , por su propia madre , la cual
procuraba inculcarle la buena costumbre de desoír los banalidades y
chismorreos respecto a su nombre y su
verdadera sangre , Emma creció con una
especial protección resguardada de las verdades absolutas y de las mentiras maledicentes de los demás, en una
época y una ciudad en la que se entrañaba una especie de guerra constante entre
los trabajadores y vecinos irlandeses residentes en la localidad desde hacía
años o incluso nacidos en ella y los patronos
y señoritos ingleses con posibles venidos de la gran
ciudad , beneficiándose de las desgracias de aquellos que
estaban a punto de perderlo todo , comprando y mal pagando tierras que iban
engrandeciendo sus apellidos invasores .
Años difíciles donde los
hubiera , nadie se atrevía a cuestionar, tampoco en aquella casa , algo que la
madre , aún viva , sí temía .
Apenas siendo una cría con
trenzas , alzándose dos palmos del suelo , mientras jugaba sola en el jardín ,
el viejo Wadlow, descubre el nuevo
motivo generador de sus ansias nada superfluas , aquellas que sólo parecían
encontrar satisfechas en algunos clubes concretos de Londres y en determinadas
fiestas privadas en las que jamás osaban olvidarse de cursarle la debida
invitación.
Aquel imponente hombre , con
un carácter muy especial y oscilante , resultaba más temible cuando se hallaba
tranquilo que cuando exhibía su carácter .
Durante esos presuntos momentos de
apaciguamiento se decía , por quienes le conocían bien , que era cuando solía planificar los futuros
encuentros con sus nuevas “víctimas”, porque no eran más que eso , cuerpos a
los que utilizar y desvencijar cubriendo sus más bajas pasiones y sus mal
denominados “gustos especiales” , algo que al parecer , debía llevarse en la
sangre porque su padre también degustaba de los mismos , salvándole quizás , el grado de depravación más o menos
infinito al que podía llegar cada uno .
Toda la ciudad , toda
Inglaterra y sobre todo su capital , Londres , conocía ese apellido y su peso
en la Cámara de los Lores y en el gobierno . Todos , no sólo los altos
dignatarios de este país , conocían la habilidad de los hombres que portaban
ese apellido para maldecirlo a base de temor y cómo éstos siempre conseguían ocultar su vergüenza y sus
atropellos , cosa distinta era ocultar los cuerpos maltrechos de las jóvenes a
las que en su mayoría se las extraía de la ciudad de forma discreta , no volviendo a saber de ellas .
Pero entre todos ellos ,
incluyendo al actual miembro representante de esa familia , su padre , el viejo
Wadlow , resultaba ser al que todos más temían, tanto trabajadores suyos como supuestos amigos y gente en
general que debiera relacionarse con él, especialmente si éstos poseían, entre
su prole , con la presencia de una niña
y mucho más , si la misma , no había tenido oportunidad aún de llegar a
la pubertad .
Con la venida en aquel
entonces del joven William , el actual
propietario , estando aún su padre muy enfermo , los comentarios sobre su
posibilidad de que las malas costumbres , llevadas en la sangre , continuasen ,
no cesaron , aunque esta vez , con él,
mucho más educado y discreto que su padre , los rumores nunca pudieron
confirmarse .
Hombre más interesado en sus
negocios que su progenitor , a la par que ya lo fueran su abuelo y su bisabuelo
, las exquisitas formas en su manera de ser y de actuar con todos los que le
rodeaban , incluyendo sus empleados y proveedores , dejaban en el aire la duda más evidente sobre
el tipo de persona que era . Su madre ,
una mujer acaudalada de Cambridge, estudiada y gran pianista en la intimidad ,
gozaba de una inteligencia brillantísima
hasta el punto de llegarse a comentar que , aunque no fuese en público, quién
se encontraba detrás de todas las grandes transacciones de negocios de su
esposo era ella . Quizás de ahí le
proviniese la habilidad como negociante y quizás , sólo por conocer a quién lo
hubo engendrado , fuera por lo que ella decidiese de forma unilateral alejar a
su hijo de aquella casa enviándolo a un internado ,aún a costa de tener que
separarse de él.
La pequeña Emma y aquellos
ojos de inusitado interés de William Wadlow Sr, sentimientos incontenibles que
no se coartaba de expresar ni delante de su progenitor aprovechando cualquier
circunstancia para quedarse a solas con ella en la mayor de las proximidades o incluso tocándola cada vez que se le
presentaba la oportunidad .
Para Richard , aquella imagen
de la pequeña siendo ayudada por él, aprovechando su gusto por los caballos ,
para que se subiera a lomos del suyo , mientras cogía sus manos para enseñarle
como hacerse con las riendas e incluso
verle rozar de forma lasciva e intencional una de sus piernas bajo la excusa de
asegurarle el píe de forma corriente en el estribo… todo conducía ,
predestinadamente , al final en el que culminó la noche de su marcha .
Darse la vuelta y ver a Alice
con aquel gesto de satisfacción le
enervó , dirigiéndose hacia ella
mientras la propia Alice , temerosa de lo que pudiera hacerle en aquel
estado , volvió sobre sus pasos hacia la cocina tratando de encontrar algo con
lo que poder contenerle .
Resguardada detrás de la gran
mesa pero sin salida posible, con uno de los grandes cuchillos de carne en una
de sus manos , nerviosa , esperaba el siguiente movimiento de aquella mole
humana que a priori no pensaba
refrenarse.
-
¿Por qué ? - le gritó exasperado y furioso a
una Alice que trataba de visualizar todas las vías de escape posibles
aprovechando cualquier posible despiste suyo -.
-
¿Por qué ? ¿En serio te atreves a preguntarme
?- Mostrándose desafiante , creyéndose
protegida por el arma que sostenía amenazantemente en una de las manos , en su
interior sólo deseaba provocarle - ¡Tú
me has hecho lo que soy ahora !¡ Te marchaste de esta casa y me dejaste sola,
entre estas cuatro malditas paredes !
En mitad de aquella locura ,
una Alice completamente fuera de sí, se mostraba más descarnada que nunca , con
su rostro enrojeciéndose por momentos de la tensión que emanaba y con la mano portadora del cuchillo
temblorosa .
Tratando de llegar hasta ella
, Richard fue rodeando la mesa lentamente mientras ella comenzó a girar en
sentido contrario a él para no ser atrapada .
-
¡Tenía que irme
y lo sabes! . – Continúo hablándole sin quitar los ojos del cuchillo – Alice
, tienes que ir a por ella y decirle la verdad .
Con lágrimas en los ojos y
expresando tanta rabia por impotencia , aquello sólo volvió a encenderla .
-
¿La verdad
? ¿Y que hubo de mentiras en mis palabras Richard ? ¡ Me he limitado a
contarle la realidad con la que ahora debe enfrentarse ! ¡Debe saber que cuando
se marchó perdió todo lo que poseía de
ventaja en esta casa! ¡ Debe saber que aquí sólo es una intrusa que perdió todos los derechos , incluso a ser amada por
quién nunca recibió nada de ella salvo su desprecio al irse sin tan siquiera
decirte nada o despedirse ! ¡Debe saber a quién pertenece tu corazón en
realidad !
Corriendo varios pasos para
tratar de alcanzarla , ella intentó llegar a la puerta pero un cambio de sentido de él , atravesándosele en la puerta , le cortó la
posibilidad .
-
Has perdido la cabeza , la has perdido por
completo. Sabías perfectamente lo que
hacías cuando te metías en mi cama aquella noche . Te advertí que no lo hicieras hasta en tres ocasiones
. Te dije que te marchases y sin embargo
tú optaste por cerrar la puerta y pasar la llave acercándote a conciencia , dándote igual todo
. Jamás te prometí nada Alice y aun así continuaste intentándolo una y otra
vez a partir de entonces . ¡ Dijiste que
lo sabías y aun así no te importaba !
Con el brazo portador del
cuchillo completamente estirado para
defenderse y sumergida en un iniciático
ataque de histeria , al escuchar aquellas palabras , miró a su pecho para
después fijarse en el afilado arma y , sin pensárselo , se lo acercó al cuerpo,
concretamente al corazón , apuntándole con él apenas centímetros lejos de la
piel.
Tratando de serenarse ante la
actitud de ella y con una enorme sangre
fría , Richard determinó cambiar de actitud .
-
¿En serio es eso lo que quieres Alice ? ¿En
serio quieres terminar así ? ¿ Crees que haciéndolo a tu manera todo habrá
terminado ? ¿En serio crees que por matarme
ella desaparecerá y tú volverás a tener la bucólica vida de señorita
bien que tenías antes de que apareciese ?
Dio apenas dos pasos y la
punta del cuchillo se hundió ligeramente en el pecho. Con la respiración entre
cortada , Alice no podía creer lo que él estaba haciendo ni que pusiese su vida en sus manos de
aquella forma , tan fácilmente . Un leve toque en el mango, una leve presión ,
y aquel afilado y largo cuchillo se hundiría en su cuerpo seccionándole el
corazón en dos , acabando toda su
amargura y sus pesadillas .
-
Si es así , hazlo .
La aparente serenidad y
frialdad con la que él la invitaba a acabar con todo le provocó que el aire dejase de entrar y el
pecho se le encogiera sumido en un molesto dolor punzante . Con sus ojos puestos de forma intercalada y
rápida entre su pecho y sus ojos , Alice
se encontraba confusa , como si realmente pudiese pensar qué hacer o creyese
que tenía alternativa para escapar de todo aquello.
No esperaba esa reacción por
su parte , no esperaba ni mucho menos
que él le fuese a brindar la oportunidad de acabar con su sufrimiento . El arma
sólo era para defenderse en caso de ser atacada y ahora , gracias a él, se le ofrecía como la solución a todos sus
males y padecimientos .
Bloqueada para tomar
decisiones o ejecutarlas , Richard aprovechó esta circunstancia y su estado
para quitarle el cuchillo de la mano , imponiéndosele justo encima suya donde
su forma de mirarla y su más de medio cuerpo sacada de ventaja la imponían .
-
La próxima vez que te decidas a coger uno de
éstos -
moviendo la mano que lo portaba
- ten claro para qué lo quieres .
Y dejándolo encima de la mesa
de un sonoro golpe seco , se marchó dejándola sola, venida abajo , apoyada en
aquella mesa de madera , desahogándose .
Ajena a todo lo que sucedía en
la casa durante esta ausencia , Emma ,
ofuscada , terminó recalando en las caballerizas cuya puerta se encontraba
abierta .
Sin posibilidad a que los
buenos recuerdos habidos en aquellos viejos establos recobrasen algún sentido
en ese instante , su instinto la hizo fijarse en el altillo acordándose en ese momento de que aquella
estancia no estaba deshabitada . Dada la vuelta con la intención de marcharse
sin hacer ruido , encontró a Thomas en la puerta .
De píe, en medio justo de las
dos hojas de la gran puerta de madera , frotándose una mano contra otra como si la tratase de distender , se preguntaba
, curioso , por la presencia de la “señora” a esas horas de la noche.
Para ella ,más allá de la
incomodidad de la situación , tratar de buscar una excusa razonable que darle
parecía una misión imposible . No quería mostrarse nerviosa y sin embargo la incomodad
sentida no se lo permitía . No deseaba sentirse como una cría que no razona ni darle a entender otra cosa
que pudiera malentender a alguien que no la conocía y al que no deseaba contar su verdadera
vinculación con aquel sitio.
-
No tengo excusa para mi comportamiento , salvo
la de no acordarme que ahora esto se encontraba habitado.
Sin decirle nada en principio,
manteniéndose en la puerta , la única reacción que a ella se le ocurrió tener
como respuesta fue la de marcharse .
-
Lo siento , no pretendía … - visiblemente
incómoda , trató de dirigirse a la salida sin poder mirarle en demasía a la
cara conforme ésta se volvía más nítida al acercarse . – No volverá a pasar .
A punto de atravesar la puerta
, que él se decidiese a hablarle la retuvo en la misma .
-
Al menos creo haberme ganado el derecho a saber
qué andaba buscando , Sra . Bowman.– Con sus ojos , disimuladamente , se
situaba en el altillo -.
Parecía molesto , pero no en
exceso. Parecía serio pero no hasta el punto de sentirlo enfadado . Parecía …
Aquella voz … Aquella maldita y penetrante voz y aquel tono tan poco sutil …
-
Una vieja costumbre de cuando era una niña . No volverá a pasar .
– Pero al tratar de salir , él le atravesó el brazo . Sintió sus penetrantes
ojos observándola pero aunque en su interior sabía que no debía hacerlo ,
no pudo evitar corresponderle .
-
No me ha respondido .
Retiró el brazo y pese a la libertad que gozaba para marcharse no pudo , algo la provocaba a quedarse allí
mismo , a no huir de alguien que le intrigaba .
-
Se equivoca Sr. Bradley, sí lo he hecho otra
cosa diferente es que haya sido de su entera satisfacción. Como le acabo de
decir , le reitero mis disculpas y mi promesa sincera de que no volverá a pasar
, al menos fuera de los horarios de trabajo . Ahora , si me disculpa ...
Darle la espalda no era una
opción y sin embargo sólo sabía que debía volver a la casa . Demasiadas
contrariedades por ese día , demasiados encontronazos y demasiados errores ,
aunque aún , una nueva sorpresa culminaría su día .
Pasados unos minutos después
de su vuelta a la casa se oyó un estruendoso sonido , el de una puerta
chocar contra una pared . Sus apresurados pasos
y la apertura continua de
sucesivas puertas , denotaban un estado de nerviosismo extremo sin visos de
desaparecer .
Ansiosa y sin esperanzas de
encontrar la respuesta que necesitaba ,
recorrió todas y cada una de las habitaciones de la casa hasta que una de ellas
, la que llevaba al desván , le supuso la única opción posible .
Polvo y telarañas en el único
ambiente que tiempo atrás se había
convertido en la sala de juegos de ambas
hermanas apenas siendo niñas , cuando aún , por aquel entonces , las
diferencias en ellas no existían .
Una luz tenue lo iluminaba
todo , y entre medio de una serie de baúles , concretamente encima de uno de
ellos , Alice , tranquila con algo en una de sus manos que se iba esclareciendo
conforme Emma se acercaba .
-
Es curioso como el tiempo no modifica algunos
lugares . – Afirmó sin dejar de observar aquel papel , una foto .- Claro que él jamás entró aquí ni supo lo que
significó para las dos , o incluso para ella
- se la ofreció a su hermana , cogiéndola y comprobando que era antigua
, mostrando a su madre y a ambas niñas, muy pequeñas, en su regazo, en el
exterior de la casa .-
-
¿Qué estás haciendo aquí? – le preguntó
extrañada la mayor -.
-
Después de escucharte dar esos portazos ,
quizás soy yo la que debería preguntártelo.- Le aseveró una más que melancólica
hermana-.
Una rápida visualización a lo
que le rodeaba , a aquel viejo espacio , no le trajo imágenes de otros tiempos
. Lo que sentía hacia su hermana , lo que se había generado durante años y
especialmente lo sucedido a su vuelta , sólo copaban de instantes grises y
malos augurios todo lo que ello suponía .
-
¿Dónde han quedado los tiempos en que éramos
felices aquí dentro ? – le preguntó a la pequeña con cierto tono melancólico -.
-
Desaparecieron cuando me di cuenta de que
teniéndolo todo , en realidad no tenía nada
que realmente mereciera la pena , algo que fuera enteramente mío . Las
cosas materiales , los abrazos y besos de padre , la desazón de madre que ,
indudablemente , te prefería a ti … Creo que cuando tuvimos suficiente edad
para entender las diferencias entre ambas , ese día , algo se rompió
distanciándonos .
Una verdad por entero dicha
con más sentimiento del que jamás había escuchado a su hermana.
-
Pero tú no has venido a recobrar recuerdos
infantiles - le dijo mientras
observaba el sobre que llevaba en la
mano - y a juzgar por tu reacción, tengo la impresión de que pese a llegarte
hace horas lo has venido a abrir en el
momento más inoportuno.
Emma se acercó tajantemente
hacia ella ofreciéndoselo. Lo había abierto
y lo que se veía , en primera estancia , era la tarjeta que portaba en
su interior.
-
¿Qué diablos es esto?
Alice no podía evitar
sonreírse .
-
Si te has dignado pararte un solo segundo y la
has leído , sabrás lo qué es . – le ironizó la más pequeña y desquiciante de
las hermanas.-
-
Sé que tú sabes de qué va esto y quiero que me lo expliques .
Levantándose del baúl, pasó
por delante de su hermana pavoneando su altísima seguridad , aquella que
demostraba cuando jugaba con ventaja en algún aspecto.
-
William Wadlow celebra una fiesta , en su casa
, mañana por la noche , y me temo que , aunque estés pensando que no vas ni
debes asistir , ciertamente no estaría bien visto y menos considerando que es
tu principal cliente y promotor . – La
sorpresa de Emma por tal comentario sólo sirvió para divertimento de quién la hablaba - ¡Ay hermanita! A estas alturas toda la ciudad ha establecido
apuestas que se centran en saber si
tendrás la gallardía de faltar a tu propia fiesta .
-
¿Mi propia fiesta ? Esto lo ha organizado él ,
en su casa . – Le aseveró una Emma cada vez más ofuscada -.
-
Cierto – le aseguró Alice - pero donde tú eres la invitada de honor y
donde a juzgar por los invitados que asistirán , de los que por cierto algunos
nombres me han llegado, juraría que más que una simple fiesta , para divertimento mío por verte lidiar en
algo que odias profundamente , se va a convertir en toda una presentación en
sociedad ante lo más granado de Ulvestorn
e incluso de Inglaterra . Así que
, me temo hermanita – sonriente mientras se dirigía hacia la puerta - que no tienes demasiadas opciones para no
asistir ni creo que suficientes excusas queden por inventar si es que realmente estás tan interesada en
salvar todo esto .
Con el sonido de una risa
malévola y de nuevo triunfal, la sensación de haberse convertido en un pesado
saco de boxeo la abrumaba.
En Londres , Emma no prodigaba su presencia en la mayoría
de los actos sociales a los que era invitada por pertenecer al despacho de
abogados en el que desempeñaba su labor , pese a las insistencias reiteradas
tanto del socio mayoritario y presidente de la firma como del resto de compañeros del mismo
, de hecho, no poseía, en su equipaje ,
un solo traje elegante que no se compusiera de dos piezas siendo una de ellas
un pantalón.
La asistencia a fiestas como
acto social , un concepto que ella siempre odió por lo que implicaban y por lo
que conllevaban finalmente , en la mayoría de ocasiones , la presentación entre
familias de miembros en edad casadera con el que cerrar alguna futura unión , como siempre se había seguido haciendo desde hacía
tanto tiempo.
No poseía traje adecuado ni tiempo para encargarlo o irlo a comprar a
Londres y dudaba que en la ciudad
hubiera una boutique o tienda adecuada que vendiese ese tipo de prendas .
Aquel desván… los baúles
. Algo debía de ingeniar , algo rápido
que pudiera ayudarla a asistir sin ser el centro de atención, pero el mero
hecho de saber que esto formaba parte de una estrategia por parte de Wadlow la
azoraba .
No estaba acostumbrada a no
saber , a no llevar el control y sin embargo
, cada vez que el nombre de ese hombre resonaba o su presencia se interponía ,
parecía no saber cómo actuar .
Con no demasiadas horas por
delante y la presión de que dicho evento
tendría lugar desde primera hora de la tarde del día siguiente , Emma apenas
degustó algo de cena ligera haciendo que
Kitty viniese a su habitación nada más terminar de recoger.
Pensativo como se encontraba
ese día por todo lo sucedido , a Richard le costó conciliar el sueño saliendo
al exterior de la cabaña para tomar algo de aire y refrescar las ideas llamándole
la atención la luz encendida a altas
horas en la que se sabía era su dormitorio.
Una sombra oscura ,
alargada y alta , con el pelo cano , que
se acercaba a su puerta tratando de abrirla . Una imagen inquietante que él
jamás logró quitarse de la cabeza a partir de su descubrimiento por casualidad
. Una imagen que se repetiría en noches sucesivas , cada vez que el viejo y
portentoso vecino era invitado a quedarse , noches durante las cuales él apenas
podía dormir pensando que el viejo acabaría encontrando la forma de entrar y hacerse
con ella , que la tocaría con sus sucias manos que tanto ansiaban su delicado
cuerpo , mientras pensaba qué pasaría al otro lado de la puerta , que pasaría
por la cabeza de una Emma que trataba de evitarle por todos los medios posibles
siendo consciente de sus intenciones .
Noche larga , casi
interminable que acabó con la luz
apagada casi de amanecida y con una Emma
que había , por ello , decidido descansar hasta pasado el medio día , casi
acercándose la hora de salir .
Habiendo tomado un relajante
baño, se dispuso una bata y bajó requiriendo a Kitty que mandase llamar a
Thomas para que viniese a su presencia
esperándole en el salón .
Con la visión de la maldita
mesa de juegos que tanto odiaba y las manos de William tocándola con aprecio
por lo que representaba y el valor dado por él, pronto fue acompañada en la
misma estancia . Thomas hacía acto de presencia , pero no solo, Richard venía
con él.
Con gesto serio ante la
inusitada presencia inesperada de su capataz , mostrándose altiva y segura de
sí misma , asumió el papel que le correspondía .
-
Creí haber mandado llamar por Thomas , no por ti
Richard.
Con la tensión como telón de
fondo , éste aguantó el tirón y comenzó a justificarle la razón de sus
presencia allí.
-
Simplemente venía a comunicarle – su excesiva
rectitud en las forma de dirigirse a ella resultaba forzada – que la remesa de
caballos ha llegado esta mañana , tanto
los comprados el otro día como los de…
Hasta a él le costaba
pronunciar su nombre .
-
Todos están en los cajones debidamente limpios
y con sus mantas . Mañana por la mañana podrán empezar los entrenamientos si lo
estima oportuno.
Su mirada fijada en el suelo
no era una señal de significancia de respeto . Para él , sus ojos habían
prefijado un punto fijo , el final de la bata , concretamente la unión de los
dos extremos del lazo que la mantenía cerrada y aquel pequeño y casi
insignificante movimiento oscilante que demostraba.
Thomas , sin embargo, consciente de la incomodidad de la situación,
con ambas manos cogidas a su espalda , se
mostró más seguro que nunca , mirándola directamente a los ojos .
-
Bien, entonces comenzaremos los entrenamientos
mañana por la mañana pero me gustaría que esperaseis a que yo les echase un
vistazo, sobre todo a los nuevos inquilinos prestados .
Aquel tono en la palabra final
sonaba casi con sorna . Le costaba asumir aún que el mismo hombre que casi la
dejaba sin nada , todavía pretendiera ayudarla .
-
Por cierto , hablando del sujeto en cuestión,
por lo visto he sido oficialmente declarada invitada de honor a una fastuosa
fiesta que ha organizado esta noche en
su casa – el rostro de Richard , visiblemente preocupado , se alzó y vio la luz
– y según mi querida hermana - aquel tono irónico mantenido le resultaba
desquiciante hasta a ella misma - lo ha hecho para presentarme a futuros clientes ,
por lo que mi asistencia resulta del todo inexcusable . Así que he pensado… –
Richard, alterado , la interrumpió - .
-
¿No pensarás ir sola verdad ?
Hasta Thomas se extrañó de
aquella actitud en su primo . A tenor de la misma , casi se podría pensar que
acudía a una muerte segura o a una situación en donde pudiera encontrarse en
serio peligro .
-
Ciertamente no es una situación en la que
hubiera deseado encontrarme y no sólo porque es una fiesta , acto social
que no me gusta compartir , sino más bien por quién me convierte en su
protagonista, pero si Alice está en lo cierto y me temo que así será , no me queda más opción. de lo contrario lo estaría poniendo en
frente mía y eso es algo que no puedo permitirme en este momento.
-
Pero … - Visiblemente nervioso adelantó su paso ante la extrañeza de su primo - No
puedes ir sola , ¡No debes ir sola !
-
Por eso, he hecho venir a Thomas .
Richard lo miró y Thomas no
sabía cómo reaccionar .
-
¿Yo? Pero… - su primo interrumpió de nuevo - .
-Debes
de estar bromeando Emma . Él no puede ir contigo , no sabe nada de los
modales ni de las formas y tampoco le conoce lo suficientemente bien
como para protegerte o vigilarle . Emma
…
Dándole la espalda y su mirada puesta en la chimenea , precedió
a explicarse.
-
No me cabe ninguna duda de que tú podrías
representar mejor ese papel Richard - la altivez de su voz , dirigiéndose a él ,
no terminaba de gustarle – aunque si hablamos de formas y modales , de
protocolos y distinciones , tú tampoco representas el mejor ejemplo ¿verdad? Al
fín y al cabo sólo eres el capataz de la casa
y dirigiendo a tu equipo de hombres resultas indiscutible pero , en
otras cuestiones , hasta tu propio aspecto podría delatar cierta beligerancia .
Thomas resulta mucho más apto para tal fín y además, con él, me aseguro que no
suceda el más mínimo problema .
Ofuscado , se centró en Thomas
con resentimiento , mientras éste , preocupado , trataba de convencerla de que
no era una buena opción.
. Sra
Bowman … Sinceramente … Creo que Richard
podría ser la mejor opción posible , como él le acaba de decir yo acabo
de llegar y …si es cierto que pudieran
haber problemas… - negando con su cabeza , la decisión parecía estar tomada sin
posibilidad de cambio - .
-
No sé exactamente qué es lo que no se ha
entendido de lo que acabo de decir ,
además sólo necesito un acompañante que
además ejerza de chofer , estoy segura de que Wadlow ya se encargará de asumir
el protagonismo que tanto le gusta.
Sin poder evitarlo , Richard
trató de disuadirla una vez más .
-
Por dios Emma ..
-
Creo que no has entendido lo que acabo de
explicarte Richard. Esto no es una deliberación
ni yo te estoy pidiendo permiso ni dando información, es una orden y que yo sepa
sigo siendo la señora de la casa y tú mi capataz , ¿acaso te atreves a
desafiar mi autoridad ? ¿ En mi propia casa ?
Su actitud , a la defensiva ,
humillante y despectiva, recordándole la diferencia de posición en la casa , lo retrajo de nuevo
a la posición inicial, con la cabeza baja , resignado y a la vez enfurecido .
Respecto a Thomas , desubicado
con este cambio de planes que no entraban en su agenda de discreción , ser
visto en público , rodeado de gente de Londres , no era plato de buen gusto.
-
Kitty tiene todo dispuesto en una de las
habitaciones de invitados , en el segundo piso , de hecho te está esperando con
tres frac que sí hemos conseguido en la
ciudad . Sólo espero haber acertado con las hechuras , desde que mi marido … - aquella naturalidad que
demostraba comenzando la narración se
paralizó y tornó en cierta tristeza – Será mejor que subas , te habrá preparado
un baño y la ropa , mientras yo terminaré lo propio. – Antes de retirarse , una
nueva instrucción quedaba por dar – Quizás podrías ayudarle a vestirse, Richard
, ya que pareces ser mejor conocedor de esos protocolos y de paso, aprovecha para ofrecerle un par de consejos sobre conductas adecuadas
según tu idea de lo que se debe hacer en estos actos. Estoy segura de que con
tu inestimable ayuda todo resultará perfecto . Nos vemos en el vestíbulo
dentro de una hora.
Con un nudo en la garganta ,
Richard acompañó a Thomas a aquella habitación al final del pasillo para ayudarle a vestirse pero apenas le hizo falta la
asistencia . Sin saber cómo , salvo para corregirle la pajarita , Thomas
parecía haber nacido para llevar ese
tipo de ropajes de forma permanente . Su elegancia y distinción hacían
que de pronto todo su pasado se borrase habiendo nacido un nuevo hombre , con
modales harto exquisitos y porte supremo
. Sin saber cómo , tuvo que reconocer que Emma
sabía lo que hacía y decía cuando le hubo escogido a él en vez de a sí mismo.
-
No sé si atreverme a preguntar dónde has tenido oportunidad de vestir así .
Aquella media sonrisa cómplice
, delataba la tensión que padecía por la situación que se avecinaba.
Cogiendo las manos de su primo
, mirándole a los ojos , trató de tranquilizarlo.
-
Todo saldrá bien .
-
No es por ti , es por él.
Sus ojos emanaban un terror
atroz a algo que no podía explicar con palabras , ni con todo el tiempo del
mundo , la historia podría culminarse alguna vez , pero lo que él sabía del
anfitrión, de su historia personal , resultaba tan terriblemente real como
increíble viniendo de quién se trataba
dada la posición social que ostentaba y la aparente rectitud con la que
se había manifestado en público.
-
Tratará de quedarse a solas con ella , sé que
lo hará y sé que no podrás acercarte , pero por nada del mundo le quites la
vista de encima Thomas .
Aquella inseguridad logró transmitírsela al menor de
los dos .
-
Pero , ¿qué es lo que sucede con ese tipo?
-
No puedo contártelo ahora , no hay tiempo y
debes bajar ya , pero prométeme que no la perderás de vista . Por más que he tratado de ponerla en aviso
no ha querido escucharme . Si llegase a saber la verdad…
Aquel halo de misterio que
profesaban sus palabras lo convertían en algo
que sólo encumbraba la grandeza que en la casa parecía vivirse pese a
las circunstancias , más no podía hacer otra cosa que prometerle que
cumpliría y que la mantendría vigilada
pasase lo que pasase y si había una
regla entre irlandeses que siempre se cumplía, la lealtad por la palabra dada
era la que glorificaba todas las demás.
Dispuestos , esperando
apareciese en lo alto de las escaleras , Emma lo hizo inesperadamente, para
sorpresa de ambos hombres , con un delicado y sencillo traje de terciopelo rojo
con escote palabra de honor . Su cabello , recogido
en un delicado moño, formaba las líneas de
su esbelto cuello destacando aún más si cabe el contraste con la tez blanca de su piel, unos pequeños pendientes rojo sangre .
Ante la pregunta evidente y
silenciosa sobre la procedencia del traje ninguno de los dos obtendrían
respuesta , pero dado el rostro de sorpresa de ambos y los labios entreabiertos
que no parecían querer cerrarse, ella optó por clarificarlo .
- Primera y última vez que espero tenga que vestir así . Ha sido una suerte tener una madre elegante y una hija a la que se le daban los arreglos
. ¿Nos vamos ?- preguntó a un más que elegante Thomas al que pese a observarle
, no fue capaz de decir nada -.
El silencio como respuesta y
una despedida con sabor amargo para un Richard que no dormiría aquella noche en
espera de las oportunas noticias traídas a su vuelta. Thomas no le conocía , no sabía nada de ese
hombre y sin embargo podía ejercer mejor
el papel que se le había encomendado .
Una noche larga donde las
hubiera y cuyo tiempo pareció dejar de pasar
en el instante en que ambos se subieron al coche y Thomas lo arrancó.
Sin palabras de por medio y con un
intento fallido por relajarse , cada uno por su cuenta , una vez llegaron a la casa , él se bajó
primero para abrirle la puerta y ofrecerle la mano para ayudarla a descender.
De píe frente a ella ,
mientras Emma no podía evitar centrarse en lo torcido de su pajarita e intentar enderezarla , él , visiblemente
conciliador , trató de tranquilizarla.
-
Todo saldrá bien. Está espectacular y así la
percibirán todos los asistentes .
Aquella voz de nuevo ¿por qué le otorgaba esa confianza que parecía mostrar con aquel
tono y aquella modulación?
Respirando hondo, cogida a su
brazo, mostró la invitación en la entrada y los dejaron pasar . Como si en
pleno siglo diecinueve se encontraran , mientras algunos asistentes ya parecían
haberse percatado de su inconmensurable presencia dado el color del traje y el contraste que manifestaba todo en sí.
Un hombre ataviado con las mejores galas los anunció como la “Sra. Bowman y acompañante”.
Un hombre ataviado con las mejores galas los anunció como la “Sra. Bowman y acompañante”.
De pronto , en lo alto de
aquella escalera de mármol, separados del resto de la sala por apenas doce
escalones , presa del pánico por ser el centro de atención , la música se silenció en seco , los danzantes se detuvieron como frias esculturas de mármol y aquellos que departían
amigablemente optaron por callarse y observar .
Nerviosa como se encontraba ,
Thomas se dio cuenta de que poco podría faltar para retroceder y echarse atrás
, que su cuerpo estaba frío y que apenas
se aguantaba en píe , optando por aferrar hacia su frac aún más la mano que sostenía en su brazo .
Sin esperarlo algo les llamó la
atención a los dos . El público asistente comenzaba a abrir un pasillo por el
cual comenzaba a circular un Wadlow firme , seguro de sí mismo y sonriente ,
absolutamente abrumado por la imagen de su invitada de honor a la cual se dirigía
apresuradamente para darle la bienvenida
que merecía . Con un solo gesto de digna complacencia , fingida , saludó a quién
le acompañaba preguntándose, en el fondo , quién podía ser , mientras que con sus
maneras tan exquisitas le ofrecía su
bienvenida .
-
Nunca esta casa se ha visto glorificada con
presencia tan hermosa – ofreciéndole la mano esperando la recibiera de buen
grado – no tengo palabras con las que
poder expresar lo que siento en este momento. Bienvenida a mi casa que espero
llegue a tomar como suya , Sra. Bowman.
“Bienvenida a mi casa que espero
llegue a tomar como suya “ . Palabras con sólo un sentido, el que le otorgaba sentirse como la presa atrapada
en la guarida del lobo .
Ana Patricia Cruz López
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