domingo, 7 de mayo de 2017

LA TEMPESTAD . CAPÍTULO OCTAVO. LA FIESTA ( Primera parte) (Registrado en SAFE CREATIVE ENERO 2017)

LA TEMPESTAD
CAPÍTULO OCTAVO : LA FIESTA ( Primera parte )
Crédito APCL73


Viéndola marchar , viéndola salir por la puerta , Richard se dio la vuelta para asegurarse de que aquella presencia que sentía era la de una Alice  que en pocos minutos sólo había conseguido elevar aún más el muro que le separaba  de recuperar a  Emma .

Ni siquiera aquella retorcida versión que la pequeña de los Aldrich había resumido a su antojo  poseía carácter de media verdad , pero ¿a quién le importaba eso ahora ? ¿Cómo deshacer el daño producido y la imagen  que de él ostentaba  Emma  en este momento ?
En su mente , mientras la distancia entre ellos era lo único que protegía a la “pequeña y maliciosa bruja “ de un enfrentamiento más irracional e impropio de  un hombre como él , mirándola a aquellos ojos imbuidos en la conjunción perfecta de una expresión de inmensa satisfacción y gloria , volvió a sentir todo lo que aquella noche le produjo la pérdida de lo que más había amado desde aquel día en las caballerizas, cuando la hizo olvidarse del castigo de su padre , cuando le introdujo su amor hacia los caballos y las mil y una formas de encontrar allí , en los establos , la paz que tanto necesitaba .


Ajena a los rumores que ya especulaban si realmente se comportaba de esa forma con ella porque daba por ciertos los comentarios sobre su no paternidad respecto a la pequeña ,  aislada , por su propia madre , la cual procuraba inculcarle la buena costumbre de desoír los banalidades y chismorreos  respecto a su nombre y su verdadera sangre , Emma creció  con una especial protección resguardada de las verdades absolutas  y de las mentiras maledicentes de los demás,  en  una época y una ciudad en la que se entrañaba una especie de guerra constante entre los trabajadores y vecinos irlandeses residentes en la localidad desde hacía años o incluso nacidos en ella  y los patronos y señoritos ingleses con posibles  venidos de la gran ciudad , beneficiándose de las desgracias de aquellos que estaban a punto de perderlo todo , comprando y mal pagando tierras que iban engrandeciendo sus apellidos invasores .

Años difíciles donde los hubiera , nadie se atrevía a cuestionar, tampoco en aquella casa , algo que la madre ,  aún viva , sí temía .

Apenas siendo una cría con trenzas , alzándose dos palmos del suelo , mientras jugaba sola en el jardín , el viejo Wadlow,  descubre el nuevo motivo generador de sus ansias nada superfluas , aquellas que sólo parecían encontrar satisfechas en algunos clubes concretos de Londres y en determinadas fiestas privadas en las que jamás osaban olvidarse de cursarle la debida invitación.
Aquel imponente hombre , con un carácter muy especial y oscilante , resultaba más temible cuando se hallaba tranquilo que cuando exhibía su carácter .

 Durante esos presuntos momentos de apaciguamiento  se decía , por  quienes le conocían bien  , que era cuando solía planificar los futuros encuentros con sus nuevas “víctimas”, porque no eran más que eso , cuerpos a los que utilizar y desvencijar cubriendo sus más bajas pasiones y sus mal denominados “gustos especiales” , algo que al parecer , debía llevarse en la sangre porque su padre también degustaba de los mismos , salvándole  quizás , el grado de depravación más o menos infinito al que podía llegar cada uno .

Toda la ciudad , toda Inglaterra y sobre todo su capital , Londres , conocía ese apellido y su peso en la Cámara de los Lores y en el gobierno . Todos , no sólo los altos dignatarios de este país , conocían la habilidad de los hombres que portaban ese apellido para maldecirlo a base de temor y cómo éstos  siempre conseguían ocultar su vergüenza y sus atropellos , cosa distinta era ocultar los cuerpos maltrechos de las jóvenes a las que en su mayoría  se las extraía de la ciudad de forma discreta ,   no volviendo a saber de ellas .
Pero entre todos ellos , incluyendo al actual miembro representante de esa familia , su padre , el viejo Wadlow , resultaba ser al que todos más temían, tanto trabajadores  suyos como supuestos amigos y gente en general que debiera relacionarse con él, especialmente si éstos poseían, entre su prole , con la presencia de una niña  y mucho más , si la misma , no había tenido oportunidad aún de llegar a la pubertad .

Con la venida  en aquel entonces  del joven William , el actual propietario , estando aún su padre muy enfermo , los comentarios sobre su posibilidad de que las malas costumbres , llevadas en la sangre , continuasen , no cesaron , aunque esta vez , con él,  mucho más educado y discreto que su padre , los rumores nunca pudieron confirmarse .
Hombre más interesado en sus negocios que su progenitor , a la par que ya lo fueran su abuelo y su bisabuelo , las exquisitas formas en su manera de ser y de actuar con todos los que le rodeaban , incluyendo sus empleados y proveedores ,  dejaban en el aire la duda más evidente sobre el tipo de persona que era .  Su madre , una mujer acaudalada de Cambridge, estudiada y gran pianista en la intimidad , gozaba de una  inteligencia brillantísima hasta el punto de llegarse a comentar que , aunque no fuese en público, quién se encontraba detrás de todas las grandes transacciones de negocios de su esposo era ella .  Quizás de ahí le proviniese la habilidad como negociante y quizás , sólo por conocer a quién lo hubo engendrado , fuera por lo que ella decidiese de forma unilateral alejar a su hijo de aquella casa enviándolo a un internado ,aún a costa de tener que separarse de él.

La pequeña Emma y aquellos ojos de inusitado interés de William Wadlow Sr, sentimientos incontenibles que no se coartaba de expresar ni delante de su progenitor aprovechando cualquier circunstancia para quedarse a solas con ella  en la mayor de las proximidades o incluso tocándola cada vez que se le presentaba la oportunidad .
Para Richard , aquella imagen de la pequeña siendo ayudada por él, aprovechando su gusto por los caballos , para que se subiera a lomos del suyo , mientras cogía sus manos para enseñarle como hacerse con las riendas  e incluso verle rozar de forma lasciva e intencional una de sus piernas bajo la excusa de asegurarle el píe de forma corriente en el estribo… todo conducía , predestinadamente , al final en el que culminó la noche de su marcha .

Darse la vuelta y ver a Alice con aquel gesto de satisfacción  le enervó , dirigiéndose hacia ella  mientras la propia Alice , temerosa de lo que pudiera hacerle en aquel estado , volvió sobre sus pasos hacia la cocina tratando de encontrar algo con lo que poder  contenerle .

Resguardada detrás de la gran mesa pero sin salida posible, con uno de los grandes cuchillos de carne en una de sus manos , nerviosa , esperaba el siguiente movimiento de aquella mole humana que a priori  no pensaba refrenarse.

-        ¿Por qué ? - le gritó exasperado y furioso a una Alice que trataba de visualizar todas las vías de escape posibles aprovechando cualquier posible despiste suyo -.

-        ¿Por qué ? ¿En serio te atreves a preguntarme ?-  Mostrándose desafiante , creyéndose protegida por el arma que sostenía amenazantemente en una de las manos , en su interior sólo deseaba provocarle -  ¡Tú me has hecho lo que soy ahora !¡ Te marchaste de esta casa y me dejaste sola, entre estas cuatro malditas paredes !

En mitad de aquella locura , una Alice completamente fuera de sí, se mostraba más descarnada que nunca , con su rostro enrojeciéndose por momentos de la tensión que emanaba  y con la mano portadora del cuchillo temblorosa  . 
Tratando de llegar hasta ella , Richard fue rodeando la mesa lentamente mientras ella comenzó a girar en sentido contrario a él para no ser atrapada .

-        ¡Tenía que irme  y lo sabes! . – Continúo hablándole sin quitar los ojos del cuchillo – Alice , tienes que ir a por ella y decirle la verdad .

Con lágrimas en los ojos y expresando tanta rabia por impotencia , aquello sólo volvió a encenderla .

-        ¿La verdad  ? ¿Y que hubo de mentiras en mis palabras Richard ? ¡ Me he limitado a contarle la realidad con la que ahora debe enfrentarse ! ¡Debe saber que cuando se marchó   perdió todo lo que poseía de ventaja en esta casa! ¡ Debe saber que aquí sólo es una intrusa que perdió  todos los derechos , incluso a ser amada por quién nunca recibió nada de ella salvo su desprecio al irse sin tan siquiera decirte nada o despedirse ! ¡Debe saber a quién pertenece tu corazón en realidad !

Corriendo varios pasos para tratar de alcanzarla , ella intentó llegar a la puerta  pero un cambio de sentido de él ,  atravesándosele en la puerta , le cortó la posibilidad .

-        Has perdido la cabeza , la has perdido por completo.  Sabías perfectamente lo que hacías cuando te metías en mi cama aquella noche .  Te advertí que no lo hicieras hasta en tres ocasiones . Te dije que te marchases  y sin embargo tú optaste por cerrar la puerta y pasar la llave  acercándote a conciencia , dándote igual todo .  Jamás te prometí nada Alice  y aun así continuaste intentándolo una y otra vez a partir de entonces .  ¡ Dijiste que lo sabías y aun así no te importaba !

Con el brazo portador del cuchillo completamente estirado  para defenderse  y sumergida en un iniciático ataque de histeria , al escuchar aquellas palabras , miró a su pecho para después fijarse en el afilado arma y , sin pensárselo , se lo acercó al cuerpo, concretamente al corazón , apuntándole con él apenas centímetros lejos de la piel.

Tratando de serenarse ante la actitud de ella  y con una enorme sangre fría , Richard determinó cambiar de actitud .

-        ¿En serio es eso lo que quieres Alice ? ¿En serio quieres terminar así ? ¿ Crees que haciéndolo a tu manera todo habrá terminado ? ¿En serio crees que por matarme  ella desaparecerá y tú volverás a tener la bucólica vida de señorita bien que tenías antes de que apareciese ?

Dio apenas dos pasos y la punta del cuchillo se hundió ligeramente en el pecho. Con la respiración entre cortada , Alice no podía creer lo que él estaba haciendo  ni que pusiese su vida en sus manos de aquella forma , tan fácilmente . Un leve toque en el mango, una leve presión , y aquel afilado y largo cuchillo se hundiría en su cuerpo seccionándole el corazón en dos  , acabando toda su amargura y sus pesadillas .

-        Si es así , hazlo .

La aparente serenidad y frialdad con la que él la invitaba a acabar con todo  le provocó que el aire dejase de entrar y el pecho se le encogiera sumido en un molesto dolor punzante .  Con sus ojos puestos de forma intercalada y rápida entre  su pecho y sus ojos , Alice se encontraba confusa , como si realmente pudiese pensar qué hacer o creyese que tenía alternativa para escapar de todo aquello.
No esperaba esa reacción por su parte , no esperaba  ni mucho menos que él le fuese a brindar la oportunidad de acabar con su sufrimiento . El arma sólo era para defenderse en caso de ser atacada y ahora , gracias a él,   se le ofrecía como la solución a todos sus males y padecimientos .

Bloqueada para tomar decisiones o ejecutarlas , Richard aprovechó esta circunstancia y su estado para quitarle el cuchillo de la mano , imponiéndosele justo encima suya donde su forma de mirarla y su más de medio cuerpo sacada de ventaja  la imponían .

-        La próxima vez que te decidas a coger uno de éstos  -  moviendo la mano que lo portaba  -  ten claro para qué lo quieres .

Y dejándolo encima de la mesa de un sonoro golpe seco , se marchó dejándola sola, venida abajo , apoyada en aquella mesa de madera , desahogándose  .
Ajena a todo lo que sucedía en la casa durante esta ausencia , Emma  , ofuscada , terminó recalando en las caballerizas cuya puerta se encontraba abierta .

Sin posibilidad a que los buenos recuerdos habidos en aquellos viejos establos recobrasen algún sentido en ese instante , su instinto la hizo fijarse en el altillo  acordándose en ese momento de que aquella estancia no estaba deshabitada . Dada la vuelta con la intención de marcharse sin hacer ruido , encontró a Thomas en la puerta .

De píe, en medio justo de las dos hojas de la gran puerta de madera , frotándose una mano contra otra  como si la tratase de distender , se preguntaba , curioso , por la presencia de la “señora” a esas horas de la noche.
Para ella ,más allá de la incomodidad de la situación , tratar de buscar una excusa razonable que darle parecía una misión imposible . No quería mostrarse nerviosa y sin embargo la incomodad sentida no se lo permitía . No deseaba sentirse como una cría  que no razona ni darle a entender otra cosa que pudiera malentender a alguien que no la conocía y  al que no deseaba contar su verdadera vinculación con aquel sitio.

-        No tengo excusa para mi comportamiento , salvo la de no acordarme que ahora esto se encontraba habitado.

Sin decirle nada en principio, manteniéndose en la puerta , la única reacción que a ella se le ocurrió tener como respuesta fue la de marcharse .

-        Lo siento , no pretendía … - visiblemente incómoda , trató de dirigirse a la salida sin poder mirarle en demasía a la cara conforme ésta se volvía más nítida al acercarse . – No volverá a pasar .

A punto de atravesar la puerta , que él se decidiese a hablarle la retuvo en la misma .

-        Al menos creo haberme ganado el derecho a saber qué andaba buscando , Sra . Bowman.– Con sus ojos , disimuladamente , se situaba en el altillo -.

Parecía molesto , pero no en exceso. Parecía serio pero no hasta el punto de sentirlo enfadado . Parecía … Aquella voz … Aquella maldita y penetrante voz y aquel tono tan poco sutil …

-        Una vieja costumbre  de cuando era una niña . No volverá a pasar . – Pero al tratar de salir , él le atravesó el brazo . Sintió sus penetrantes ojos observándola  pero aunque  en su interior sabía que no debía hacerlo , no pudo evitar corresponderle .

-        No me ha respondido .

Retiró el brazo  y pese a la libertad  que gozaba para marcharse  no pudo , algo la provocaba a quedarse allí mismo , a no huir de alguien que le intrigaba .

-        Se equivoca Sr. Bradley, sí lo he hecho otra cosa diferente es que haya sido de su entera satisfacción. Como le acabo de decir , le reitero mis disculpas y mi promesa sincera de que no volverá a pasar , al menos fuera de los horarios de trabajo . Ahora , si me disculpa ...

Darle la espalda no era una opción y sin embargo sólo sabía que debía volver a la casa . Demasiadas contrariedades por ese día , demasiados encontronazos y demasiados errores , aunque aún , una nueva sorpresa culminaría su día .
Pasados unos minutos después de  su vuelta a la casa se oyó  un estruendoso sonido , el de una puerta chocar contra una pared . Sus apresurados pasos  y  la apertura continua de sucesivas puertas , denotaban un estado de nerviosismo extremo sin visos de desaparecer .

Ansiosa y sin esperanzas de encontrar la  respuesta que necesitaba , recorrió todas y cada una de las habitaciones de la casa hasta que una de ellas , la que llevaba al desván , le supuso la única opción posible .

Polvo y telarañas en el único ambiente que  tiempo atrás se había convertido en la  sala de juegos de ambas hermanas apenas siendo niñas , cuando aún , por aquel entonces , las diferencias en ellas no existían .
Una luz tenue lo iluminaba todo , y entre medio de una serie de baúles , concretamente encima de uno de ellos , Alice , tranquila con algo en una de sus manos que se iba esclareciendo conforme Emma se acercaba .

-        Es curioso como el tiempo no modifica algunos lugares . – Afirmó sin dejar de observar aquel papel , una foto .-  Claro que él jamás entró aquí ni supo lo que significó para las dos , o incluso para ella  - se la ofreció a su hermana , cogiéndola y comprobando que era antigua , mostrando a su madre y a ambas niñas, muy pequeñas, en su regazo, en el exterior de la casa .-

-        ¿Qué estás haciendo aquí? – le preguntó extrañada la mayor -.

-        Después de escucharte dar esos portazos , quizás soy yo la que debería preguntártelo.- Le aseveró una más que melancólica hermana-.

Una rápida visualización a lo que le rodeaba , a aquel viejo espacio , no le trajo imágenes de otros tiempos . Lo que sentía hacia su hermana , lo que se había generado durante años y especialmente lo sucedido a su vuelta , sólo copaban de instantes grises y malos augurios todo lo que ello suponía .

-        ¿Dónde han quedado los tiempos en que éramos felices aquí dentro ? – le preguntó a la pequeña con cierto tono melancólico -.

-        Desaparecieron cuando me di cuenta de que teniéndolo todo , en realidad no tenía nada  que realmente mereciera la pena , algo que fuera enteramente mío . Las cosas materiales , los abrazos y besos de padre , la desazón de madre que , indudablemente , te prefería a ti … Creo que cuando tuvimos suficiente edad para entender las diferencias entre ambas , ese día , algo se rompió distanciándonos .

Una verdad por entero dicha con más sentimiento del que jamás había escuchado a su hermana.

-        Pero tú no has venido a recobrar recuerdos infantiles  - le dijo mientras observaba  el sobre que llevaba en la mano - y a juzgar por tu reacción, tengo la impresión de que pese a llegarte hace horas  lo has venido a abrir en el momento más inoportuno.

Emma se acercó tajantemente hacia ella ofreciéndoselo. Lo había abierto  y lo que se veía , en primera estancia , era la tarjeta que portaba en su interior.

-        ¿Qué diablos es esto?

Alice no podía evitar sonreírse .

-        Si te has dignado pararte un solo segundo y la has leído , sabrás lo qué es . – le ironizó la más pequeña y desquiciante de las hermanas.-

-        Sé que tú sabes de qué va esto  y quiero que me lo expliques .

Levantándose del baúl, pasó por delante de su hermana pavoneando su altísima seguridad , aquella que demostraba cuando jugaba con ventaja en algún aspecto.

-        William Wadlow celebra una fiesta , en su casa , mañana por la noche , y me temo que , aunque estés pensando que no vas ni debes asistir , ciertamente no estaría bien visto y menos considerando que es tu principal  cliente y promotor . – La sorpresa de Emma por tal comentario sólo sirvió para divertimento de  quién la hablaba - ¡Ay hermanita!  A estas alturas toda la ciudad ha establecido apuestas  que se centran en saber si tendrás la gallardía de faltar a tu propia fiesta  .

-        ¿Mi propia fiesta ? Esto lo ha organizado él , en su casa . – Le aseveró una Emma cada vez más ofuscada -.

-        Cierto – le aseguró Alice  - pero donde tú eres la invitada de honor  y donde a juzgar por los invitados que asistirán , de los que por cierto algunos nombres me han llegado, juraría que más que una simple fiesta  , para divertimento mío por verte lidiar en algo que odias profundamente , se va a convertir en toda una presentación en sociedad ante lo más granado de Ulvestorn  e incluso de Inglaterra .  Así que , me temo hermanita – sonriente mientras se dirigía hacia la puerta  - que no tienes demasiadas opciones para no asistir ni creo que suficientes excusas queden por inventar  si es que realmente estás tan interesada en salvar todo esto .  

Con el sonido de una risa malévola y de nuevo triunfal, la sensación de haberse convertido en un pesado saco de boxeo la abrumaba.
En Londres ,  Emma no prodigaba su presencia en la mayoría de los actos sociales a los que era invitada por pertenecer al despacho de abogados en el que desempeñaba su labor , pese a las insistencias reiteradas tanto del socio mayoritario y presidente de la firma como del resto de compañeros del mismo , de hecho,  no poseía, en su equipaje , un solo traje elegante que no se compusiera de dos piezas siendo una de ellas un pantalón.
La asistencia a fiestas como acto social , un concepto que ella siempre odió por lo que implicaban y por lo que conllevaban finalmente , en la mayoría de ocasiones , la presentación entre familias de miembros en edad casadera con el que  cerrar alguna futura unión , como  siempre se había seguido haciendo desde hacía tanto tiempo.

No poseía traje adecuado  ni tiempo para encargarlo o irlo a comprar a Londres y dudaba que en  la ciudad hubiera una boutique o tienda adecuada que vendiese ese tipo de prendas .
Aquel desván… los baúles .  Algo debía de ingeniar , algo rápido que pudiera ayudarla a asistir sin ser el centro de atención, pero el mero hecho de saber que esto formaba parte de una estrategia por parte de Wadlow la azoraba .

No estaba acostumbrada a no saber , a no llevar el control  y sin embargo , cada vez que el nombre de ese hombre resonaba o su presencia se interponía , parecía no saber cómo actuar .
Con no demasiadas horas por delante  y la presión de que dicho evento tendría lugar desde primera hora de la tarde del día siguiente , Emma apenas degustó algo de cena ligera  haciendo que Kitty viniese a su habitación nada más terminar de recoger.

Pensativo como se encontraba ese día por todo lo sucedido , a Richard le costó conciliar el sueño saliendo al exterior de la cabaña para tomar algo de aire y refrescar las ideas llamándole la atención  la luz encendida a altas horas en la que se sabía era su dormitorio.

Una sombra oscura , alargada  y alta , con el pelo cano , que se acercaba a su puerta tratando de abrirla . Una imagen inquietante que él jamás logró quitarse de la cabeza a partir de su descubrimiento por casualidad . Una imagen que se repetiría en noches sucesivas , cada vez que el viejo y portentoso vecino era invitado a quedarse , noches durante las cuales él apenas podía dormir pensando que el viejo  acabaría encontrando la forma de entrar y hacerse con ella , que la tocaría con sus sucias manos que tanto ansiaban su delicado cuerpo ,  mientras pensaba  qué pasaría al otro lado de la puerta , que pasaría por la cabeza de una Emma que trataba de evitarle por todos los medios posibles siendo consciente de sus intenciones .

Noche larga , casi interminable  que acabó con la luz apagada casi de amanecida  y con una Emma que había , por ello , decidido descansar hasta pasado el medio día , casi acercándose la hora de salir .

Habiendo tomado un relajante baño, se dispuso una bata y bajó requiriendo a Kitty que mandase llamar a Thomas  para que viniese a su presencia esperándole en el salón .

Con la visión de la maldita mesa de juegos que tanto odiaba y las manos de William tocándola con aprecio por lo que representaba y el valor dado por él, pronto fue acompañada en la misma estancia . Thomas hacía acto de presencia , pero no solo, Richard venía con él.
Con gesto serio ante la inusitada presencia inesperada de su capataz , mostrándose altiva y segura de sí misma , asumió el papel que le correspondía .

-        Creí haber mandado llamar por Thomas ,  no por ti  Richard.

Con la tensión como telón de fondo , éste aguantó el tirón y comenzó a justificarle la razón de sus presencia  allí.

-        Simplemente venía a comunicarle – su excesiva rectitud en las forma de dirigirse a ella resultaba forzada – que la remesa de caballos  ha llegado esta mañana , tanto los comprados el otro día como los de…

Hasta a él le costaba pronunciar su nombre .

-        Todos están en los cajones debidamente limpios y con sus mantas . Mañana por la mañana podrán empezar los entrenamientos si lo estima oportuno.

Su mirada fijada en el suelo no era una señal de significancia de respeto . Para él , sus ojos habían prefijado un punto fijo , el final de la bata , concretamente la unión de los dos extremos del lazo que la mantenía cerrada y aquel pequeño y casi insignificante movimiento oscilante que demostraba.

Thomas , sin embargo,  consciente de la incomodidad de la situación, con  ambas manos cogidas a su espalda , se mostró más seguro que nunca , mirándola directamente a los ojos .

-        Bien, entonces comenzaremos los entrenamientos mañana por la mañana pero me gustaría que esperaseis a que yo les echase un vistazo,  sobre todo a los nuevos inquilinos  prestados .

Aquel tono en la palabra final sonaba casi con sorna . Le costaba asumir aún que el mismo hombre que casi la dejaba sin nada , todavía pretendiera ayudarla .

-        Por cierto , hablando del sujeto en cuestión, por lo visto he sido oficialmente declarada invitada de honor a una fastuosa fiesta  que ha organizado esta noche en su casa – el rostro de Richard , visiblemente preocupado , se alzó y vio la luz –   y según mi querida hermana  - aquel tono irónico mantenido le resultaba desquiciante hasta a ella misma  -  lo ha hecho para presentarme a futuros clientes , por lo que mi asistencia resulta del todo inexcusable . Así que he pensado… – Richard, alterado , la interrumpió - .

-        ¿No pensarás ir sola verdad ?

Hasta Thomas se extrañó de aquella actitud en su primo . A tenor de la misma , casi se podría pensar que acudía a una muerte segura o a una situación en donde pudiera encontrarse en serio peligro .

-        Ciertamente no es una situación en la que hubiera deseado  encontrarme  y no sólo porque es una fiesta , acto social que no me gusta compartir , sino más bien por quién me convierte en su protagonista, pero si Alice está en lo cierto  y me temo que así será ,  no me queda más opción.   de lo contrario lo estaría poniendo en frente mía y eso es algo que no puedo permitirme en este momento.

-        Pero … - Visiblemente nervioso adelantó su paso  ante la extrañeza de su primo  -  No puedes ir sola , ¡No debes ir sola !

-        Por eso, he hecho venir a Thomas .

Richard lo miró y Thomas no sabía cómo reaccionar .

-        ¿Yo? Pero… - su primo interrumpió de nuevo - .

-Debes de estar bromeando Emma . Él no puede ir contigo , no sabe nada de los modales  ni de las formas  y tampoco le conoce lo suficientemente bien como para protegerte o vigilarle .  Emma …

Dándole la espalda  y su mirada puesta en la chimenea , precedió a explicarse.

-        No me cabe ninguna duda de que tú podrías representar mejor ese papel  Richard  - la altivez de su voz , dirigiéndose a él , no terminaba de gustarle – aunque si hablamos de formas y modales , de protocolos y distinciones , tú tampoco representas el mejor ejemplo ¿verdad? Al fín y al cabo sólo eres el capataz de la casa  y dirigiendo a tu equipo de hombres resultas indiscutible pero , en otras cuestiones , hasta tu propio aspecto podría delatar cierta beligerancia . Thomas resulta mucho más apto para tal fín y además, con él, me aseguro que no suceda el más mínimo problema .

Ofuscado , se centró en Thomas con resentimiento , mientras éste , preocupado , trataba de convencerla de que no era  una buena opción.

. Sra Bowman … Sinceramente … Creo que Richard  podría ser la mejor opción posible , como él le acaba de decir yo acabo de llegar  y …si es cierto que pudieran haber problemas… - negando con su cabeza , la decisión parecía estar tomada sin posibilidad de cambio - .

-        No sé exactamente qué es lo que no se ha entendido de lo que acabo de decir  , además sólo necesito un acompañante  que además ejerza de chofer , estoy segura de que Wadlow ya se encargará de asumir el protagonismo que tanto le gusta.  

Sin poder evitarlo , Richard trató de disuadirla una vez más .

-        Por dios Emma ..

-        Creo que no has entendido lo que acabo de explicarte Richard.  Esto no es una deliberación ni yo te estoy pidiendo permiso ni dando información, es una orden  y que yo sepa  sigo siendo la señora de la casa y tú mi capataz , ¿acaso te atreves a desafiar mi autoridad ? ¿ En mi propia casa ?

Su actitud , a la defensiva , humillante y despectiva, recordándole la diferencia  de posición en la casa , lo retrajo de nuevo a la posición inicial, con la cabeza baja , resignado y a la vez enfurecido .

Respecto a Thomas , desubicado con este cambio de planes que no entraban en su agenda de discreción , ser visto en público , rodeado de gente de Londres , no era  plato de buen gusto.

-        Kitty tiene todo dispuesto en una de las habitaciones de invitados , en el segundo piso , de hecho te está esperando con tres frac  que sí hemos conseguido en la ciudad . Sólo espero haber acertado con las hechuras , desde  que mi marido … - aquella naturalidad que demostraba  comenzando la narración se paralizó y tornó en cierta tristeza – Será mejor que subas , te habrá preparado un baño y la ropa , mientras yo terminaré lo propio. – Antes de retirarse , una nueva instrucción quedaba por dar – Quizás podrías ayudarle a vestirse, Richard , ya que pareces ser mejor conocedor de esos protocolos y de paso,  aprovecha para ofrecerle  un par de consejos sobre conductas adecuadas según tu idea de lo que se debe hacer en estos actos. Estoy segura de que con tu inestimable ayuda  todo resultará perfecto . Nos vemos en el vestíbulo dentro de una hora.

Con un nudo en la garganta , Richard acompañó a Thomas a aquella habitación al final del pasillo  para ayudarle a  vestirse pero apenas le hizo falta la asistencia . Sin saber cómo , salvo para corregirle la pajarita , Thomas parecía haber nacido para llevar ese  tipo de ropajes de forma permanente . Su elegancia y distinción hacían que de pronto  todo su pasado se borrase habiendo nacido un nuevo hombre , con modales harto exquisitos  y porte supremo . Sin saber cómo , tuvo que reconocer que Emma  sabía lo que hacía y decía cuando le hubo escogido a él  en vez de a sí mismo.

-        No sé si atreverme a preguntar dónde  has tenido oportunidad de vestir así .

Aquella media sonrisa cómplice , delataba la tensión que padecía por la situación que se avecinaba.
Cogiendo las manos de su primo , mirándole a los ojos , trató de tranquilizarlo.

-        Todo saldrá bien .

-        No es por ti , es por él.

Sus ojos emanaban un terror atroz a algo que no podía explicar con palabras , ni con todo el tiempo del mundo , la historia podría culminarse alguna vez , pero lo que él sabía del anfitrión, de su historia personal , resultaba tan terriblemente real como increíble viniendo de quién se trataba   dada la posición social que ostentaba y la aparente rectitud con la que se había manifestado en público.

-        Tratará de quedarse a solas con ella , sé que lo hará y sé que no podrás acercarte , pero por nada del mundo le quites la vista de encima Thomas .

Aquella  inseguridad logró transmitírsela al menor de los dos .

-        Pero , ¿qué es lo que sucede con ese tipo?

-        No puedo contártelo ahora , no hay tiempo y debes bajar ya , pero prométeme que no la perderás de vista  . Por más que he tratado de ponerla en aviso no ha querido escucharme . Si llegase a saber la verdad…

Aquel halo de misterio que profesaban sus palabras lo convertían en algo  que sólo encumbraba la grandeza que en la casa parecía vivirse pese a las circunstancias , más no podía hacer otra cosa que prometerle que cumpliría  y que la mantendría vigilada pasase lo que pasase  y si había una regla entre irlandeses que siempre se cumplía, la lealtad por la palabra dada era la que glorificaba todas las demás.

Dispuestos , esperando apareciese en lo alto de las escaleras , Emma lo hizo inesperadamente,  para sorpresa de ambos hombres , con un delicado y sencillo traje de terciopelo rojo  con escote palabra de honor  . Su cabello , recogido en un delicado moño,  formaba  las líneas de su esbelto cuello destacando aún más si cabe  el contraste con la tez blanca de su piel,   unos pequeños pendientes rojo sangre .
Ante la pregunta evidente y silenciosa sobre la procedencia del traje ninguno de los dos obtendrían respuesta , pero dado el rostro de sorpresa de ambos y los labios entreabiertos que no parecían querer cerrarse, ella optó por clarificarlo .

-   Primera  y última vez que espero tenga que vestir así . Ha sido una suerte tener una madre elegante  y una hija a la que se le daban los arreglos . ¿Nos vamos ?- preguntó a un más que elegante Thomas al que pese a observarle , no fue capaz de decir nada -.

El silencio como respuesta y una despedida con sabor amargo para un Richard que no dormiría aquella noche en espera de las oportunas noticias traídas a su vuelta.  Thomas no le conocía , no sabía nada de ese hombre  y sin embargo podía ejercer mejor el papel que se le había encomendado .

Una noche larga donde las hubiera y cuyo tiempo pareció dejar de pasar  en el instante en que ambos se subieron al coche y Thomas lo arrancó. Sin palabras de por medio  y con un intento fallido por relajarse , cada uno por su cuenta ,  una vez llegaron a la casa , él se bajó primero para abrirle la puerta y ofrecerle la mano para ayudarla a descender.

De píe frente a ella , mientras Emma no podía evitar centrarse en lo torcido de su pajarita  e intentar enderezarla , él , visiblemente conciliador , trató de tranquilizarla.

-        Todo saldrá bien. Está espectacular y así la percibirán todos los asistentes .

Aquella voz de nuevo  ¿por qué le otorgaba  esa confianza que parecía mostrar con aquel tono y aquella modulación?

Respirando hondo, cogida a su brazo, mostró la invitación en la entrada y los dejaron pasar . Como si en pleno siglo diecinueve se encontraran , mientras algunos asistentes ya parecían haberse percatado de su inconmensurable presencia dado el color del traje  y el contraste que manifestaba todo en sí.
 Un hombre ataviado con las mejores galas  los anunció como la “Sra. Bowman y acompañante”.
De pronto , en lo alto de aquella escalera de mármol, separados del resto de la sala por apenas doce escalones , presa del pánico por ser el centro de atención , la música se silenció  en seco , los danzantes se detuvieron como frias esculturas de mármol  y aquellos que departían amigablemente optaron por callarse y observar .

Nerviosa como se encontraba , Thomas se dio cuenta de que poco podría faltar para retroceder y echarse atrás , que su cuerpo  estaba frío y que apenas se aguantaba en píe , optando por aferrar hacia su frac  aún más la mano que sostenía en su brazo . 

Sin esperarlo  algo les llamó la atención a los dos . El público asistente comenzaba a abrir un pasillo por el cual comenzaba a circular un Wadlow firme , seguro de sí mismo y sonriente , absolutamente abrumado por la imagen de su invitada de honor a la cual se dirigía apresuradamente  para darle la bienvenida que merecía . Con un solo gesto de digna complacencia , fingida , saludó a quién le acompañaba preguntándose, en el fondo , quién podía ser , mientras que  con sus maneras tan exquisitas le ofrecía su bienvenida .

-        Nunca esta casa se ha visto glorificada con presencia tan hermosa – ofreciéndole la mano esperando la recibiera de buen grado –  no tengo palabras con las que poder expresar lo que siento en este momento. Bienvenida a mi casa que espero llegue a tomar como suya , Sra. Bowman.


“Bienvenida a mi casa que espero llegue a tomar como suya “ . Palabras con sólo un sentido, el que le otorgaba   sentirse  como la presa atrapada en la guarida del lobo .

Ana Patricia Cruz López
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